Los cañuelenses suman a la emoción de celebrar un Pontífice argentino, el recuerdo de la visita de Jorge Bergoglio. Hasta un paraje en medio del campo, llegó el 8 de diciembre del 2009 el entonces Cardenal Primado para inaugurar la capilla de Nuestra Señora Desatanudos, construida por los internados de la granja de rehabilitación Revivir, a instancias del trabajo del padre Alejandro Delorenzi, amigo personal del nuevo Papa.
De acuerdo a la información publicada por Cañuelas en la Web, unas mil personas concurrieron esa mañana a la capilla donde Bergoglio ofició Misa acompañado por el Obispo Juan Suárez y el padre Delorenzi. La mayoría siguieron la ceremonia desde el parque, ya que la capacidad de la capilla había sido ampliamente colmada.
En esa ocasión, Bergoglio explicó que la figura de Nuestra Señora Desata Nudos “no es una imagen mágica, a la que se le atan nudos como si fuese a curar el empacho, sino que desata los nudos que genera el pecado”, dijo, al tiempo que contó el origen de la advocación, basada en un escrito del año 200 de San Irineo de Lyon: “Los nudos que ató la desobediencia y la falta de Fe de Eva los desató la obediencia y la fidelidad de María”. La capilla, ubicada en el predio a la altura del kilómetro 57,5 de la ruta 205, funciona desde entonces como lugar de reflexión para los internos y sus familias, pero también tiene las puertas abiertas para la comunidad de Cañuelas.
Nacido en 1936, el sacerdote argentino fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina hasta 2011. En adelante, la historia lo recordará como Francisco.
A los cañuelenses, les queda nada menos que el recuerdo de una humilde capilla inaugurada por él.
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