Haciendo nuestro aquello de que: "La Historia es ancha y ajena", aportamos buscando mejores comprensiones de nuestro presente.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Primera Comunión
La jornada se había iniciado a las 6 hs., con repiques de campanas y disparos de bombas. A las 7.30 hs., la Misa Blanca de Primeras Comuniones y a su término, se les había servido a los niños un chocolate con masas confeccionadas por las madres. Por la tarde y tras la Coronación del Rey y Reina del Catecismo, se inició la Gran Procesión. Se habían recorrido las calles Córdoba, Pravaz y Ruta 205. Los hombres llevaron en andas a La Inmaculada Virgen María Nuestra Señora del Valle; era su primer paseo por Ezeiza.
La procesión regresaba desde la Plaza San Martín por la Avenida French, camino a la aún joven parroquia. Esta, inaugurada el 18 de febrero de 1950, había sido construida gracias a la pujanza de los fieles locales y a la gestión de la familia Pistarini, tan ligada a nuestra historia local. Las fiestas patronales de Ezeiza habían convocado incluso a vecinos de Canning, La Unión y Tristán Suárez. Se había trabajado mucho, las calles estaban arregladas, adornados los edificios y las flores embellecían el templo. Los festejos culminaron cuando tras entonar el Himno Argentino, se arrió la bandera y se hizo un emotivo adiós con los pañuelos.
Hacia menos de un año que había pasado de ser considerada Capilla a ser reconocida como Parroquia. La imagen había sido traída recientemente y acompañaba al hermoso fresco pintado por detrás y arriba del altar, por un artista del cual no hemos podido rescatar el nombre. La comunidad católica local se sentía orgullosa, 1958 había sido un año generoso. La iglesia católica cumplía nada más ni nada menos que doscientos años en Ezeiza. La cara del párroco Severo Babuggia irradiaba felicidad cuando convocaba para las Confirmaciones que se realizarían el día 28 y que estarían a cargo de Monseñor Dr.Alejandro Schell.
Desde la década de 1930, las primeras comuniones se realizaban en diferentes lugares. Las últimas habían tenido como marco tanto la casa de Larralde, sobre la avenida French, como la quinta del Doctor Labougle, hoy de dimensiones más modestas que las originales. La propiedad del que fuera diplomático de nuestro país, aún puede observarse con frente a la calle Provincias Unidas, entre Balcarce y Lavalle. No significa ello que la región no contara con un templo, pues debe considerarse que la Capilla de la Virgen de Los Remedios fue desde el 5 de marzo de1758 la única en muchas leguas por más de cien años, y estaba ubicada en el hoy Distrito Ezeiza.
Cuando en 1945 se expropio la estancia de Los Remedios para la construcción del aeropuerto, el casco y la capilla fueron demolidos. En su larga existencia, la capilla había dependido de la Parroquia de Nuestra Señora de las Islas, cuando la región pertenecía al pago de la Magdalena, luego pasó a depender de la Parroquia de la Santa Cruz de los Quilmes, bajo el Curato de Quilmes. Posteriormente, al crearse el Partido de San Vicente, quedó bajo dependencia de la parroquia de San Vicente de La Laguna de la Reducción; y finalmente al crearse el Partido de Lomas de Zamora (1871), pasó a depender de Nuestra Señora de la Paz hasta la creación de la parroquia de la Inmaculada Concepción en Monte Grande.
La imagen de la Virgen de Los Remedios fue traída por primera vez a América por H. Cortés, importada de España. De la que estuviera en Ezeiza, le hemos perdido el rastro pero si sabemos que los candelabros de plata que la iluminaban, fueron adquiridos por un artesano de Mataderos. Cosas de nuestro pasado.
Juan Carlos RAMIREZ
Maria Amelia dice...
sábado, 22 de noviembre de 2008
La primera médica
El 15 de Abril de 1892, fundo la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, más tarde incorporada a la Cruz Roja Argentina. En colaboración con la Asistencia Pública, gestiono y obtuvo el derecho al uso de la campaña de alarma en las ambulancias que hasta ese momento era de uso exclusivo para el cuerpo de bomberos de la capital. En Julio de 1899 llevo la representación de algunas sociedades femeninas ante el Congreso Internacional de Mujeres en Londres, en donde se le confirió el nombramiento de vicepresidenta honoraria. De regreso, en 1901 fundó la Asociación Obstétrica Nacional y la Revista Obstétrica. En 1916 se retira de su actividad docente y asistencial, cansada y enferma. Solía veranear en una casa en los Cocos (provincia de Córdoba) y en esa localidad donó la propiedad en donde se levanta la Escuela Nacional N º 89 que lleva su nombre, por decreto del año 1935 del Consejo Nacional de Educación.
