lunes, 31 de diciembre de 2012

¡Gracias 2012! ¡Bienvenido 2013!

Amigos:
Tengo la suerte de ser un hombre privilegiado.  Trabajo en lo que quiero hacer, no tengo un empleo no deseado, y eso no es poca cosa. Pero mi suerte no termina allí sino que allí es donde comienza.
Formo parte de equipos de trabajo cuyos integrantes no buscan destacarse en solitario, en  lo individual, sino que lo hacen cooperativamente. No muestran cómo se hacen las cosas, enseñan cómo se hace. No son meros matemáticos o historiadores, antropólogos, filósofos, sociólogos, artistas, ingenieros, licenciados, doctores, profesores o curiosos y entusiastas aprendices; son personas versadas con pasión por lo que hacen. Son personas solidarias que ponen el acento  en caminar hacia la utopía de una sociedad más justa, desde la democratización del conocimiento, desde compartir lo que sabemos hacer.
Hemos pasado un año duro, como lo son siempre: demasiados largos para nuestros deseos de vacacionar, y demasiados cortos para nuestras expectativas; el próximo no será diferente. Sin embargo no creo que nadie esté angustiado por las barreras. Hacemos lo que sabemos y queremos hacer, es nuestra vocación, nuestro desafío,  y nuestro orgullo.
Queridos amigos, a disfrutar del Fin de Año y que lo mejor, puedan vivirlo en el 2013. 
Va un regalito que me expresa.
¡Felíz Año Nuevo
Juan Carlos Ramirez
Junta de Estudios Históricos del Distrito Ezeiza

sábado, 22 de diciembre de 2012

Eduardo Delfino, caído en Monte Chingolo

A medida que se tuvo la certeza del regreso de Perón, las organizaciones que habían luchado para ello comenzaron a distanciarse. Las diferencias conceptuales sobre el peronismo impidieron avanzar en coincidencias y finalmente, la propuesta de continuar con la lucha armada tras la asunción de Juan Domingo Perón como presidente de Argentina en 1973, fue motivo del alejamiento entre ellas.
 El ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), entendía que la situación nacional debía ser comprendida bajo el universalismo marxista-leninista y se debía actuar en consecuencia, avanzando la revolución mediante la lucha armada. No solo negaban la experiencia histórica del proletariado conducido por Perón, sino que lo veían como un bonapartismo contrarrevolucionario. No se dejaban de reconocer los matices progre pero planteaban que el peronismo era burgués y Perón reprimiría al pueblo.
A partir de 1973 se habían acrecentaron las acciones armadas, año en que los episodios de Ezeiza anunciaban la escalada de la violencia. Tras la renuncia de Cámpora, se sancionó el decreto 1454/73 declarando ilegal al ERP sin que la violencia mermara, y el Perón reaccionario previsto, comienza a asomarse con la entrada en acción de la Triple A. Finalmente, la incapacidad para consolidar lo actuado y las inadecuadas estrategias, se van a presentar trágicamente el 23 de diciembre de 1975, con el fallido intento de copamiento del Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno, de Monte Chingolo.
Las FF.AA. actuaron con la consigna de no tomar prisioneros vivos, dentro del avance hacia un Terrorismo de Estado. No se dieron a conocer los pormenores de la represión, reconstruida tiempo después por los historiadores, pero lo concreto es que fueron sepultados 49 ciudadanos con sus manos amputadas (método ya utilizado con los restos del Che, para identificarlo), en el cementerio de Avellaneda.
En el Boletín interno Nº 98 del 27 de diciembre de 1975, El ERP hizo un balance sobre Monte Chingolo, reconociendo errores pero justificándolos desde Mao: “errar, persistir y volver a errar, volver a persistir hasta la victoria”. No se evaluaron críticamente las acciones en donde dejó la vida Eduardo Alberto Delfino, junto a sus compañeros de lucha. Tampoco contaba que Eduardo había aceptado dedicarse de lleno a la militancia, que se había distanciado de sus amigos para protegerlos, que éstos sospechaban que estaba en la lucha armada pero que no tenían ninguna sospecha de por qué lo hacía, porque sobre eso tenían certezas. Vivió, y entrego su vida, participando en la construcción de una sociedad más justa, más justa, más justa.
Con la complicidad de muchos, la tumba múltiple en donde fueron arrojados sus restos fue usada como basural hasta que os familiares y el Equipo Argentino de Antropología Forense, comenzaron la labor de exhumar e identificar los cuerpos. En el lugar, actualmente se levanta un mural y se busca que el sitio sea declarado de Interés por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, con el propósito de testimoniar y señalar que falta revelar verdades. El Sitio, en el Cementerio de Avellaneda, debe constituirse “en un lugar de reivindicación, de homenaje, de recordación y de lucha”, y allí se les realiza un homenaje cada 23 de diciembre, a las 10 horas. 

