Entre los pioneros cuidadores de la salud siempre nos gusta pensar en las mamás o quien cumpliera ese rol, por ser la atención primaria y primera. Con la organización social en clanes, pueblos o aldeas, el rol estaba en un hombre o mujer que conocía las propiedades beneficiosas para los humanos provenientes de plantas, minerales y animales.
Pero en los albores de la urbanización de Ezeiza no queremos dejar de recordar a la partera diplomada Mariana Arbel, que prestaba sus diligentes servicios hasta la zona de Tristán Suárez y fue quien estuvo presente en los dos primeros grupos de profesionales de la salud que atendieron en la Sala de Primeros Auxilios San José de Monte Grande, adonde acudían los enfermos de Ezeiza y aledaños.
En el orden más local también fue muy recordada la labor y diligencia de la comadrona María Lanatua de Harguindeguy, una empírica que años más tarde era causa de los desvelos del doctor Ricardo Rebagliati, el primero afincado en Ezeiza hacia 1935. De enfermeras bien dispuestas el vecindario recuerda a la enfermera alemana o hija de alemanes que vivía sobre la calle Liniers y Vicente López y Planes, o a la señora María Ruiz, que eran de la generación que hervía en un recipiente metálico las agujas con que después te inyectaban la medicación.
Y el equivalente a la sala de primeros Auxilios San José llegó a Ezeiza en la década del ’50 cuando se creó por obra de la Liga de Padres de Familia, la sala de Primeros Auxilios Nuestra Señora del Valle: “Mi abuelo (Felipe Catani) junto al señor Doria, Zaidán, Carnevale, Filloy, Zaragoza, generan la idea y se pone la piedra fundamental” recordó emocionada María Romero Catani de Sarracín. “La salita”, fue muda testigo de las filas interminables para darse las vacunas, sacaba de apuros ante cualquier percance, y contaba con rayos X. Del personal de allí destacamos los afanes del doctor Enrique Herrera.
Por. Lic. Patricia Celia Faure
Nota del editor:
Mariana Arbel nació un 31 de marzo de 1886 en el partido de Almirante Brown, y fue la primera obstétrica diplomada que instaló su consultorio en la calle Vicente López 174. Tenía unos 20 años, corría 1907, y figura dentro de los primeros especialistas que atendieron en la sala de Primero Auxilios “ San José". Falleció a los 80 años, el 16 de junio de 1966, y la Municipalidad de Esteban Echeverría la honró dándole su nombre a una de las arterias del distrito.
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