A medida que se acrecentaba el poblamiento de nuestro territorio, los comerciantes se fueron instalando. Residían en la campaña bonaerense 12.925 habitantes (censo de 1778), abastecidos por 121 pulperías (censo 1799), lo que nos da el promedio de una cada cien habitantes aproximadamente.
Tras
la Revolución de Mayo, las autoridades se encargaron de seguir levantando
censos en la campaña y por ello podemos consultar el padrón de 1812 que fuera realizado
por Don Manuel Collantes, encargado además de la recaudación de los impuestos
junto con Don Francisco Pelliza, quien efectuara algunas notas al margen de
padrón fechado el 31 de enero de 1814. En el informe realizada por Don Manuel
Collantes el 11 de octubre de 1815, se lee: “Relación de los individuos pulperos y tenderos que hay de aumento en
los partidos de la campaña, que no están comprendidos en el padrón [de 1812]
con expresión de las cuotas que se les has asignado y es como sigue”. Las
relaciones de Don Francisco Pelliza, que se hicieron entre 1815 y 1816, abarcan
sus recorridas por Ranchos, Chascomús, Navarro, Lobos, Ensenada, Quilmes,
Magdalena, San Vicente, y el Pago de Los Remedios. Debe aclararse que este último,
que hace alusión al actual distrito Ezeiza, nunca fue un pago formalmente
reconocido pero así figura en algunos documentos. El nombre lo toma de la
estancia Los Remedios, estancia colonial fundada en 1758 y de la que fuera
propietario fundador el bisabuelo de Don Manuel Belgrano. En lo que fueran sus
tierras, hoy se levanta el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, las
cárceles, el Centro Atómico Ezeiza, los bosques, y otras instituciones. Entre
1812 y 1816, nuevos comercios se habían establecido en la campaña, y se les
había señalado el importe de las cuotas mensuales que tenían que aportar.
¿Quiénes
eran los pulperos? Los pulperos, eran comerciantes que vendían vino,
aguardiente y otros licores, géneros pertenecientes a droguería, buhonería,
mercería e incluso, sedas, zaraza, muselina, gasa y lino. De los datos
recabados por el historiador cañuelense Gustavo Recalt, puede notarse que solo
el 23% de los comerciantes rurales, declaran ser nativos del partido en donde
ejercen esas actividades (debe tenerse en cuenta además, que existe un número
de pulperías volantes difíciles de censar y cobrarles impuestos). El 35% era de
ascendencia europea (el 75% provenía de la península ibérica), el 8% era del
interior, un 27% era de Buenos Aires y el resto, era oriundo de algunos de los
que hoy son países limítrofes.
Hoy, mencionaremos solo dos de las pulperías que
estaban establecidas en nuestra región: La de Chappe (figura en los planos de
San Vicente de 1881), y la que se encontraba en la posta de la estancia de Los
Talas. Con el tiempo, las pulperías mudaron a “Almacén y Bar” y para la década
de1890 podemos mencionar a Eugenio Berasain y a V. Gaddini, con negocios frente
a las estaciones de Tristán Suárez y Ezeiza respectivamente. Los
establecimientos se multiplicaron rápidamente a la vera de estratégicos
caminos, tal es el caso de la Cueva de la Chancha, de la familia Harguindeguy,
en Ezeiza.
Juan Carlos Ramirez Leiva.
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