Por: Juan Carlos Ramirez

domingo, 16 de diciembre de 2012

Calendario Solidario

La Junta de Estudios Históricos del Distrito Ezeiza sacó a la venta el Calendario Solidario Dar la Cara con fines benéficos para instituciones de Ezeiza. En el almanaque están retratadas vecinas que manifiestan su compromiso social, presentando una porción del protagonismo femenino dedicado al servicio público en las localidades del distrito Ezeiza. Ellas son: Blanca Ferreyra de Buccafusca (APADE), Rosa Tacco (Grupo Encuentro), María Inés Iribarne (Acento Poético), Ana Olimpia Pira de Rebagliati (Biblioteca Popular D.F. Sarmiento), Patricia Faure (Biblioteca Pública Alfonsina Storni) y Marita Dragone (F. Dragone Propiedades).
Estas mujeres son puntas de iceberg que se hacen visibles en actos cotidianamente, y en esta ocasión, en fotos donde representan a otras tantas que muchas veces, voluntaria o involuntariamente, permanecen invisibilizadas a los ojos de su comunidad. Estas mujeres representan a la sociedad que se siente responsable de que el mundo mejore día a día. “Creemos que esta es, también, una manera de hacer historia y de poner en relieve valores como: el amor a la naturaleza y a nuestros hermanos animales; el cuidado hacia los adultos mayores que son un patrimonio para venerar; el cultivo y fomento de los variados aspectos espirituales, culturales y creativos que todo ser necesita desplegar”, expresa la Junta de Estudios Históricos en el calendario. El valor mínimo sugerido y de referencia es de $15, y será a beneficio de las siguientes instituciones: Acento Poético, Asociación Cultural, Social y Deportiva de la Familia Italiana, Asociación Protectora de Animales de Ezeiza, Biblioteca Pública Alfonsina Storni, Biblioteca Popular Domingo F. Sarmiento, Escuela Nº11 Ejército de los Andes, Grupo Encuentro y Museo de Historia Regional.
El Calendario Dar la Cara, además de retratar figuras femeninas destacadas de Ezeiza, también contiene las fechas históricas del distrito como la creación de cada institución mencionada o la habilitación de las estaciones de trenes que dan nombre a cada localidad del distrito. Un lindo presente para estas fiestas.

sábado, 20 de octubre de 2012

César Alonso de Las Heras


Don César Alonso de Las Heras vivió en Villaralbo (Zamora, España), desde sus tres años hasta el 10 de febrero de 1940, cuando llegó a Asunción.  Recordaba que fue un  día de “mucha tormenta”, y que quizás ello “lo inundó de Paraguay”. Allí participó activamente en la cultura del hermano país, desde su más de medio siglo de docencia en el Colegio San José, del que fue su director (1953-1959).
Este poeta, ensayista, dramaturgo, educador y docente, fue Director del "Círculo Literario" (1945-1946) y de la Academia Universitaria (1946-1960). Sacerdote de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram,  fue autor de varios poemarios, incluso en francés ya que había realizado su bachillerato en Francia.
Perteneció al Pen Club Internacional, al Instituto de Cultura Hispánica. En el año de 1994, le otorgaron la Cruz de Comendador del Mérito Nacional y la Universidad Nacional de Asunción le confirió ese año, el título de "Doctor Honoris Causa". Además el 28 de octubre de 1997, fue premiado con "La llama del arte nunca se apaga" por la Asociación de "Amigos del Arte" del Paraguay. Fue miembro de número de las Academias Paraguayas de la Historia y de la Lengua. Realizó investigaciones sobre el Lago Ypacaraí, sus leyendas y su historia; sobre Domingo Martínez de Irala y sobre aspectos poco conocidos de las Misiones Jesuíticas del Paraguay.
El sacerdote César Alonso de Las Heras, S.C.J., quien falleció en el 2004, nació el 24 de diciembre de 1913 en nuestra ciudad de Tristán Suárez.

Por: Juan Carlos Ramirez

Fuentes:
Mendez-Faith. “Crónicas y ensayos parguayos de ayer y hoy”. Intercontinental Editora, Asunción; 2009
Servín Gauto, Ricardo (Coordinador). “Forjadores del Paraguay”. Asunción; Aramí grupo empresarial; 2007
www.poemasyrelatos.net (día de visita 19/10/2012)