La doctora Cecilia Grierson murió de cáncer de útero el 10 de abril de 1934 en una casa de la calle Conesa al 2147 en el barrio de Belgrano. Fue una de los seis hijos del matrimonio entre Jane Duffy y John Parish Grierson. Su papá, que nació en la colonia escocesa de Monte Grande, viajó a Inglaterra en donde estudió diversos temas agropecuarios y a su regreso, se dedicó a los trabajos de estancia y a la cría de caballos de carrera. Los restos de Cecilia descansan en el Cementerio Británico de la ciudad de Buenos Aires. Allí se alza una lápida donde figuran tallados los nombres de sus ancestros. Encabeza la lista William, su abuelo paterno, aquel inmigrante que no imaginaría que su nieta entraría cien años más tarde en la historia universal de la Medicina. William Grierson participó del grupo arribado al país en 1825 durante la presidencia de Bernardino Rivadavia, teniendo como tarea la de proveer herramientas y enceres para los colonos. Años después la doctora escribiría su libro Primera y única colonia formada por escoses en la Argentina (1925), una obra de alto valor historiográfico sobre la experiencia de aquellos inmigrantes en Monte Grande. En el vecino distrito de Esteban Echeverría, la EPB N° 12 de El Jagüel, lleva el nombre de Cecilia Grierson, quien nació en la Ciudad de Buenos Aires, el 20 de noviembre de 1859.
Por Juan Carlos Ramirez
sábado, 15 de noviembre de 2008
Noviembre trae recuerdos
El ferrocarril levantó una sencilla estación de madera en las tierras que fueron donadas para tal fin. Única condición, debía llevar el nombre de Tristán Suárez; el otrora militar devenido en terrateniente. Este no había dudado en donar las tierras que le pertenecían a su esposa, la joven Virginia Acosta, para que se le honrara a él por tal generoso desprendimiento. Veinte años después, la planta urbana de la joven localidad, comenzaba a crecer.
En aquel noviembre de 1905 el comerciante José Vidal, establecido desde hacía varios años en una T. Suárez cuya población rural rondaba las 50 personas, decide ampliar sus actividades. Al restaurant y posada "El lucero del alba", le suma un nuevo negocio de panadería, que según publica el diario El Vicentino, "reúne todas las comodidades higiénicas necesarias para la elaboración de pan y galleta de una calidad superior debido a las buenas maquinarias que ha instalado". El empresario se proponía además, abastecer a Ezeiza, M. Paz y alrededores. Contaba para ello con dos jardineras para el reparto de pan y galleta a domicilio, construidas en la fábrica de carruajes local, propiedad de Ignacio Passini.
No todas eran buenas noticias. El primero de noviembre había fallecido Ernesto Echeverría, quien explotaba en sociedad con Goñi un almacén y despacho de bebidas frente a la estación Ezeiza. La construcción data de 1903 y aún pueden admirarse sus ladrillos, que median 14 por 29 cm. El deceso fue masivamente lamentado y así lo expresaron vecinos como Juan. Bottaro, J. Erramospe, F. Utharry, P. Errecalde, Rufino E. y Dardo N. Alegre, M. Ghirigaray, B. Legarte, S. Cambiasso, G.P. Inchouespe, F. Echemendi, M. Erramouspe, J.F.Leconde, F. Vicondoa, E. Ginocchio, G. Salunbehere, Ernesto y Juan B. Iriarte, entre otros. También estuvo Juan Larralde, aquel vasco de buena memoria que dos años después que le robaran un vacuno, lo reconoció en un campo vecino y pudo denunciar al sujeto, en enero de ese mismo año de 1905.
Los restos del malogrado Echeverría fueron conducidos a L. de Zamora y depositado en el mausoleo de la familia de Nicómedes Pierotti. Este vecino había llegado desde Italia en 1863 e inició en 1878 la instalación de una fábrica de pólvora, en las actuales Patricias Argentinas y Córdoba, de Ezeiza. Su empresa prosperaba pero llegó el primer susto hacia 1884, año en el que se produjo la primera explosión en el establecimiento. Le sucedió otra en 1887 o 1888, otra en 1890, una en 1896 y la última, el 27/12/1898. No se supieron las causas pero lo cierto es que a las 14.55 hs., la explosión fue escuchada hasta en Barracas al Sur. La suerte estaba echada y la fábrica cerró. La memoria colectiva recuerda el episodio, como el día en que "explotó el polvorín".
Pierotti construyó una casa (en la que vivió la ya fallecida actriz Rosa Rosen), que aún existe y que vendió hace casi cien años a la familia Ferrari, sus actuales propietarios. Su nombre, "Santa Bárbara", remite a su origen y a la causa de su venta. Prácticamente no la habitó, ya que su construcción concluía en el momento de aquella dramática explosión.
