miércoles, 11 de junio de 2025

Ezeiza, 16 de junio de 1955 (Parte II)

   En la VII Brigada Aérea con base en Morón, el brigadier M. Daneri ordenó el despegue de una escuadrilla con la misión de interceptar seis aviones navales que no habían acatado la orden de aterrizar en Aeroparque, internándose en el río.
  Primero decolaron tres aviones y una cuarta máquina, al mando del teniente Ernesto Adradas, despego minutos después. Una vez que Adradas se reunió con sus compañeros, se toparon con dos aviones North American rebeldes y tras confirmar sus órdenes iniciaron el ataque los pilotos Olezza y Rosito, sin resultado.   En tercer turno lo hizo Adradas, que le acertó una decena de proyectiles al aparato rebelde que piloteaba el teniente de corbeta Arnaldo Román, quien resultó derribado sobre el río, en lo que constituyó el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea. Román se eyectó y fue rescatado —y detenido— por una lancha de la Prefectura.  
 A las 13:30, cuatro Gloster Meteor (avión caza a reacción), ametrallaron a los aviones navales rebeldes que repostaban en Ezeiza, inutilizando un Catalina (un hidroavión). La situación en Morón era tan confusa que cuando se ordenó que decolara una segunda escuadrilla, solo lo hizo un aparato al mando de su jefe, el vicecomodoro C. Síster, quien al no encontrar a su objetivo, voló hacia Ezeiza. Aun con visibilidad reducida por nubes bajas, logró dañar dos aviones civiles —de SAS (Escandinavian Airline) y de Aerolíneas Argentinas— “y un avión Beechcraft de la Escuadrilla Aeronaval de Bombardeo, “el cual quedó fuera de servicio”. 
Cuando Síster aterrizó en Morón, la base había cambiado de manos, y fue arrestado. El primer Gloster Meteor que decoló en apoyo a los marinos sublevados tuvo como orden la destrucción de las antenas de Radio Belgrano, que estaba emitiendo los comunicados del Gobierno.
 Las acciones de la aviación leal sumado al avance de las tropas del Regimiento 3 de La Tablada hacia el aeropuerto, el fracaso del intento de asesinar a Perón y de las acciones en general, hicieron que la Marina negociara los términos de la rendición

  Tras la caída de Perón en 1955 y la posterior liberalización del mercado, surgieron nuevas líneas aéreas (Austral, ALA, TABA, etc.) que optaron por el Aeroparque, lo que terminó obligando a Aerolíneas Argentinas a su mudanza en 1958. Ezeiza se transformó en un aeropuerto fantasmal considerando el tamaño de su infraestructura, con alrededor de 40 vuelos comerciales diarios, lo cual truncó todos los planes de ampliación previstos en el proyecto original. 
 
Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

Nota 1 en:

https://ezeizaysuhistoria.blogspot.com/2025/06/ezeiza-16-de-junio-de-1955-parte-i.html

Ezeiza, 16 de junio de 1955 (Parte I)