miércoles, 3 de octubre de 2012

Sobre indios y vecinos

La movilidad de la frontera en el S XVIII, se debió a la política indígena de confrontar y negociar. En esta búsqueda, sus malones penetraron en nuestra región y la "Capilla de los Remedios" se transformó en un importante punto de reunión de la vecindad. La "Estancia Los Remedios" fue un paraje reconocido por los pobladores de Buenos Aires.
La decisión de adelantar las guardias sobre territorios no asegurados y la creación de un cuerpo militar profesional, no bastó para detener las incursiones. Estas se caracterizaron por su violencia, nivel de saqueos y robo de mujeres. Por lo común, los ataques pusieron en peligro la vida de dueños de pequeñas extensiones, de chacras y haciendas. Hemos rescatado los nombres de varios propietarios en la región pero debemos hacer la salvedad que no todos vivían permanentemente en sus estancias.
La sublevación de Túpac Amaru, la guerra de España con Inglaterra y los enfrentamientos con los portugueses por los territorios cisplatinos, influyeron en el cambio de políticas fronterizas. Sin embargo, fue la inoperancia de las fuerzas defensivas ante las eficientes y bien entrenadas lanzas, lo que aceleraron cambios. La capacidad de hacer constantemente la guerra, provocó tal temor que parte de la campaña se despobló, dando lugar a que se aceptara la negociación con los indios.
A principio del Siglo XIX, el virrey propuso dar tierras en propiedad a los indios en Monte Grande, transformarlos en propietarios. Lamentablemente estas medidas progresistas, no fueron aplicadas por sus sucesores. Los inmigrantes que arribaron en 1825 para poblar la Colonia, se integraron a nuestra población estable a pesar del fracaso de aquella. Los integrantes de una de esas familias, los Mac Clymont, estuvieron fuertemente relacionados con nuestra región. Uno de ellos fue propietario de la chacra donde hoy se encuentra el "Museo La Campana". Guillermo Mac Clymont, uno de los hijos de aquellos escoceses, fue un próspero hombre de negocios. Jamás imaginó que su vida acabaría a manos de los indios, casi finalizando el siglo XIX.

Por: Juan Carlos Ramirez

Nota: la foto es de finales del SXIX y la toma retrata al personal de la estancia Los Remedios. Como fondo, el establecimiento nombrado con la capilla más antigua de la región, la que fuera demolida en 1945.
El editor

domingo, 2 de septiembre de 2012

Comentarios


MUCHAS GRACIAS A USTEDES POR SU PREOCUPACION ANTE ESTA ESTOCADA A LA MEMORIA DEL MINISTRO JUAN PISTARINI,MI NOMBRE ES GUSTAVO SERGIO PISTARINI SALES Y SOY SU SOBRINO BISNIETO,AL HECHO DE SENTIR QUE EN ESTA EPOCA DONDE LOS VALORES Y LA ETICA POLITICA,DE LA QUE EL MINISTRO HIZO GALA,SON TAN VAPULEADAS, ES TRISTE PENSAR QUE POR UN MARCKETINEO POLITICO SE LE QUIERA CAMBIAR EL NOMBRE DE QUIEN EN VIDA TUVIESE COMO NORTE EL SOLO HECHO DE HACER LAS COSAS BIEN PARA SU PAIS Y SU GENTE,MUCHAS GRACIAS POR HACER CONOCER UN POCO LA OBRA DE UNO DE LOS REFERENTES DE MI FAMILIA

Por Gustavo Sergio Pistarini Sales

Doy las gracias por haber retransmitido mi inquietud por medio de esta Nota mediante la Junta de Estudios Históricos de EZEIZA , como ya te había expresado con anterioridad en mi Informe y me incluyo ya que tengo una antigüedad de 30 años en este Gran APTO EZE , la Voluntad de los Trabajadores es Soberana ... Te mando un gran Abrazo . Gustavo D Antiochia // Oficina Meteorología

Por Gustavo Roberto D Antiochia

Paso por esta pagina buscando mas informacion sobre el aeropuerto de ezeiza, y me encuentro con esta detallada nota. Por lo que me gustaría enriquecerla agregando que el Com. Ing. Victor MNR Acuña, fue quien diseño el aeropuerto.

Por velserver


Debo agradecer profundamente ver escrita y publicada mi pequeña crónica de una entrevista que me conmovió, además enriquecida de datos que son practicamente desconocidos o que tal vez trataron de ocultarse deliberadamente para "borrar la memoria" o esperando que alguien les "haga ver la luz". Debo confesar mis lágrimas al sentir que con estas pequeñas cosas rescatamos Nuestra Historia, algo que me preocupaba y mucho, desde cuando se dividió el Partido en el '94: Que se perdiera la memoria y la historia. Les agradezco a Ud y a Patricia Faure el trabajo incansable que realizan. Con mi más profunda admiración Bini Peñuelas (El Morueco Terenciano) Muchas gracias Bini. Es Ud. muy amable.

Por Bini Peñuelas

Sobre la nota: Quintas en Ezeiza
BUENAS TARDES : Mi nombre es Ana Maria Pia Conte , soy integrante de una familia tradicional de Ezeiza mi padre Francisco Conte Italiano Constructor casado con Annunziata Bisceglia vinieron a vivi a EZEIZA en el año 1952 Mi padre " CONSTRUYO JUNTO A EL SR GARCIA EL BARRIO CAPOLUPPO" , barrio q alberga a la quinta PEÑA esa hermosa propiedad de estilo francesa que nos tenia a todos fascinados . Como nosostros vivimos a una cuadra de la misma fumos invitados a varias fiestas RECUERDO , COmO EN UN SUEÑO LOS TEATROS DE TITERES un SALON DONDE SE HACIA MUSICA CON ACUSTICA Y UN PIANO Y COMO RECORDABA CARLOS SESTO ESAS MAJESTUOSAS ESCALERAS DE MARMOL QUE SE ABRIAN EN EL PIE COMO INVITANDOTE A RECORRERLAS LS REJAS DE ESTILO NEGRAS DE LAS BARANDS . ESA QUINTA ERA TAN DIFERNTE AL ENTORNO QUE PARECIA QUE LA HUBIESEN TRAIDO DESDE EL AIRE DE OTRA EPOCAY OTRO PAIS Y LA HUBIESEN DEJADO ALLI POR ERROR . GRACIAS