Regresando a noviembre de 1905, el día 24 fue un día festivo para T. Suárez. La Directora y Maestra María Angélica M. de Amaya dio una clase pública en la Escuela Nº 5 (actual Nº 4). Había sido designada el 26 de marzo junto a C. Moreno, maestra de 1º grado. La clase fue presenciada por miembros y el secretario del consejo escolar, además de un numeroso público. De acuerdo a El Vicentino, tras compartir un almuerzo se escuchó al cantor Rubini y entre las familias presentes, se encontraron las de F. López, Amaya, Félix M. de la Rosa, Beltrame, Alegre, Orso, Heguilsin, Michele, Pini, Gómez, Crispi, Donatti, Cambiasso, Pedrolini y Brancoli, entre otras. Noticias de la vida en el Distrito Ezeiza, hacia Noviembre de 1905.
Juan Carlos RAMIREZ.
sábado, 8 de noviembre de 2008
Ezeiza crece
Una de las propiedades más antiguas y alejadas de la estación que aún existe es la casa del primer intendente vecino de Ezeiza, Don Pedro Legarto (actuó entre 1918 y 1921). Época de progreso para la zona porque desde T. Suárez, la red telefónica comenzó a expandirse. El señor Gaddini había obtenido en 1913 la concesión nacional y en 1928, transfirió el servicio y las líneas de "La Positiva", a la Compañía Unión Telefónica. En la guía editada en 1926, P. Pravaz figura como el abonado Nº 20. La central de la U.T. estaba sobre la vereda norte de E. Echeverría, hoy sede del banco Provincia, frente a las propiedades de la familia García. Una sociedad no podría funcionar sin centros de relaciones. El fútbol fue lo más apropiado para integrar aún más a la comunidad y el primer club fue llamado "Sportivo Ezeiza". La cancha estuvo emplazada hacia 1922, año de su fundación, en un predio cedido por los Zenavilla - Ramos Mejía, justo enfrente de lo que desde 1940, se llamó Plaza San Martín.
Al crearse el distrito de E. Echeverría (09/04/1913), la que fuera fundada en 1877 como Escuela Elemental de niños en el Partido de San Vicente pasa a ser la Nº 3, declarada "con categoría suburbana y situada en el paraje llamado Ezeiza". Sin local propio, funcionó en lo de Cesar Motta en 1914 para pasar dos años después, a un local de propiedad de Lión Pérez. Por ex alumnas como Teresa Barone, la ubicamos sobre el camino que posteriormente pasó a ser la Ruta Nacional Nº 205 (trazada en 1930), con patio y galería que daban a las vías del Ferrocarril del Sud, con otro patio que se extendía hasta la barrera de Garibaldi (hoy P. Pravaz), y teniendo como vecino por el Este a la primera panadería, que llegó a ser propiedad de Guarna. Esta lindaba con "Santa Bárbara", casi frente a la casa de los Pravaz, vía por medio. Entre 1924 y 1930 la escuela funcionó en "La Catalina", sobre French.
Juan Carlos Ramirez
domingo, 19 de octubre de 2008
Viviendas del Barrio Villa Reina Elena
Estas casas conforman la planta urbana en la década de 1920, junto a un tercer tipo de construcción de ladrillos sin revocar y con amplios espacios, como la de Dorrego 270. En la esquina de Laprida y R. Elena, la herrería de Baristo Ortelli se mantiene desafiante y con sus ladrillos a la vista tal como sucede con la casa ubicada en Ituzaingó casi esquina Provincias Unidas. Los cambios en el tiempo pueden seguirse a través de la geografía de sus paredes sin cubrir. Por Echeverría, antes de Pravaz y con fondos a las vías del ferrocarril, la casa de Juana Corbeta fue probablemente tan o más antigua que la del almacén de Arruiz con su sótano, su particular vereda techada y un palenque limitando la galería. La casa de Corbeta, anterior a 1884, ya fue parcialmente demolida y no puede apreciarse sus añosas paredes pero no es el caso de la propiedad de Arruiz, la que sabemos con certeza que es anterior a noviembre de 1895, que nos muestra todo un estilo arquitectónico al desnudo.
Foto de la vivienda de la familia Ravanillo, en Castelli 386; año 1923-6
Juan Carlos Ramirez
sábado, 18 de octubre de 2008
Bini dice ....
Bini Peñuelas - El Morueco Terenciano
Nelida dice.......
Presidencia de la Junta de E. H. del barrio de Liniers
domingo, 12 de octubre de 2008
20 de junio
Ciudades de octubre
Unos días antes, vecinos e instituciones del aún pueblo, se encontraban movilizados, los urgía una nota recibida: “La Liga de Padres de Familia (Sec. Ezeiza) invita a dos representantes de vuestra Entidad a concurrir a una extraordinaria reunión que se llevará a cabo en el Club Social y Atlético Ezeiza (French 161) el día viernes 30 del corriente... "el corriente se precipitaba por noviembre de 1973.