   Los días previos al 16 de junio de 1955, fueron de creciente tensión a causa del enfrentamiento entre el Gobierno y la Iglesia católica, tras el arrío de la enseña patria y su reemplazo por la bandera del Vaticano en una procesión. El gobierno dispuso que el día 16, se realizara un acto de desagravio a la bandera nacional ultrajada ignorando obviamente que, el contralmirante de la Infantería de Marina Samuel Toranzo Calderón, fijaba para ese día, la fecha del golpe revolucionario.
  Toranzo Calderón, tras reunirse con los políticos opositores Miguel Ángel Zavala Ortiz (radical) y Adolfo Vicchi (conservador), acordaron reemplazar al presidente Juan Domingo Perón, tan pronto fuera muerto o depuesto. Mientras las fuerzas militares golpistas actuaban, comandos civiles tomarían las torres y antenas de Ezeiza (lo que no se llevó a cabo por la demora de las acciones previstas).
  Debido a causas meteorológicas no apropiadas, el ataque aéreo que debía efectuarse a las 10 hs. se demoró, lo que llevó a la desconcentración de otros comandos civiles que tenían objetivos previstos. A las 12.40 hs., comenzó el bombardeo a la Plaza Mayo con la suprema intención de asesinar a Perón, en tanto un comando tomaba por asalto a Radio Mitre, obligando a un locutor a leer una proclama que entre otras cosas, decía: “Argentinos, argentinos, escuchad este anuncio del cielo volcado por fin sobre la tierra argentina: El tirano ha muerto. Nuestra patria, desde hoy, es libre. Dios sea loado”.
  El dirigente socialista Víctor García Costa, quien fuera nuestro vecino, recordaba que aquel 16 de junio su madre lo despertó contándole que había sonado el teléfono y al atenderlo se encontró que estaba ligado, algo común en los teléfonos de línea, y escuchó la voz angustiada pero inconfundible del presidente Perón hablando con otro hombre.
  Perón había llegado a su despacho a las 6:20, ya advertido del complot. El general Lucero le trazó un resumen y le pidió que se instalara en el Ministerio de Ejército, lo que Perón prometió considerar. Posteriormente se reunió con el embajador de los Estados Unidos, Albert Nuffer, y pasadas las nueve, Perón se dirigió al Ministerio de Ejército, que funcionaba en el Edificio Libertador. Tras algunas reuniones prestan atención a un helicóptero que allí descendía, en el momento en que comenzaron las explosiones. Su tripulante era un piloto de la Fuerza Aérea que había huido de Ezeiza, luego de que ese lugar cayera en manos de marinos rebeldes de la base de Punta Indio, dirigidos por el capitán de fragata Jorge A. Bassi, que habían llegado en nueve aviones de carga C-47. Previamente, habían ido depositando de manera clandestina una buena cantidad de bombas en un hangar que servía de oficina y agencia para los aviones destinados a ir a la Antártida.
  A las doce, el ministro Lucero le ordenó al Regimiento de Infantería 3 “General Manuel Belgrano” de La Tablada, que acudiera con parte de sus efectivos a reforzar la seguridad de la Casa de Gobierno y destinara el grueso a marchar sobre Ezeiza para recuperar el aeropuerto copado por los golpistas.
 
 Desde las 12:05, la VII Brigada Aérea con base en Morón estaba alistada bajo las directivas Conintes (Conmoción Interna del Estado) y se puso al mando el brigadier Mario Daneri que al recibir las noticias del primer bombardeo a Plaza de Mayo ordenó el despegue de una escuadrilla con la misión de interceptar una formación de seis aviones North American navales procedentes de Punta Indio que no habían acatado la orden de aterrizar en Aeroparque, internándose en el río.

 Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

Nota: Puede leerse otra nota al respecto en
https://ezeizaysuhistoria.blogspot.com/2023/06/16-de-junio-de-1955.html