Por ANA MARIA PIA CONTE

Muy buena nota. A simple titulo de comentario le cuento Juan Carlos que yo llegue a trabajar en Radio Cultura cuando los estudios estaban en la calle French al lado de la Iglesia, ahi hice parte de mis primeras armas en el periodismo radial en un programa que se llamó El Bazar de los Milagros y luego Detrás está la gente con Juan Carlos Vaschetto y Ernesto González. La nota me remontó a esos dias de finales de los ochenta, le agradezco el recuerdo del inquieto Pocho Veloce.

Por  J. Eduardo Martínez

Breve reseña de Ezeiza

Salió a la venta Medios para la historia. Breve reseña de Ezeiza (La Palabra de Ezeiza, 2012), publicada en el marco de la Colección Fuentes de la Junta de Estudios Históricos del Distrito Ezeiza. Se vende a beneficio de Biblioteca Pública Alfonsina Storni (Avellaneda 51, José María Ezeiza), y el arte de tapa pertenece a Mica Hernández.
La autora es PATRICIA CELIA FAURE, Licenciada en Periodismo y en Comunicación Social (UNLZ, 1993), quien es docente e investigadora de Historia de los Medios en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, desde 1990. Integra GEALA (Grupo de Estudios Afrolatinoamericanos) y PEHESA (Programa de Estudios de Historia Económica y Social Americana), del Instituto Ravignani (Facultad de Filosofía y Letras de la UBA), y la Junta de Estudios Históricos del Distrito Ezeiza. Es autora de Las vacas vuelan (Dunken, 2007), que contiene entrevistas a vecinos de la región, y de artículos y ponencias sobre historia regional para periódicos locales, congresos y blogs institucionales.
El texto de contratapa dice: CÓMO NACE UN PUEBLO El escritor Ray Bradbury dijo alguna vez: “Todos sabemos cómo se forma un pueblo, necesidad a necesidad, hasta que de pronto el corazón se pone en marcha y hace circular a la gente rumbo a su destino”. Esta breve reseña de la Junta de Estudios Históricos del Distrito Ezeiza —compuesta por la Lic. Patricia Faure, comprometida con la comunidad y sus vecinos— recuerda a sus habitantes de antaño y recrea algunos de los principales acontecimientos que forjaron estos pagos. Su gran virtud: situarse entre la precisión de los datos y el corazón del distrito, esferas que conforman nuestra identidad local.
Un libro recomendado para alumnos, docentes y curiosos de la historia local.

José María Marcos

viernes, 22 de junio de 2012

Centenario de la Estación Unión Ferroviaria

Cambiando de nombres.
Mapa de 1924. Ferrocarril del Sud.
Con el transcurrir del tiempo, algunas estaciones ferroviarias cambiaron su denominación, y los nuevos nombres debieron reflejarse en la cartografía específica. Comparando el mapa ferroviario del año 1924 (Ferrocarril Sud, inglés él), con el de 1957 (Ferrocarril General Roca, tras la nacionalización decretada por el presidente J. D. Perón), podemos ver cómo algunas estaciones fueron rebautizadas.
Mapa de 1957. Ferrocarril General Roca
En el mapa de 1924 se registra la existencia de las estaciones Conchitas, como así también el de la estación Adolfo Alsina. Observamos ahora el mapa de 1957, y notamos que han mutado sus nombres al de Guillermo Enrique Hudson, y a Manuel B. Gonnet.

En cuanto a lo regional, en el mapa ferroviario de 1924, encontramos al apeadero Links, que luego figura como Estación Unión Ferroviaria en el plano de 1957 (también se ha incluido a la estación Guernica, que no figuraba en el anterior).
El cambio de denominación fue un acto de justicia, un reconocimiento a uno de los sindicatos que agrupan a los que con sus esfuerzos y sudores hacen que funcione el ferrocarril, y no la soberbia de nominarla con el nombre de un juego del que sólo disfrutaban los jerárquicos británicos

Mapa de 1924. Ferrocarril del Sud. Ramal Témperley - Cañuelas
Mapa de 1957. Ferrocarril General Roca. Ramal Témperley - Cañuelas.
Por: Juan  Carlos Ramirez

Fuentes:
Udaondo, Enrique. "Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de la República Argentina". Ministerio de Obras Públicas; 1942.
Ministerio de Transportes de la Nación. Mapa de los Ferrocarriles del Estado Argentino. 1957.
Dirección Nacional de Ferrocarriles. Mapa de los ferrocarriles en explotación en la República Argentina. Año 1924
http://www.davidrumsey.com/maps5827
html http://estkm29.blogspot.com.ar

Romance de ingleses en el trebolar.