Y los actos fueron el 6 de enero del año siguiente. La ciudad madrugó con el estruendo provocado por el disparo de bombas y de los niños ansiosos que revisaban zapatos en busca de regalitos. Se echaron a volar palomas mensajeras, los bustos de nuestros próceres Belgrano y San Martín recibieron ofrendas florales. Hubo gran almuerzo en el Hogar Escuela y desfile de gauchos tradicionalistas venidos desde Tristán Suárez. La comisión ejecutiva de los actos tuvo como presidente honorario al intendente municipal don Oscar Blanco y la nómina estaba integrada por: Juan Alonso, sra. de Aguer, Casimiro Arguello, Oscar Avila, Carlos de Arce, Armando Amar, David Bartolini, Carlos Casador, Juan Carlomagno, Francisco Czernuszka, María C. Romero Catani, Félix Dragone, Jorge Di Leo, Juan Davico, Mario Dirisio, Cayetana de Domínguez, Oscar Galván, Haroldo García, Antonio Giugno, Hugo Ibáñez (padre), Juan Juárez, Pedro Lencina, Aroldo Luna, Irma Lavilla de Lanfranconi, Sara A. de Lasalle, Oscar Lanfranconi, Mártires Martínez, Ramón Montoliu, Leonardo Mitidieri, Juan Manocci, Hedo Nardini, Juan Ortiz, Antonio Pereyro, Amorino Paradisi, Juan Pinares, Catalina Saracino, J.Sánchez, Alberto y Benito Salinas, Teresa de Serrano, Ernesto Seva, Rosendo Seoane, Daniel Tejada, Luis Vazquez Iglesias, José Zaidán y Hugo Zobele. La autora del proyecto fue la senadora provincial Josefina Moscoso de Herrera, vecina del pueblo cariñosamente recordada por esa gestión y que actualmente esta inmortalizada en una calle que lleva su nombre en el barrio Allá en el Sur. La declaración de Ezeiza ciudad fue la ocasión propicia para responder una incógnita que flotaba entre los pobladores ¿de dónde venía esa palabra?. El diligente vecino Rosendo Roque Seoane ("Senqui”) se ocupó de investigar y responder completando con el nombre José María al apellido que antes figuraba así pelado y que nos recuerda a quien fuera dueño de una chacra que donó en parte su nieta heredera, Lorenza Zenavilla Ezeiza, para construir la estación de trenes.
Por: Patricia Celia Faure
Carolina Vera y Salcedo Daiana, opinaron:
Raquel dice:
Mayo de 1947
La casa, ubicada sobre Pueyrredón, entre Lavalle y Urquiza, se ofrecía a $ 60.- por mes, en tanto los lotes se vendían a $ 5.-. Esto llamó a la reflexión a Vicente Fuentes, dado que los precios no habían aumentado prácticamente desde que él se radicara en nuestra vecindad. No sabemos cómo había tomado la decisión de adquirir un lote pero probablemente el bajo costo, la propaganda y la facilidad de acceso a una ciudad (2) cuya dinámica bullanguera lo perturbaba, permitió que lo contáramos entre los vecinos que paulatinamente transformaban el paraje en un centro urbano. En aquella oportunidad, posiblemente en 1922, la rematadora Hansen no había establecido una diferencia apreciable de precios entre los "alejados" y los "céntricos", oscilando los valores desde cuatro a dos pesos. Que la elección de terrenos alejados de la estación no fue por motivos meramente económicos, no da la pauta el recuerdo de Victor Ravanillo. Su mamá le había confiado que había preferido comprar alejado de las vías del tren, por miedo que el ruido perturbara a las gallinas que pensaba criar.
A principios de 1940, Don Vicente Fuentes instaló un almacén en su casa, que ya no era la original de chapas. De aquellas típicas construcciones levantadas en la década de 1920 quedan algunas muy bien conservadas, como la propiedad de la familia Ravanillo, sus vecinos de Castelli Nº 386, construida entre 1923 y 1926. Al principio fue solo el almacén y el reparto con una jardinera, para proveer a los clientes de la zona de Canning tanto como a los tamberos cercanos al Matanza, transitando por caminos que se abrían entre maizales, alfalfas y tierras de pasturas. Un inusitado aumento demográfico y el tránsito continuo de camiones con obreros, alteraron las rutinas del tranquilo poblado El almacén vivió el esplendor que se produjo a partir del 22 de noviembre de 1945, cuando tras colocar la piedra fundacional, comenzó la construcción del aeropuerto. El Almacén de Ramos Generales y despacho de bebidas de Vicente, ahora fonda incluida, se convirtió en unos de los puntos de reunión para reponer energías con los platos que Ingracia, su esposa, preparaba. No dejaba de llamar la atención el colorido de los parroquianos, algunos de ellos trajeados pero sin calzado.
