La tormenta
que azotó la localidad de Tristán Suárez en la medianoche del 10 de enero del
2001, provocó grandes destrozos. Algunos sostuvieron que duro no más de diez
minutos, pero para todos fue una eternidad. Ráfagas de viento de más de 120
kilómetros por hora dejaron un panorama desolador, con viviendas destrozadas,
árboles caídos y partidos al medio, y por supuesto, voladuras de techos y
chapas retorcidas. Esa trágica noche provocó la muerte de una mujer de 60 años,
quien falleció de un paro cardíaco al ver aterrada, que el techo de su casa se volaba.
No tan lejos de allí, en Carlos Spegazzini, se llevó la vida de una niña de
cinco años,
la hija de Fortunato Pacheco y Cecilia Publisi; su casa quedaba en Pringles
entre Martín García y Jujuy y el árbol estaba ubicado a diez metros de la
vivienda, pero cayó con una fuerza tal que desplomó la pared como si fuera de
papel.
La fuerte
tormenta comenzó pasada la medianoche y
convirtió al conurbano en una verdadera boca de lobo. A las 0.25, se quedaron
sin energía 750.000 clientes de Edesur debido a la salida de servicio de líneas
de alta tensión de 500 kw del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). Además,
un tanque que contenía diez mil litros de agua cayó por los fuertes vientos
sobre fuentes de alimentación de dos centrales de la empresa Telefónica de
Tristán Suárez. El saldo fue que unas 6500 líneas quedaron fuera de servicio en
esa madrugada.
EP 19 "25 aniversario" |
Pese a
que la magnitud de los daños, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) definió
el temporal como una "tormenta severa". Así lo dijo el licenciado
Hugo Hordij, jefe del Centro de Análisis Climático del SMN: "Las dimensiones de los daños y la
extensión del temporal hacen pensar que fue una gran tormenta severa, con
vientos superiores a los 120 kilómetros por hora. No tenemos información
precisa para decir que haya sido un tornado". Para hacer más clara
su explicación graficó: “Es como un
chorro de agua que choca contra el suelo y se desparrama horizontalmente”.
Fue un
verano caluroso. La sensación térmica quebró el récord histórico ese enero del
2001, cuando llegó a los 44,9°. Los valores “promedios normales de temperatura máxima” en enero se ubican “en los 29,9°, aunque es habitual que se
registren días con marcas térmicas por encima de los 32°”. La máxima de
enero, desde 1906 cuando se inauguró el registro, se vivió en 1957 con 43.3°.
Ese 10
de enero de 2001, el fuerte e inesperado viento huracanado, voló los techos de
tres aulas y deterioró la estructura de otras dos y del SUM de la hoy EscuelaPrimaria Nº 19. El inicio de las clases se postergó hasta mediados de abril, en
tanto la DGCyE se ocupaba de la reconstrucción y reparación de los daños.
La
empresa contratada, Dodero Construcciones, abandonó la obra sin terminar
aduciendo falta de pagos, y recién en el 2002 continuaron las obras que se
paralizaron hasta ese entonces. La crisis económica desatada entre 1998 y 2002
impacto en la educación como en el resto de las actividades. Esta situación
imposibilitó satisfacer las demandas de vacantes de la Comunidad Educativa,
debiéndolas derivar hacia las escuelas EGB Nº 16 Y 24.
Por:
Juan Carlos Ramirez Leiva.
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