viernes, 22 de junio de 2012

Centenario de la Estación Unión Ferroviaria

Cambiando de nombres.
Mapa de 1924. Ferrocarril del Sud.
Con el transcurrir del tiempo, algunas estaciones ferroviarias cambiaron su denominación, y los nuevos nombres debieron reflejarse en la cartografía específica. Comparando el mapa ferroviario del año 1924 (Ferrocarril Sud, inglés él), con el de 1957 (Ferrocarril General Roca, tras la nacionalización decretada por el presidente J. D. Perón), podemos ver cómo algunas estaciones fueron rebautizadas.
Mapa de 1957. Ferrocarril General Roca
En el mapa de 1924 se registra la existencia de las estaciones Conchitas, como así también el de la estación Adolfo Alsina. Observamos ahora el mapa de 1957, y notamos que han mutado sus nombres al de Guillermo Enrique Hudson, y a Manuel B. Gonnet.

En cuanto a lo regional, en el mapa ferroviario de 1924, encontramos al apeadero Links, que luego figura como Estación Unión Ferroviaria en el plano de 1957 (también se ha incluido a la estación Guernica, que no figuraba en el anterior).
El cambio de denominación fue un acto de justicia, un reconocimiento a uno de los sindicatos que agrupan a los que con sus esfuerzos y sudores hacen que funcione el ferrocarril, y no la soberbia de nominarla con el nombre de un juego del que sólo disfrutaban los jerárquicos británicos

Mapa de 1924. Ferrocarril del Sud. Ramal Témperley - Cañuelas
Mapa de 1957. Ferrocarril General Roca. Ramal Témperley - Cañuelas.
Por: Juan  Carlos Ramirez

Fuentes:
Udaondo, Enrique. "Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de la República Argentina". Ministerio de Obras Públicas; 1942.
Ministerio de Transportes de la Nación. Mapa de los Ferrocarriles del Estado Argentino. 1957.
Dirección Nacional de Ferrocarriles. Mapa de los ferrocarriles en explotación en la República Argentina. Año 1924
http://www.davidrumsey.com/maps5827
html http://estkm29.blogspot.com.ar

Romance de ingleses en el trebolar.

Lomas de Zamora, como Témperley, Remedios de Escalada o Adrogue eran zonas de viviendas de ingleses. De los ingleses del ferrocarril y de los frigoríficos. Los ingleses del té de las cinco y del foot ball. La influencia económica inglesa la vemos en la zona a partir de fines del siglo XIX con el trazado de los ferrocarriles, véase que a partir de ellos se fueron armando los dameros con poblado. Y por aquí se quedaban a vivir y desplegar sus costumbres.
Parece que por Lomas no tenían espacio para armar los greens donde jugar al golf. El mismo Ferrocarril del Sud, de donde provenían un nutrido grupo de jerárquicos que jugaban al golf, cedió los terrenos al Lomas Atletic Club y, por supuesto, la comodidad de un servicio de trenes regular para transportar a los jugadores. Así se llegó al 24 de junio de 1912, sabemos que los ingleses no se amilanan ante el frío, y se habilitó un apeadero con el nombre Parada Links.

Por: Lic. Patricia Celia Faure

viernes, 15 de junio de 2012

Senqui


Un hombre alto, corpulento, de impresionante vozarrón, con risa franca y mano tendida. Así fue Rosendo Roque Seoane, un bohemio elegante, de traje y corbata de moño.
Escritor de poesías, obras de teatro y artículos periodísticos firmados bajo el seudónimo de Jorge Senqui Antuña, fue el autor de la novela "La inocente Margot", estrenada teatralmente en el barrio de Flores. Publicó en el diario "La Voz del Pueblo" de la Ciudad de Monte Grande, que lo contó entre sus colaboradores. De 1951 data su poema "La verdad al desnudo", que en una de sus estrofas dice:

Del llanto ajeno pensamos
Que es solamente una treta,
Y hasta, a veces, nos cansamos,
De quien sufre y nos molesta.
De las penas de los otros
Nadie muere, es la verdad,
Y aquel que a morirse llega
Será ...de casualidad.
 
Este romántico poeta popular gustaba firmar como Senqui los grafitti con que se expresaba tanto en Ezeiza, como en el barrio de Constitución. Todos lo conocían, no era de los que pasaban desapercibido. Senqui llegó a Ezeiza en 1949 y permanece aún aquí, a pesar de habernos dejado físicamente en 1983. Permanece tanto en el afecto de quienes lo trataron como en la gestión que llevó exitosamente a cabo para que la estación se llamara José María Ezeiza, como forma superadora de aquel malentendido que la ligaba al célebre payador. La Ciudad de José María Ezeiza, lo reconoce como uno de los pioneros en la investigación de su pasado, que supo divulgar a través de una publicación donde curiosamente, no se encontraba su firma
Hombre inquieto, siendo secretario del Club Atlético Ezeiza, propuso " modernizar el sello de la Institución, usando el mismo texto, cambiando la estética del mismo y agregando la fecha de la fundación, dato este que no consta en el sello actual", como quedó registrado en el acta Nº 630 del 10 de octubre de 1963. Fue infaltable su colaboración en los festejos, como en aquel 29 de abril de 1962 cuando en el marco del programa por el 25º Aniversario, disertó sobre el tema “La juventud y los clubes de Barrio”. 
Participó activamente de los festejos de Ezeiza Ciudad. No podía faltarle un homenaje a su persona.
 