El comercio funcionó hasta 1947, días en que la gente se preguntaba cuál de las calles estaría destinada a convertirse en una moderna arteria comercial: Garibaldi (hoy Pedro Pravaz), por ser el viejo camino natural, o Domingo French, ahora de torturante tránsito de vehículos motorizados que poblaban el aire de ruidos y nubes polvorientas. La calle French pasó a ser regularmente transitada por los vecinos recién con el establecimiento definitivo de la escuela, ahí comenzó a modificarse su destino de calle pueblerina. Pero tomo realmente importancia a partir de la construcción del aeropuerto, al constituirse en la vía elegida para trasladar los materiales desde la estación hasta las obras.
El destino citadino ya estaba trazado. Ezeiza creció a la par de remates como el que nos ocupara al principio de esta nota, y que ocurriera en Mayo de 1947. Remates que posibilitaron a inmigrantes gallegos de principios del pasado siglo, como Vicente Fuentes, convertirse en pioneros "en 120 mensualidades, sin interés".
(2) Los periódicos señalaban que a Ezeiza se llegaba en tan solo ´30 minutos de viaje en el F.C:Sud
Autor: Juan Carlos RAMIREZ
sábado, 4 de octubre de 2008
Villa Reina Elena
sábado, 13 de septiembre de 2008
Vascos en Suárez
En algunos casos nos encontramos con personas que emigraban con la intención de dedicarse al comercio; esta futura actividad les venía posibilitada por parientes o amigos que residían en América. De los vascos que nos ocupa, sabemos que llegaron a nuestro país desde Pamplona y que desembarcaron en el Puerto de Buenos Aires no solo sus valijas, sino también sus sueños; aquellas fueron acarreadas hacia la calle 15 de noviembre Nº 1345, sus sueños echaron a volar... y a materializarse aquel año de 1877. Andrés se quedó en la capital, junto a los parientes que les habían hablado de estas tierras prometedoras. Posteriormente compró campos en Las Flores y se dedicó a las tareas rurales junto a su familia, tal como lo hiciera Pedro.
Todo vasco él y ella, no se amilanaron por la soledad del paisaje en los pagos de la Matanza. Eugenio junto a su esposa Juana Ugarte y el pequeño Matías, no estaban solos porque los acompañaba Fermín Arce. Compañero de viaje también vasco, honrado y valiente que apenas llegados a Buenos Aires, había tenido los reflejos necesarios impidiendo que un ladrón se apropiara del valijín que contenía todos los ahorros de los Berasain, mientras estos reposaban vencidos por el sueño. Eugenio estableció un precario, quizás no tanto, almacén de ramos generales frente a la hoy ruta Nº 3. Cuando en 1885 el tren Temperley-Cañuelas comenzó a abrir nuevas posibilidades, Eugenio y su familia - incluido el vasco Fermín -, no titubearon en trasladarse hacia la estación de T. Suárez. La ocasión puede haber sido entre 1893 y 1895, de acuerdo a un Plano de Remate del año 1893.
La primera inversión fue la instalación de un horno de ladrillos en lo que hoy es la plazoleta ubicada en Libertad (hoy Gaddini) esquina 25 de Mayo. Con el producto de las primeras horneadas construyó una vivienda y varios locales para comercio ubicados sobre la calle Libertad, sobre la mano derecha. La fonda con habitaciones les permitió pernoctar a la gente que por razones de mal tiempo o por estar en tránsito, encontraban allí un refugio apropiado. Poco a poco el antes desolado paisaje se pobló con viajantes y transportistas (a puro carro) que pasaban por el almacén de Ramos Generales, por las caballerizas o por la cochera. La fonda, abierta aproximadamente en 1896, fue el lugar donde se socializaban las noticias, el lugar de conchabo, distracción de los peones que llegaban a dejar los tarros con leche en la estación.
Juan Carlos RAMIREZ (agradecemos la colaboración de Carolina Ovejero)
domingo, 31 de agosto de 2008
Tranvías en Ezeiza
Nuestra región se relaciona tempranamente con los tranvías. Al poco tiempo de fundarse el Pueblo de Monte Grande, se pensó en hacer llegar una línea hasta su estación, para que comunicara con Temperley. El proyecto finalmente no se concretó pero los tranvías, igual se establecieron en Ezeiza. Retirados del servicio de transporte, prestaron singular servicio. Ya no podían trasladarse de un punto al otro pero igual se llenaron de alegrías y fueron testigos de esfuerzos de muchos niños.
