Mi escuelita y mi maestro
Por Juan Magallán (Rimas de Entrecasa; 2012)
A esta escuelita rural
yo vine, y no tengan dudas,
de alpargatas bigotudas,
de bombacha y delantal
Si no lo toman a mal
quisiera rendirle honor
a quien fue, por su valor,
su espíritu y su talento,
después del noble Sarmiento
el más grande educador.
Tiempos de un solo docente
para todo el alumnado,
un tiempo que ya ha pasado,
pero que sigue latente.
Hoy, que lo tengo presente,
Y recuerdo lo de entonces,
Se me ocurre que en el bronce
Su rostro estará algún día,
y llorarán de alegría
los alumnos de
la Once.
De allí salieron doctores,
de allí salieron maestros,
los operarios más diestros,
comerciantes, profesores,
albañiles, constructores,
Dibujantes, jornaleros,
Y entre tantos compañeros
Tengo una inmensa alegría
De cultivar la poesía
Y los relatos camperos.
Una escuelita rural
que él condujo con Maestría,
A la que dio cada día
ejemplo de su moral.
No lo paró el temporal,
ni la niebla más espesa,
se venía de una pieza
orillando la banquina
montando su catramina
de barro hasta la cabeza.
Ya ve, don Luis Fortunato,
Fui duro para estudiar,
pero la vida, en su andar,
me dio este oficio tan grato.
He pedido este barato
por gusto de saludarlo,
aplaudirlo, homenajearlo,
darle todo mi cariño
ya que cuando he sido
nunca supe valorarlo.
Nota: Versos dichos por su autor en la escuela Nº
11(hoy Nº 4) El 6 de Noviembre de 1988. Dedicado a don Luis Fortunato Iglesias,
en el quincuagésimo aniversario de la escuela rural Nº 11 de Esteban Echeverría, hoy distrito Ezeiza.
Colaboración del Profesor Elío Salmón
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