Por: Juan Carlos Ramirez

Bibliografía y fuentes consultada:
 Mazzeo, Lidia Verjano de. "Vivencias de la vida cultural de Ezeiza". Trabajo presentado en la Jornada de Historias de Pueblos,. Organizada por la Biblioteca Pública Alfonsina Storni;  11 de agosto de 2000.
Seoane, R.; García, H.; Dragone, F. “Ezeiza es ciudad” (folleto). 1973.
Actas del Club Social y Atlético Ezeiza
Testimonios de Cristina Seoane

martes, 5 de junio de 2012

Panamericanos 1951 en Ezeiza


En 1940 el 1º Congreso Deportivo Panamericano designó a Buenos Aires como sede de los Juegos Panamericanos que deberían celebrarse en 1942. Debido a la guerra fue postergado y el 2º Congreso Deportivo Panamericano, dispuso que la celebración inaugural fuese en 1951.
La organización incluyó el alojamiento de las delegaciones y de la representación de atletas argentinos en el Colegio Militar de la Nación (representaciones masculinas extranjeras); el Hogar San  Martín y los Hogares de Tránsito, dependientes de la Fundación Eva Perón, fueron la sede de las delegaciones femeninas. La delegación argentina fue alojada desde su concentración en la Villa Panamericana de Ezeiza.
El domingo 25 de febrero de 1951 la llama olímpica traída desde Grecia y portada por el atleta griego Aristides Roubanis, encendía el pebetero durante la ceremonia inaugural en el estadio de Racing, en Avellaneda. Compitieron poco más de 2.500 deportistas en 18 disciplinas y tras la clausura, el 9 de marzo en el estadio de River Plate, la Argentina conquistó 150 medallas (68 de oro, 44 de plata y 38 de bronce), seguida a gran distancia por Estados Unidos (95 medallas), Chile (41), Cuba (28), Brasil (32, aunque sólo 5 doradas) y México (40, la gran mayoría de bronce).
La natación tuvo lugar en las piscinas al aire libre de 50 m de largo (no había aguas abiertas ni nado sincronizado), conocidas aún hoy como Piletas Olímpicas.
En el Anuario de la revista MUNDO DEPORTIVO, del 27 de diciembre de 1951, puede leerse:
“A disposición de este propósito de confraternidad que prevaleció durante los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos, se tuvieron infinidad de cosas favorables. La villa Panamericana que convirtió al Colegio Militar de la Nación en un perfecto campamento para atletas; la Villa Evita, en Ezeiza donde se concentraron los muchachos argentinos que llevaron hasta  tan alto los colores nacional.”(Y muchachas, creemos).
El Mundo Deportivo N° 94 (Buenos Aires), del 1 de febrero de 1951, publicó:
Actividad constante y progresiva es la que se registró en la Villa Olímpica de Ezeiza. Puesta por disposición del general Perón y su señora esposa, a la dirección y cuidado de nuestras delegaciones deportivas, en ella, escenario y paisaje magníficos, los atletas argentinos trabajan en forma notable para adquirir una potencialidad acabada para el excepcional certamen continental”.

Por Juan Carlos Ramirez

Fuentes:
Centro de Documentación Histórica “Dra. Gilda Lamarque de Romero Brest”. 

lunes, 4 de junio de 2012

Barrio Uno. Villa Olímpica

Don Ramón Teodoro Martínez (82) Gomero y bicicletero que viene adosado al paisaje de Barrio UNO. Todo educación, caballerosidad, galanura. Ciclista de corazón desde su juventud; competidor de carreras de ciclismo. Ama la ruta. Piñas grosas, memorables. Con su hermano Carlitos, formaban el uno dos. Cuenta que compite y organiza competencias desde 1950 “cuando se hicieron los juegos Panamericanos y los edificios grandes del Barrio eran la villa olímpica y se hospedaba toda la Delegación argentina. Era lo más lindo de Buenos Aires” asegura.
Correntino por nacimiento, devoto de Ceferino Namuncurá, emigró de su provincia natal en la década del ’40 y cayó en Ezeiza muy joven cuando la efervescencia del País, quiso acompañar a Perón en una obra incontrastable y magnífica. Es testigo presencial de los hechos de su época. Perón, Evita, Pistarini, Morillas y los primeros habitantes son en su lenguaje, habituales y cotidianos. En 1952 -1953 para el Día de la Patria se hacían jineteadas y fiestas camperas, en el predio que ocupó más tarde (1962) el viejo Mangrullo y al lugar lo llamaban “la villa olímpica”. Martínez da una semblanza y la cronista se explica la designación de “piletas olímpicas”.
 Los Juegos Panamericanos se realizaron en Argentina en Febrero de 1951 y por primera vez en América y según la historia y los datos de la época, Barrio Uno fue hospedaje de la delegación argentina que por única vez lideró el medallero al finalizar los juegos en los que compitieron más de dos mil atletas. Entre los deportes que participaron estaba el ciclismo, pasión eterna de Teodoro que lo arrastró para estos lares en aquella época y que hasta hoy practica sistemáticamente. Su próximo proyecto es Luján a setenta kilómetros para ejercitar los “ravioles” abdominales que a los 82 muestra sin vergüenza. Manos callosas, son rastros de inmensas gomas de camiones, y tractores que a lo largo de 60 años han tallado, pero que esconde debajo de los guantes recortados de badana cuando sale a correr. Los vientos de la Argentina esculpieron en su cara sin arrugas, la angulosidad de la sabiduría forjada en la experiencia. Creyente profundo de la familia y sus códigos, supo junto a Caty Balasteguy, formarla a su medida.

Por: Bini Peñuelas