El 25 de mayo de 1965 se inauguró oficialmente la hoy E.S. Nº 13, Baldomero Fernández Moreno, (ex 35). La Directora, Doña Antonita Rovira, había puesto en marcha el establecimiento el 29 de marzo de ese año, con 171 alumnos y el apoyo de una comunidad que eligió como Presidente de la Cooperadora al señor Antonio Méndez. Debemos valorar a quienes posibilitaron el funcionamiento. Desde la portera, la señora Haydeé Dorini, hasta las maestras: Clotilde Orduña, Regina Borda, Ana María Paolini, Ana María Pelegrini, Leonor Bologna, María Magdalena Cores, Estela Galassi y María Cristina Dominguez. Las fotos que inmortalizaron el evento nos muestran dos salones de maderas junto a dos tranvías convertidos en precarias aulas, para satisfacer la demanda educativa de una población que aumentaba día a día. Aunque tiempo después fueron remplazados, uno de aquellos tranvías volvió a prestar su valioso servicio en 1976 buscando, al ampliar la capacidad de bancos de la escuela, la eliminación del Turno Intermedio. El otro sirvió de salón para la guarda de trastos.
No fue la única escuela en contar con aulas tranvías ya que las ex escuelas 28 y 29, hoy E.S. Nº 10 y 11, también cuentan en su haber tan humildes comienzos, tan nuestros y tan olvidados: los tranvías.
Por: Juan Carlos RAMIREZ LEIVA
sábado, 16 de agosto de 2008
Ezeyza en monocromo
Lorenza Ezeyza juega haciendo tortas de barro a orillas del río, las velitas de cumpleaños son bolillas de paraíso, la blonda que rodea el manjar terroso son flecos de hojas de sauce. Cuando ya esta seca la ropa que lavó, esa que ahora descansa dura de almidón sobre los pastitos tiernos del borde, la pliega prolijita en una atado que equilibra sobre su cabecita motuda y vuelve a ser la lavandera Lorenza, abandonando sus juegos de niña. Lorenza tiene que luchar trabajando para subsistir. Ya no es época de la tranquilidad protectora de algún amo como cuando la esclavitud, bajo el ala de un dueño que la mantuviera y cuidara y velara por ella, mientras a ella le duraran la salud y la juventud. Va ensayando pasitos de baile por el sendero hacia el poblado con su inmaculada carga. Copia la danza de sus papás, los ve bailando en su mente, pero no logra disipar la bruma del recuerdo y oscila entre verlos danzar en una fiesta de la patrona Nuestra Señora de Aranzazú o en el carnaval donde las naciones se sacan chispas compitiendo. Su papá era Luis Vicente Ezeyza de Nación Bamba, su mamá era Francisca Merlo, una morena libre. Se casaron en la parroquia de San Fernando el 6 de setiembre de 1835. La mamá era natural de Buenos Aires, de apellido Merlo porque era hija legítima de Antonio Merlo y Joaquina Merlo. El papá era un moreno esclavo que llevaba el apellido Ezeyza porque lo tomó de su dueño, el señor Juan José Ezeyza casado con doña Isabel del Castillo, José María Ezeiza, aquel que quedó inmortalizado nombrando a una localidad y a un distrito, fue sobrino segundo en cuarto grado de consanguinidad de este matrimonio.
Lorenza Ezeyza adulta vivió en un inquilinato de Chile 536. Cayó muerta en plena vereda casi al mediodía del 10 febrero de 1898 en la esquina del barrio de San Telmo, “sólo dejó en la habitación un catre completamente deteriorado y algunas ropas muy usadas”.
Blanca
Fermina María Lorenza Zenavilla Ezeyza juega bajo los paraísos de la quinta de Ezeiza, su piel blanca no debe tostarse como la de una campesina pobre. La hicieron sentar sobre una esterilla para que no se ensucie el fresco vestido blanco de gasa con mangas largas, la muñeca de cara de porcelana es un poco pesada y aparatosa para ejercitar su maternidad temprana de niñita, pero es preferible al aro y la varilla -que la haría correr y transpirar- y muchísimo mejor que la bicicleta, tan de moda pero con el riesgo de perder prematuramente la inocencia; el columpio la marea un poco y de todos modos, no hay árboles tan grandes donde colgarlo, los eucaliptos apenas superan su estatura. Su mamá se llamaba también Lorenza, Lorenza Ezeiza Halliburton (nacida el 23 de marzo de 1858 y bautizada en la parroquia de Tandil) y murió el mismo día que nació ella un 7 de julio de 1882, desde el cielo la mira y la deja jugar a lo que quiera ¡siempre que no se ensucie! Su papá es un abogado de letra apurada, ilegible y decidida, que se tuvo que arremangar para criar a su hijita, su papá se llama Eduardo Zenavilla Villoldo. Lorenza llegó a la pila bautismal el 9 de setiembre de 1882 en brazos de sus abuelos maternos que recibieron como un consuelo el padrinazgo de la pequeña y le pusieron de nombre Fermina María Lorenza, pero para todos será siempre Lorenza. Lorenza conservará su piel blanca, Lorenza vivirá en San Telmo, Lorenza será la que donará los terrenos de su abuelos María Magdalena Halliburton – Wrigth (14/1/ 1816- 21/9/ 1884) y José María Ezeiza (1819- 24/12/ 1884) por disposición de Eduardo Zenavilla, su papá, al Ferrocarriles del Oeste. Eduardo, años más tarde, será uno de los importantes contribuyentes para la construcción de la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Monte Grande. Lorenza será la prometida de un muchacho de buena familia de la sociedad; Lorenza se casará con Rafael Matías Ramos Mexía de las Carreras; Lorenza ocupará un sitio de honor junto al gobernador y los ministros cuando el almuerzo en la residencia La Sofía, durante los festejos por los 25 años del distrito Esteban Echeverría, el 9 de abril de 1938; Doña Lorenza será señora venerable y venerada en Ezeiza, donde pasará muchos veranos en la quinta. Recorrerá las polvorientas calles sin hollar sus plantas el colchoncito de tierra, desde el pedestal de su coche a caballo y el arnés de su largo vestido gris oscuro de cuello alto, saludará discretamente a los buenos vecinos que se quitan el sombrero antes de pronunciar “¡Buenos días doña Lorenza!”. Será la mamá del pueblo que lleva el nombre de su abuelo.
