En 1952 vinimos a vivir a Ezeiza. Desde esa época transito el distrito. Luego de tener a mi familia, observé que la zona estaba cada vez más olvidada y no había ningún ente a quien reclamar. Monte Grande era la cabecera de Esteban Echeverría y por acá nunca se veía ninguna máquina. Por eso, concerté una entrevista con Clara Gagni y de entrada le explique que no tenía título de periodista. Enseguida ella me respondió algo que no olvidaré nunca: "Con los títulos, no trabajo". A partir de ese momento, en 1992, trabajé con ella alimentándome de su fuerza y energía.
Clara era de un pueblo de la provincia de Venecia. Nació el 4 de octubre de 1935. Vino de Mestre al país en 1958.Vivió con su familia la II Guerra Mundial y oyó desde los refugios los bombardeos. Su padre fue un enlace de los partisanos, las fuerzas nacionalistas que defendía a Italia durante la ocupación alemana. Paradójicamente, su hermano Armando se había enlistado por el ejército alemán para servir al Eje. Ella siempre recordaba que con sus hermanos más chicos jugaba entre las bombas.
Cuando la familia en 1953 decidió emigrar de la Italia arrasada, no pudo viajar porque estaba enferma de tuberculosis, Tuvo que sanarse para que le permitieran ingresar a la Argentina. Cuando se acabó su pesadilla, se unió a su familia y vino a Tristán Suárez.
Era una mujer cristiana, educada en una moral católica, de carácter muy fuerte, aguerrido y de firmes convicciones. Con su voz aguardentosa de fumadora y mirada penetrante, Clara imponía respeto. Gran docente, comenzó a dar clases en el naciente colegio del Padre Natta, un cura que habían mandado a Tristán Suárez medio castigado por rebelde. Vale la pena recordar que este cura alzó la voz por una zona muy olvidada y fundó el 25 de agosto de 1963 un cuadernillo hecho a mimeógrafo y esténcil de una hoja oficio doblada a la mitad -escrita con la máquina "Underrwood"- y lo llamó "La voz de mi Parroquia". Desde ese momento, Clara Gagni y Estela Pelli fueron las manos derechas del cura.
Mientras tanto, Clara siguió desempeñándose como maestra catequista, jefa scout del colegio y también presidenta de la Junta Parroquial. Asimismo trabajaba como jefa fotógrafa del colegio. Natta le decía a ella: "Clara andá a sacarle una foto al bache, antes de que lo tapen". De ese modo trabajaba como fotógrafa, redactora, diagramadora, cronista, reportera y corresponsal, entre otras cosas. Se recorría todo Tristán Suárez en bicicleta e iba a Monte Grande a las sesiones del Concejo Deliberante. Se ponía a leer un libro mientras grababa todas las sesiones deliberativas y todas las transcribía en la sección "Nos, los representantes del pueblo". Ella conocía pormenorizadamente cada uno de los rostros que conformaban el gobierno.
Junto a Estela Pelli (su hermana en Cristo como se decían entre sí) se convirtieron en insustituibles. Estela era un archivo viviente, mientras que Clara era la ejecutiva. Obviamente, Natta era el director. Cuando falleció el sacerdote Natta, en 1988 se hicieron cargo del periódico. El designio del cura fue convertirlas en herederas del diario y muchos fueron los sacrificios y presiones, sobre todo del obispado. Debían mantener vivo un medio que estuvo al servicio de la comunidad durante 32 años. Con el sueldo de maestra mantuvieron el periódico, personal, servicios, gastos de papel, imprenta y distribución hasta 1995.
Por: Bini Hebe Peñuelas
Nota: extracto de lo expuesto por la autora en el "Quinto Encuentro con Nuestra Historia" y publicada en "La Palabra de Ezeiza" el 4/08/2005. Bini, reside en el Barrio Uno, es periodista y fue la directora de "El Morueco Terenciano".
Una genia Clara Gagni, la tuve en Catequesis, realmente aprendí mucho con ella. Un recuerdo a esta noble mujer, que Dios la tenga en su Gloria.
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