Lomas de Zamora, como Témperley, Remedios de Escalada o Adrogue eran zonas de viviendas de ingleses. De los ingleses del ferrocarril y de los frigoríficos. Los ingleses del té de las cinco y del foot ball. La influencia económica inglesa la vemos en la zona a partir de fines del siglo XIX con el trazado de los ferrocarriles, véase que a partir de ellos se fueron armando los dameros con poblado. Y por aquí se quedaban a vivir y desplegar sus costumbres.
Parece que por Lomas no tenían espacio para armar los greens donde jugar al golf. El mismo Ferrocarril del Sud, de donde provenían un nutrido grupo de jerárquicos que jugaban al golf, cedió los terrenos al Lomas Atletic Club y, por supuesto, la comodidad de un servicio de trenes regular para transportar a los jugadores. Así se llegó al 24 de junio de 1912, sabemos que los ingleses no se amilanan ante el frío, y se habilitó un apeadero con el nombre Parada Links.

Por: Lic. Patricia Celia Faure

viernes, 15 de junio de 2012

Senqui


Un hombre alto, corpulento, de impresionante vozarrón, con risa franca y mano tendida. Así fue Rosendo Roque Seoane, un bohemio elegante, de traje y corbata de moño.
Escritor de poesías, obras de teatro y artículos periodísticos firmados bajo el seudónimo de Jorge Senqui Antuña, fue el autor de la novela "La inocente Margot", estrenada teatralmente en el barrio de Flores. Publicó en el diario "La Voz del Pueblo" de la Ciudad de Monte Grande, que lo contó entre sus colaboradores. De 1951 data su poema "La verdad al desnudo", que en una de sus estrofas dice:

Del llanto ajeno pensamos
Que es solamente una treta,
Y hasta, a veces, nos cansamos,
De quien sufre y nos molesta.
De las penas de los otros
Nadie muere, es la verdad,
Y aquel que a morirse llega
Será ...de casualidad.
 
Este romántico poeta popular gustaba firmar como Senqui los grafitti con que se expresaba tanto en Ezeiza, como en el barrio de Constitución. Todos lo conocían, no era de los que pasaban desapercibido. Senqui llegó a Ezeiza en 1949 y permanece aún aquí, a pesar de habernos dejado físicamente en 1983. Permanece tanto en el afecto de quienes lo trataron como en la gestión que llevó exitosamente a cabo para que la estación se llamara José María Ezeiza, como forma superadora de aquel malentendido que la ligaba al célebre payador. La Ciudad de José María Ezeiza, lo reconoce como uno de los pioneros en la investigación de su pasado, que supo divulgar a través de una publicación donde curiosamente, no se encontraba su firma
Hombre inquieto, siendo secretario del Club Atlético Ezeiza, propuso " modernizar el sello de la Institución, usando el mismo texto, cambiando la estética del mismo y agregando la fecha de la fundación, dato este que no consta en el sello actual", como quedó registrado en el acta Nº 630 del 10 de octubre de 1963. Fue infaltable su colaboración en los festejos, como en aquel 29 de abril de 1962 cuando en el marco del programa por el 25º Aniversario, disertó sobre el tema “La juventud y los clubes de Barrio”. 
Participó activamente de los festejos de Ezeiza Ciudad. No podía faltarle un homenaje a su persona.
 
Por: Juan Carlos Ramirez

Bibliografía y fuentes consultada:
 Mazzeo, Lidia Verjano de. "Vivencias de la vida cultural de Ezeiza". Trabajo presentado en la Jornada de Historias de Pueblos,. Organizada por la Biblioteca Pública Alfonsina Storni;  11 de agosto de 2000.
Seoane, R.; García, H.; Dragone, F. “Ezeiza es ciudad” (folleto). 1973.
Actas del Club Social y Atlético Ezeiza
Testimonios de Cristina Seoane