Grises
No sabemos si se conocieron, puede que sí porque vivieron en el mismo barrio. No sabemos si es tanta la casualidad de que llevaran el mismo nombre, tal vez para ligar la causalidad del apellido común. Ellas fotografían su tiempo con procedencia étnica y posición social. Ellas representan a una sociedad de desigualdades. Las unas en su infierno de pobreza y denigración. Las otras en sus indolentes jaulas de oro.
Por: Lic. Patricia Faure
martes, 5 de agosto de 2008
Vascos en Ezeiza
Los más pudientes compraban una fracción de campo, como fue el caso de Domingo Erratchú. Este pionero adquirió en 1889, un total de 120 hectáreas en la actual Tristán Suárez. Entre las personas que con él trabajaron, encontramos a Ramón Aguirre Zabalaga, Juan Antonena y Tomasa Alzugaray. Cuando la propiedad entró en sucesión, la empresa Furst Zapiola y Cía. la fraccionó en lotes. El remate se efectuó en 1934, siguiendo los lineamientos del Plano de 1893.
En la "Gran Guía Descriptiva de la Provincia de Buenos Aires" editada en 1896, se destacaba que tanto Ezeiza como T. Suárez tenían oficinas de correo. Despierta nuestro interés la inclusión como residentes en las tierras que hoy se corresponden aproximadamente con el Distrito de Ezeiza, de los siguientes vascos: Andrés BARRAIVAR; Martín BASTARRICA; Pedro ECEVERRI y Eugenio BERASAIN. Todos tamberos vecinos del Cuartel 7mo., de acuerdo a la nomenclatura del partido de San Vicente. No faltaron los dedicados a otros oficios, como es el caso de Domingo RACHO, que se declaró como Invernador residente en el Cuartel 4to. En la mencionada guía figuran como almaceneros de T. Suárez, los nombres de Francisco GALAGUERRE y Eugenio VERASAIN. En cuanto a Miguel ETCHEMARDI, solo lo declararan como propietario en el Cuartel 6to. Salvo en el caso de Juana UGARTE, casada con Eugenio BERASAIN, desconocemos todavía los nombres de las compañeras, hijos y familiares por afinidad. Entre estos últimos, se encuentra Fermín ARCE, quien llegara con Eugenio y su familia a Buenos Aires, desde Pamplona, en el año de 1877. Hemos podido rescatar para esta historia, el nombre de una mujer dedicada al tambo en el Cuartel 7mo., llamada María VERRUETA.
Los apellidos no suelen decirnos mucho, apenas orientarnos sobre la patria natal de quien lo porta. Pero valga la inclusión de los nombres para recordarnos la necesidad de escribir la "otra historia", la de los hombres y mujeres que forjaron nuestra identidad con su trabajo y sus sueños.
Por: Juan Carlos RAMIREZ
sábado, 19 de julio de 2008
Por Julio y en Ezeiza
Los meses de Julio suelen ser interesantes en la historia del distrito. Hasta el nombre que nos identifica se relacionó tempranamente con nuestra naciente comunidad en un mes de Julio, precisamente un día 31 de allá por 1820. Ese día, Pablo José de Ezeiza se convirtió en propietario de la estancia "Los Remedios". Estancia fundacional que cuatro años después en un día 13, también de julio, fuera escriturada a nombre del farmacéutico Tomás Whitfield.
