Hombre de acción, ingresó a las milicias, luchó durante las invasiones inglesas y por su heroísmo le fue dado los grados de teniente y sargento mayor. Junto a Berutti, ambos masones, alentaron a grupos civiles como la denominada Legión Infernal y los llamados chisperos. Asistió al Cabildo Abierto y no está claro si las cintas identificativas que repartió junto a Berutti eran rojas, o celestes y blancas; lo cierto es que con esos distintivos y con arengas, movilizaron al pueblo mientras impedían el paso a los sospechosos de simpatías realistas.
Promovido a coronel, formó al regimiento de infantería "América" o "de la estrella roja”, por el color de la insignia que los soldados y oficiales llevaban en la manga del uniforme. French debió marchar a Córdoba a sofocar la insurrección realista, cumpliendo la difícil tarea de fusilar a los contrarrevolucionarios, entre ellos a Liniers, cumpliendo órdenes de la Primera Junta.
Por morenista y jacobino fue desterrado a Carmes de Patagones, pudiendo regresar cuando fueron derrocados los saavedristas; se le restituyó el mando de su regimiento --desde entonces llamado 3 de Infantería—con el cual produjo el sitio y toma de Montevideo. Por esos servicios, el Director Posadas le acordó la "medalla a los vencedores", antes de desterrarlo como venganza por ser un cuñado no querido. Rehabilitado en 1815, debió reforzar al Ejército del Norte. Cuando retornó a Buenos Aires, y como la mayor parte de los morenistas, se unió al coronel Manuel Dorrego, federal doctrinario, rebelde y crítico del partido rivadaviano. French y Dorrego se definieron como federales, republicanos y partidarios de la democracia, denunciando a Juan Martín de Pueyrredón por monarquista. Fue desterrado a los Estados Unidos donde estuvo dos años, hasta que el mismo Pueyrredón lo restituyó al país otorgándole el grado de coronel mayor, en abril de 1819. El gobernador Martín Rodríguez lo nombró "Comandante del resguardo de Mar y Tierra", pero French no aceptó el cargo meramente honorífico.
Falleció en Buenos Aires el 4 de junio de 1825, a los 51 años. El Coronel Dorrego dispuso que se le erigiera un monumento en el Cementerio de la Recoleta pero hasta hoy, se ignora el lugar donde descansan sus restos. Fue uno de los valientes que se comprometieron con la causa de la Revolución, en cuerpo y alma. Se destacó por su decisión cuando muchos, por intereses personales o ideológicos, dudaban. Por la estirpe de esos hombres, Mayo se hizo popular y la causa de la Independencia logró finalmente imponerse. El distrito lo honró dándosele su nombre a la hoy, principal arteria de José María Ezeiza.
La avenida D. French
La avenida, supo tener veredas con frondosos paraísos que los vecinos adornaban con banderitas en parte de su trazado, para darle marco a las cuadreras y a las corridas de sortija que allí se celebraban como parte de los festejos en los días patrios, allá por las décadas de 1930 y de 1940. Bombas de estruendo disparadas por don Mulatero, partícipe activo, ponían la nota que señalaba el comienzo de la fiesta y el pueblo todo participaba vestido con sus mejores galas gauchescas.
Por: Juan Carlos Ramírez
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