Una
aproximación a los límites de sus propiedades estarían dadas desde el Matanza
por una prolongación de la calle Antártida Argentina hasta Acevedo, Blas Parera
(Oeste de T. Suárez), Roque Sáenz Peña hasta Falucho y de allí hacia Spegazzini
(todas del lado Este de Tristán Suárez). En Carlos Spegazzini, una continuación
aproximada de Falucho hasta su intersección con la prolongación de Magallanes,
Maria Curie (lado Oeste) y su prolongación hasta nuevamente, el río Matanza.
Para quienes quieran recorrer hoy lo que queda de las propiedades que otrora pertenecieran a la familia, vasta con llegar a C. Spegazzini, tomar la calle Roma en dirección a T. Suárez. Las tierras donde se levantó el casco de “Los Retamos” son notoriamente más altas que la que se extienden desde la mencionada arteria hasta lo que fuera el Camino Real, quizás por la acción de los hornos de ladrillos que hasta el pasado siglo allí funcionaban. A unos 400 metros del cruce de Roma con el Camino Real, la traza hacia el Este de una hilera de árboles con talas y eucaliptos sumamente añosos, forman una galería que comunicaba con instalaciones de las que podía notarse un galpón reciclado. Otro monte de eucaliptos y talas cerca del casco y desde allí, parte una nueva galería con árboles largamente centenarios, paralelas a las vías y en dirección N.E., hasta una tranquera que en la calle Concepción, apunta hacia la estación de Tristán Suárez.
Probablemente los eucaliptos sean de las
primeras partidas plantados en Argentina; algunos son tan anchos que superaban
los 6 metros de diámetro y tal como estaban distribuidos, indican que fueron
sembrados luego que el trazado del ferrocarril (1885), pusiera nuevos límites a
sus propiedades. Tal vez cuando la ruta 205 fue trazada hacia 1935, la estancia
abrió la tranquera hacia las vías que aún hoy se mantiene, aunque la propiedad
ahora pertenece a una empresa privada que no se privó de la tala de parte del
patrimonio arbóreo mencionado.
Por: Juan Carlos Ramirez Leiva