martes, 5 de junio de 2012

Panamericanos 1951 en Ezeiza


En 1940 el 1º Congreso Deportivo Panamericano designó a Buenos Aires como sede de los Juegos Panamericanos que deberían celebrarse en 1942. Debido a la guerra fue postergado y el 2º Congreso Deportivo Panamericano, dispuso que la celebración inaugural fuese en 1951.
La organización incluyó el alojamiento de las delegaciones y de la representación de atletas argentinos en el Colegio Militar de la Nación (representaciones masculinas extranjeras); el Hogar San  Martín y los Hogares de Tránsito, dependientes de la Fundación Eva Perón, fueron la sede de las delegaciones femeninas. La delegación argentina fue alojada desde su concentración en la Villa Panamericana de Ezeiza.
El domingo 25 de febrero de 1951 la llama olímpica traída desde Grecia y portada por el atleta griego Aristides Roubanis, encendía el pebetero durante la ceremonia inaugural en el estadio de Racing, en Avellaneda. Compitieron poco más de 2.500 deportistas en 18 disciplinas y tras la clausura, el 9 de marzo en el estadio de River Plate, la Argentina conquistó 150 medallas (68 de oro, 44 de plata y 38 de bronce), seguida a gran distancia por Estados Unidos (95 medallas), Chile (41), Cuba (28), Brasil (32, aunque sólo 5 doradas) y México (40, la gran mayoría de bronce).
La natación tuvo lugar en las piscinas al aire libre de 50 m de largo (no había aguas abiertas ni nado sincronizado), conocidas aún hoy como Piletas Olímpicas.
En el Anuario de la revista MUNDO DEPORTIVO, del 27 de diciembre de 1951, puede leerse:
“A disposición de este propósito de confraternidad que prevaleció durante los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos, se tuvieron infinidad de cosas favorables. La villa Panamericana que convirtió al Colegio Militar de la Nación en un perfecto campamento para atletas; la Villa Evita, en Ezeiza donde se concentraron los muchachos argentinos que llevaron hasta  tan alto los colores nacional.”(Y muchachas, creemos).
El Mundo Deportivo N° 94 (Buenos Aires), del 1 de febrero de 1951, publicó:
Actividad constante y progresiva es la que se registró en la Villa Olímpica de Ezeiza. Puesta por disposición del general Perón y su señora esposa, a la dirección y cuidado de nuestras delegaciones deportivas, en ella, escenario y paisaje magníficos, los atletas argentinos trabajan en forma notable para adquirir una potencialidad acabada para el excepcional certamen continental”.

Por Juan Carlos Ramirez

Fuentes:
Centro de Documentación Histórica “Dra. Gilda Lamarque de Romero Brest”. 

lunes, 4 de junio de 2012

Barrio Uno. Villa Olímpica

Don Ramón Teodoro Martínez (82) Gomero y bicicletero que viene adosado al paisaje de Barrio UNO. Todo educación, caballerosidad, galanura. Ciclista de corazón desde su juventud; competidor de carreras de ciclismo. Ama la ruta. Piñas grosas, memorables. Con su hermano Carlitos, formaban el uno dos. Cuenta que compite y organiza competencias desde 1950 “cuando se hicieron los juegos Panamericanos y los edificios grandes del Barrio eran la villa olímpica y se hospedaba toda la Delegación argentina. Era lo más lindo de Buenos Aires” asegura.
Correntino por nacimiento, devoto de Ceferino Namuncurá, emigró de su provincia natal en la década del ’40 y cayó en Ezeiza muy joven cuando la efervescencia del País, quiso acompañar a Perón en una obra incontrastable y magnífica. Es testigo presencial de los hechos de su época. Perón, Evita, Pistarini, Morillas y los primeros habitantes son en su lenguaje, habituales y cotidianos. En 1952 -1953 para el Día de la Patria se hacían jineteadas y fiestas camperas, en el predio que ocupó más tarde (1962) el viejo Mangrullo y al lugar lo llamaban “la villa olímpica”. Martínez da una semblanza y la cronista se explica la designación de “piletas olímpicas”.
 Los Juegos Panamericanos se realizaron en Argentina en Febrero de 1951 y por primera vez en América y según la historia y los datos de la época, Barrio Uno fue hospedaje de la delegación argentina que por única vez lideró el medallero al finalizar los juegos en los que compitieron más de dos mil atletas. Entre los deportes que participaron estaba el ciclismo, pasión eterna de Teodoro que lo arrastró para estos lares en aquella época y que hasta hoy practica sistemáticamente. Su próximo proyecto es Luján a setenta kilómetros para ejercitar los “ravioles” abdominales que a los 82 muestra sin vergüenza. Manos callosas, son rastros de inmensas gomas de camiones, y tractores que a lo largo de 60 años han tallado, pero que esconde debajo de los guantes recortados de badana cuando sale a correr. Los vientos de la Argentina esculpieron en su cara sin arrugas, la angulosidad de la sabiduría forjada en la experiencia. Creyente profundo de la familia y sus códigos, supo junto a Caty Balasteguy, formarla a su medida.

Por: Bini Peñuelas

jueves, 26 de abril de 2012

Albert Einstein en Ezeiza

El ingeniero Jorge Duclout nació en 1853 en Alsacia (Francia), y llegó a nuestro país en 1884 invitado por el matemático Valentín Balbín. Sus primeros trabajos fueron cartográficos, luego fue una especie de consultor en ingeniería y finalmente docente en escuelas de magisterio y profesor de la Facultad de Ingeniería de la UBA en 1887, en donde dictó el curso de Teoría de la Elasticidad hasta 1923. Duclout, autor de Los axiomas de la geometría (1922), fue el primero en dar una conferencia sobre teoría de la relatividad en Sudamérica, y participo en congresos mundiales de Matemática en Heidelberg (1904, único por latinoamérica), y en Cambridge (1912), como delegado argentino.
Por iniciativa de Duclout en 1922, la UBA invitó al premio Novel Albert Einstein, a dictar 8 conferencias sobre la Teoría de la Relatividad. Einstein, ya en nuestro país, viajo a la ciudad de la Plata para inaugurar el año académico de 1925; realizo un viaje nocturno en tren a la ciudad de Córdoba y pidió que el regreso se hiciera en un viaje diurno para poder observar nuestras inmensidades. Un jueves 23 de abril de 1925 por la noche, dejó la ciudad de Buenos Aires y llegado a Alemania, pronosticó “un gran porvenir económico y cultural para Argentina”, en donde por vez primera realizó un vuelo en avión (sobrevolo Buenos Aires).