En ocasiones fueron meses de pura algarabía, como la que se inició un día 16 del año de 1934, cuando el vecino de T. Suárez, Lázaro Berasain, fue nombrado nuevamente Intendente Interino del Partido (pertenecíamos a E. Echeverría). En otros años Julio fue un mes de dolor, como el que transcurriera en 1823 (pertenecíamos a San Vicente), La viruela se ensañaba con los vecinos que se habían mostrados remisos a la hora de vacunarse, pese a los esfuerzos del comisionado Ignacio Martínez. Julio supo jugar con la ansiedad de los vecinos. Siendo gobernador de la provincia el Doctor Dardo Rocha, se dispuso por acta del Directorio de los F.C. de la Provincia que el 14 de julio de 1885 se inaugurase el ramal que unió Temperley con Cañuelas. El día 4, los nombres de las estaciones fueron oficializadas por un decreto provincial: "Art. 1º En la línea férrea a Cañuelas las estaciones se designarán con los nombres siguientes: Km. 2,500 'Santa Catalina', Km. 11,950 'Ezeiza', Km. 17,625 'Llavallol', Km 38,500 'Vicente Casares", Km. 43,525 'Cañuelas'." Sin embargo, la Circular Nº 89 del 6 de julio, modificó la resolución del día 2, publicando: "Se comunica a quienes corresponda que el día 16 del corriente tiene lugar la inauguración de la línea de Temperley a Cañuelas, la que será abierta al público el día 17". La disposición fue publicada por el ferrocarril el día 15. Nos las hemos ingeniado para que en los días 17, nos pasen cosas importantes. como las de aquel año de 1871. Nuestra Capilla de Los Remedios, establecida en nuestras tierras desde 1758, pasó a depender de la parroquia Nuestra Señora de la Paz, en el recién creado Partido de Lomas de Zamora. Sin embargo, el 17 de Julio más interesante, fue cuando el ferrocarril paró por vez primera, oficialmente, en dos estaciones: la de Ezeiza y la de Llavallol. Este nombre sequirá siendo válido hasta el 19 de agosto del mismo año, cuando fuera cambiado por el de Tristán Suárez. Se dice que aquel inolvidable 17 de Julio de 1885, el Jefe de la Estación de Ezeiza le regalo, de puro contento nomás, dos gallinas al maquinista de la Primera Argentina, primera máquina construida en nuestro país. Cosas de Julio ... y de nuestra gente.Juan Carlos Ramírez Leiva
Foto: Estancia Los Remedios en 2014, toma del frente (archivo: Juan Carlos Ramiez Leiva)miércoles, 16 de julio de 2008
Los sorprendentes caminos hacia la posteridad. Tristán Suárez
No sabemos cómo conoció a Virginia Acosta, nacida en 1861, pero se enamoró de ella. Era muy jovencita cuando contrajo enlace con Valentín Tristán Suárez, un 17/03/1877. Tenía apenas 16 años mientras que él, ya era un “hombre” de 21 años dispuesto a seguir la carrera militar. Se sostiene que al reencontrarse con el ambiente campesino, su entusiasmo fue tal que solicitó la baja.
Cuando se retiró del ejército se estableció en las tierras que poseía su mujer y se encargó de las tareas propias del establecimiento. Del matrimonio con Virginia, nacieron 7 varones y 3 mujeres: el mayor fue llamado Tristán y nació en 1878, le siguieron Marcos Rosario y Antonio, todos anotados en S. Vicente. Su compromiso con la región fue tal que llegó a ser nombrado Juez de Paz del Partido.
La familia decidió vivir en la capital pero Valentín Tristán continuó administrando la propiedad. En su nueva residencia nacieron Arturo, Enrique, Floriano, Jorge, Virginia Adela, María Juana y Laura Amelia. Dos hijos fueron profesionales de la medicina: Marcos y Tristán Suárez.
Valentín Tristán fue miembro distinguido de la sociedad porteña y frecuentó relaciones en círculos como los del Club Excursionistas de Flores. A través del cultivo de amistades, fue nombrado Juez de Paz en la capital. Falleció en su residencia de Los Andes esquina Cuyo (hoy Sarmiento esquina Uriburu, capital), el 07/04/1907; contaba con 51 años y sus hijas eran aun pequeñas. Su esposa, Virginia Acosta, le sobrevivió diez años, falleciendo el 28/07/1917. En una foto, que sospechamos fuera tomada poco antes de morir, podemos ver a Don Valentín Tristán Suárez junto a su esposa Virginia Acosta y a la mayor de sus hijas, Virginia Adela Suárez Acosta.
Cuando el 16/07/1885, el ferrocarril atravesó la propiedad de la familia Suárez, don Valentín Tristán decidió donar los terrenos donde se levantó la estación. Esta fue en un primer momento llamada Llavallol pero al efectivizarse la donación, el 29 de agosto del mismo año, cambió el nombre por el de Tristán Suárez. Se obsequió ese camino a la posteridad cuando tenía apenas 29 años; lo hizo con tierras que le pertenecían por heredad a su mujer, doña Virginia Acosta. La estación fue nominada Tristán Suárez, en honor a “su propio honor”.
Juan Carlos Ramírez