miércoles, 4 de junio de 2025

terremotos en Ezeiza

 
El 5 de junio de 1888 nuestra región sufrió un episodio sísmico que, dada su rareza, nuestra población lo pasó a olvido. Muchos podrían recordar el terremoto que enlutó a Caucete (San Juan, 1977) pero, sería una rareza encontrarnos con quien conoce que sufrimos un terremoto de una intensidad estimada en 5,5 grados de la escala de Richter, temblor que causó daños e incluso un tsunami que azotó la costa del Río de la Plata.
  El fenómeno, del cual no se registraron oficialmente víctimas, sigue en estudio en el observatorio geofísico de Uruguay, quienes observan los sismógrafos para control de los movimientos que provoca la falla del Río de la Plata.
  La crónica periodística señala que el terremoto se produjo a las 0:20 horas y que el epicentro se ubicó 15 kilómetros al sur de Colonia del Sacramento y a 41 km al este de CABA. El lecho del Río de la Plata comenzó a temblar a 30 km de profundidad y la duración fue estimada entre 45 y 58 segundos. Los periódicos nos cuentan que se cayeron muros en construcción en la iglesia de la Piedad, y que hubo mayores destrozos en Uruguay.
  No tenemos reporte alguno sobre los daños que pudiera haber provocado en nuestra región pero, al día siguiente el diario de Montevideo “La Tribuna popular”, decía: “El maredamen de las casas crujió fuertemente, las lámparas se bamboleaban, los muebles se movían y los cuadros caían de las paredes”. Los vecinos no pudieron dormir esa noche azorados por el inesperado temblor. El diario “La Lucha” (de Colonia), contaba que el vapor Saturno que había partido de Buenos Aires hacia Colonia, se había parado en el centro del canal como si hubiera tocado fondo, pero rápidamente zafó de su varadura.
  El diario “La Nación” publicó su teoría en portada: “En esta zona de fusión y fermento se operan los más grandiosos fenómenos. Vivimos sobre una mina colosal, sobre un laboratorio vulcánico que trabaja silenciosamente”. Relataba, “eran las doce y veinte de la noche cuando se oyó un fragor subterráneo seguido de trepidaciones que hacían crujir muros y muebles”. Aclarando que, si el movimiento se hubiera propagado “en sentido vertical, quien sabe si a estas horas, esta Atenas sudamericana no estaba convertida en ruinas”. A continuación, traza la zona de vibración, donde con sorpresa leemos que “el movimiento oscilatorio se sintió en Cañuelas y San Vicente (el hoy distrito Ezeiza pertenecía a San Vicente).
  No fue el único terremoto que afectó a nuestra región, hay registro del 9/08/1948 a las 18:35 horas con una duración de 5 segundos y replicas que se extendieron por más de un mes, siguiéndole otro sismo ocurrido el 11/09 de ese mismo año.
  Más recientemente, el 30/11/2018, un sacudón a las 10:27 de la mañana en las profundidades de Canning, produjo rajaduras y movimientos en lámparas que fueron registrados en videos en las redes sociales. Como en Buenos Aires se estaba desarrollando una reunión del G20, fue noticia en el mundo. Duró 4 segundos y tuvo un alcance de 3,8 en la escala, a 25 km de profundidad.
  Hoy, leemos en las portadas de los periódicos sobre otros temblores, los provocados por las noticias del día a día. Sin embargo, no está demás recordar que en las profundidades se produce el movimiento que de cuando en cuando, nos trae otra realidad, la naturaleza desatando incertidumbres sobre el comportamiento de la falla del Río de la Plata.

Por: Juan Carlos Ramírez Leiva

Día del bicicletero

  La bicicleta surgió como alternativa al caballo y el precursor fue el alemán Karl Von Drais con su "máquina andante" o Draisiana en 1817. En Argentina aparecieron alrededor de 1899 y ya para 1903, las bicis eran un medio de transporte común en la ciudad de Buenos Aires, en donde había 77 automóviles y 5592 bicicletas patentadas (notas periodísticas varias). En sus inicios, las reparaciones eran realizadas en talleres de carpintería o herrería con sus técnicas y herramientas, para solucionar problemas de pinchaduras, frenos y mantenimiento en general. Con la popularización de la bicicleta, surgieron numerosos talleres que atendían los problemas derivados del uso. Ya en nuestro siglo, aparecieron las especializaciones en bicicletas eléctricas, de montaña, ruteras y de otros tipos.
  La fecha del 29 de mayo para celebrar el Día del Bicicletero fue puesta, al parecer, de manera arbitraria pero, su celebración nos brinda la oportunidad para recordar y agradecer a estos profesionales siempre dispuestos a solucionar nuestros problemas.
  Don Ramón Teodoro Martínez, correntino devoto de Ceferino Namuncurá, emigró de su provincia natal en la década del ’40 y se estableció en Ezeiza, aunque su historia como bicicletero lo dejo adosado al paisaje del Barrio Uno.
  En Ezeiza hubo varias bicicleterias hoy ya desaparecidas, entre ellas podemos recordar la de Etchechury, allá por los ’60, y también la memoria de Luís Plaquin nos trae el recuerdo de la bicicletería de don Núñez, quien tenía el local en la esquina de Liniers y Caseros.
  Don Esteban Teta, italiano incasable, tuvo como maestro en el oficio de bicicletero, al legendario Cayuela. Su primer taller estuvo ubicado en Ezeiza, mientras también trabajaba en Gilera y como guardabarrera. A finales de la década de 1960, don Esteban fundó la Bicicletería Patricia (nombre de su hija mayor), en Tristán Suárez.
Finalmente, mencionar en Ezeiza a Cayuela, era inevitablemente pensar en su taller de bicicletas, ubicado sobre la ex ruta 205 (hoy Pte. N. Kirchner) a metros de la calle Lorenza Zenavilla, en uno de los chalecitos propiedad de Ramos Mejía.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva.

Foto: chalet donde funcionó la bicicletería de Cayuelas.