Durante su estadía fue huésped del empresario Bruno Wasserman, quien poseía una residencia en el Barrio de Belgrano, lugar en el que se alojó los días que estuvo en Buenos Aires, ciudad a la que considero cómoda pero aburrida, con gente cariñosa pero estereotipada y superficial. Los Wasserman eran propietarios además, de una residencia de descanso en Llavallol, adonde el físico realizó tres visitas en automóvil: domingo 05, miércoles 08, y domingo 19, todas en abril de 1925. El miércoles 8 de abril Einstein, quien había decidido adelantar el receso de Semana Santa de ese año, regresó a Lavallol en donde encontró un "hermoso clima, maravillosa quietud", como dejó anotado en su diario. La cabaña se encontraba en lo que a partir de 1897 fue La Victoria Convalescent Home, dependiente del Hospital Británico, solar que actualmente ocupa el Colegio La Medalla Milagrosa, en Moldes y Néstor de la Peña.
Fue allí en donde tuvo "una idea sobre una nueva teoría sobre la conexión entre la gravitación y el electromagnetismo". Parece que este hombre, de vestir sencillo y de gris, no perdía detalle de las tareas rurales y presenció cuando un coletazo vacuno le ensució el sobre cuello de goma que usaba sobre su camisa el mayordomo Pablo Decal. Vio con curiosidad como éste se lo sacaba, lavaba y tras secarlo, volvía a colocárselo, y tras la escena habría comentado: "Vea, a mí me dicen sabio y esto no lo sabía". Disfrutaba de los atardeceres desde el puente peatonal de la estación, en donde conversaba con el auxiliar Manuel Iglesias. Los recuerdos que se mantuvieron oralmente, registran que se trasladaba en un Ford a bigotes, un auto de alquiler, que conducía Agapito Otero, un remisero de aquellos días. Quizás desde el puente miraba hacia Ezeiza, más de una vez habrá coincidido su mirada con la de su ingeniero amigo, que vivía en La Valentina, y que también gustaba mirar hacia las estaciones, ya que así lo hacía desde una baldosa marcada con ese fin, hacia la estación de Monte Grande, ciudad en la que una calle lleva su nombre.
En esos días fue cuando Einstein visitó a Jorge Duclout, quien ya estaba afectado de una enfermedad terminal. Probablemente el encuentro fue en la residencia La Valentina, hoy en el Barrio 1 de Ezeiza. La amistad con Albert Einstein, 25 años menor que Duclout, quizás derivaría de que ambos estudiaron en la misma universidad, el Instituto Politécnico de Zürich. Duclout, no solo había estado de acuerdo con la creación del Partido de Esteban Echeverría, sino que contribuyó con la importante suma de cinco mil pesos. Considerado un hombre generoso con sus conocimientos, murió olvidado el 15 de febrero de 1929; quien debía dar un discurso de homenaje (el único), llegó cuando la ceremonia fúnebre ya había terminado.

Por: Juan Carlos Ramirez

jueves, 12 de abril de 2012

16 de julio de 1885

A mediados del siglo XIX nuestra región contaba con varios servicios de mensajerías y diligencias. En 1856 "Las Mensajerías Argentinas" era la más importante y en una de sus rutas unía Buenos Aires con Cañuelas, tres veces al mes. La demanda justificaba el paso de un ferrocarril y la gestión se inició en 1869; seis años después y atento a la posibilidad de realizar un negocio inmobiliario, el señor Ignacio Piñeiro obtuvo la aprobación para fundar el "Pueblo de las Naciones" en tierras donde hoy se levanta la actual Villa Golf. Al fracasar el proyecto de unir por ferrocarril Barracas con Cañuelas, la creación del nuevo pueblo no se concretó por falta de radicación de pobladores.
En 1884, finalmente se autorizó la construcción provincial de una línea que "partiendo de Barracas al Sud, empalme con la del Oeste que va a La Plata y sigue hasta el pueblo de Cañuelas". El 4 de julio de 1885, los nombres de las estaciones fueron oficializadas: "En la línea férrea a Cañuelas las estaciones se designarán con los nombres siguientes: Km. 2,500 'Santa Catalina', Km. 11,950 'Ezeiza', Km. 17,625 'Llavallol', Km 38,500 'Vicente Casares", Km. 43,525 'Cañuelas'." Finalmente, por la Circular Nº 89: "Se comunica a quienes corresponda que el día 16 del corriente tiene lugar la inauguración de la línea de Temperley a Cañuelas, la que será abierta al público el día 17".

