Una breve reseña del último Jefe de Canning:
Benito García (1928-2016) fue el último de jefe de estación de Canning del Ferrocarril Belgrano. Fue por casi medio siglo el guardián del patrimonio ferroviario, resistiendo el paso del tiempo y el sueño de su reactivación.
Nacido en Mira Pampa, el 5 de febrero de 1928 Provincia de Buenos Aires. A la edad de 11 años comenzó a trabajar de panadero donde amasaban y cocinaban unas excelentes galletas, según recordará. Era un pueblo chico donde vivía.
Luego de adolescente paso a trabajar en los galpones de ferrocarril, haciendo diferentes tareas. Con el tiempo aprendió el manejo del telégrafo, un año tardo en aprender. Fue adquiriendo experiencia en el ferrocarril y empezó una vida algo nómade.
Su travesía ha sido por varias estaciones, como por ejemplo “Loma verde” del ferrocarril provincial en el partido de General Paz y “La Reforma” en el partido de Roque Peréz, ambos lugares en la Prov. de Bs As. En esta última trabajo doce años cumpliendo tareas hasta su clausura en 1968.
Llegó a Canning el 18 de marzo de 1969 lo acompañaba su amada esposa y dos niñas de 10 y 3 años. Al llegar se anotició de lo sucedido con el anterior jefe, ocasionada por el descarrilamiento de la máquina. Ese maldito día fue el 20 de julio del 68 don Hugo Severo Domené abandonaba la estación y a su familia.
Benito García, casado con “Hilda Pérez” tuvo solamente dos hijas; Miriam y Silvia. Vivieron por muchos años en la estación hasta que formaron sus propias familias. La Estación era un hogar para muchos. Los testimonios abundan. El jefe fue envejeciendo y esperando a que vuelvan los trenes. Se prefirió camiones antes que trenes… nos faltaron estadistas que pensaran en una argentina integrada.
Entre otros oficios fue jardinero y casero de una quinta frente a la estación. También se desempeñó como pañolero en la fábrica de alcohol a pocos metros de donde vivía. Ahí en ese lugar completo los años que le faltaba para jubilarse. La figura social de jefe de estación se fue diluyendo con respecto a otros años. Pero nunca su ánimo de trabajar…
Un compañero de trabajo “Julio Roque Tanquia” oriundo de la Rioja nos cuenta que “Don Benito” era pañolero en la fábrica alcolera cercana a la Estación y además el proveedor de leche fresca para el desayuno. Se levantaba a las 4: 30 a ordeñar para luego a las 06: 00 am llevar el elixir pampeano a sus compañeros.
Sus últimos días los vivió en medio de la vorágine del progreso, ruidos y obreros deambulando por todos lados.
Su amor por esa estación es su legado más importante para recordar, no la abandono hasta lo último.
En una entrevista realizada el 30 de marzo del 2011 nos mencionó una serie de datos que enriquecieron nuestro conocimiento acerca de Canning:
Entrevistador: ¿Al llegar a Canning la zona cómo era?
Benito: “Acá al enfrente donde está la fábrica había una laguna permanente y solíamos pasar un alambrado de dos hebras y pescar ranas con mis dos hijas. En la parte del frente estaba la escuela de Monjas solamente a 500 metros y en la zona donde está lleno de Countries, existían hornos de ladrillos, lo demás era todo campo”
Entrevistador: ¿Los vagones qué traían? ¿Usted vio pasar pasajeros?
Benito: “Cuando llegue al lugar el tren de pasajeros hacia un año que no pasaba, iba de Mercedes a Plata, el tren llevaba dos vagones, ese tren no lo llegue a ver…Después el carguero funcionaba una o dos veces al día o a veces pasaban días sin un solo tren, algunas veces pasaban de largo y no paraban en la estación. Los que sí paraban traían carbón, carbonilla y leña para los hornos de la zona, la carbonilla era usada para hacer ladrillos. Posiblemente venían del norte de Catamarca, Santa Fe, Rosario etc…También venían de los altos hornos de Zapla (Jujuy) firme remitos de esa carbonilla.
Antes de Perón se transportaba hacienda. Este Ramal tenía muchas conexiones, llegaba hasta “la Quiaca”. También la Fortabat traía cemento, piedras y arena de Olavarría. ”
Entrevistador: La estación cuenta con un tanque, no todas cuentan con él… ¿Sabe por qué?
Benito: “No, sé. Pero la bomba de ese tanque casi me saca un brazo (muestra cicatrices en el brazo izquierdo) un día prendo la bomba y trato de arreglar una correa y me muerde la campera de shin que traía ¡Me atrapó el brazo! ¡La saqué barata! Me podría haber roto el brazo y los tendones, pero solamente me arranco la piel…
El Jefe Benito García junto al prof. Elio Salmon, est. Canning |
Entrevistador: ¿Cómo fue que llegó a Canning?
Llegué luego de la muerte de Domené. Él iba colgado de un de los vagones y se descarrilo antes de llegar al embarcadero (cambio de corral le decíamos) Los muchachos me contaron que le gritaban, qué el tren se venía descarrilando, pero el no escucho…miraba las ruedas que chirriaban pero no se dio cuenta hasta que el vagón lo aplasto…
Sus últimos años observaba como la tranquilidad de la estación quedaba olvidada. Ya no tenía las gallinas u otros animales sueltos como solía. Se empezaban a sumar a las fábricas de las cercanías construcciones de viviendas, Iglesias como la Catedral San Agustín a las refacciones en la misma estación etc. Los movimientos en la nueva plaza. Las parejas de novios y niños que empezaron a disfrutar de este espacio de juegos.
Nos contó que en una ocasión tuvieron problemas con el techo, que estaba mal colocado…y comentó: “Estos saben de techistas lo mismo que yo de cura, que no sé rezar” ¡risas! Él no pudo presenciar las terminaciones de obra y consecuente puesta en valor comercial de la estación Canning. Su partida fue un 10 de septiembre de 2016. Persona observadora, llena de humanidad y siempre dispuesta al diálogo. Sí hay algo para agregar comenten. Nadie es dueño de la historia. Saludos y buena Jornada.
Nota: Escrita por Elio Salmón pofesor de historia, y vecino de Canning.
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