Surgen los pueblos de Ezeiza y T. Suárez
La tradición nos dice que el tren llegó arrastrado por la locomotora 47, la primera construida en los talleres del ferrocarril Oeste y por tal, denominada "Primera Argentina". Eran las 9 de la mañana de un 16 de julio de 1885 excepcional; el calor del entusiasmo derrotaba el acostumbrado frío mañanero cuando el jefe de estación, el señor Bautista Barri, recibió a la formación en tanto su paso fue protegido por el guardabarreras señor Ignacio Abaneta. Al continuar su camino la formación cruzó por tierras de la Sra. Virginia Acosta de Suárez, parando en la estación Llavallol. Nuestros vecinos consideraron que ese día, a las 9.12 hs, se marcó el nacimiento de la población que luego fuera llamada Tristán Suárez y que como Ezeiza y tantos otros, jamás fue fundado oficialmente. Los ezeicences, prefirieron adoptar el criterio de que el pueblo “nació” cuando los pobladores pudieron viajar en los trenes, un día después, que allí se inició la vida pueblerina en Ezeiza.

Ezeiza, Suárez y el mundo.
Durante el recordado año, Luis Pasteur salvó al primer niño de ser muerto por la rabia, gracias a su vacuna; es el año en que Coca Cola comenzó a comercializarse como remedio para aliviar el dolor de cabeza; se publicó “La tierra purpúrea” de Hudson y “Sin rumbo”, de E. Cambaceres; se consideró concluida la Conquista del Desierto y se dictó la Ley de Premios para “premiar”a los que exterminaron a los indios. Se envió la primera partida de carnes enfriadas a Londres, se construyó la Escuela Petronila Rodríguez, hoy Palacio Sarmiento pero conocido popularmente por Palacio Pizzurno, que actualmente alberga el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Es el año en que nació Alicia Moreau de Justo, médica y militante socialista. Cerca de Plaza de Mayo, un comercio dedicado a botería y zapatería llamado “La beporteña” fue puesto de moda por las damas. Sin embargo, creemos que nada de esto fue registrado por la memoria colectiva, que si fue marcada a fuego cuando se inició la costumbre de ir a ver pasar el tren, que en esa misma tarde a las 16.30 hs., partía de Ezeiza rumbo a Temperley, cerrando tan importante jornada.

Por: Juan Carlos Ramirez

martes, 3 de abril de 2012

Helados Petra

Las vueltas de la vida hicieron que ahora haya abierto una hermosa heladería en la vistosa esquina de French y Echeverria, en Ezeiza. Allí mismo, donde niños con skipis marrones se arremolinaban en puntitas de pie para espiar los tachos de los helados que vendía la señora Petra Squiciato. Los sabores de la década del 50 eran menos sofisticados y de agua solo existía el de limón. Todos los cucuruchos y tacitas se comían (¿Starosta o Erevan?). Las cucharitas eran de madera con forma de palita como de jugar a la paleta pero, obviamente, más pequeñitas, si las chupabas mucho tenías un sabor a bosque en la lengua agarrotada de frío.
El comercio de Valentín y su esposa Petra contaba con dos entradas, recuerda la vecina Silvia Tissone: una por la esquina que daba hacia French para la heladería y otra puerta yendo hacia Echeverría para la fiambrería, y siguiendo en esa dirección estaba la casa particular de los propietarios.
Petra era la reina de la heladería. Hortensia Carrizo afirma que era divina de amable. Muy elegante, gordita pero bien formada. No tenía hijos pero su matrimonio transmitía alegría conyugal. La señora que hoy oficia de cajera la recuerda de labios bien rojos perfectamente maquillados.

Flor de helados
La fábrica de las delicias frías estaba ahí nomás a la vista en el local. La batidora a la izquierda, la heladera con las latas a la derecha. Las paletas revolvedoras eran un péndulo hipnotizador para el niño Juan Carlos Ramírez. Todos los veranos peregrinaba hasta la esquina gloriosa a comprar: crema americana y crema rusa son los sabores imborrables que han quedado grabados en su hemisferio izquierdo. El pote era como de tela y llegaría hecho hilachas, porque el niño pedaleaba de costado en la bici de adultos, raudo en la calle de tierra, llena de huellas, pozos, perros tarasconeadores, ligero cual saeta, apurado por comer la delicia fría y apremiado por la recomendación de la mamá que le percutía en el cerebro: ¡que no se derrita en el camino!. La estela helada era una huella caliente con rumbo a los fondos de Ezeiza para dar consuelo al hermano operado y en cama. El helado era la felicidad dulce y anhelada, largamente disfrutada en papila y recuerdo añorado.

Palito, bombón, helado
Piensa que te piensa. Recuerdos revueltos. Pero nada. No surge en las memorias activas consultadas la siguiente microempresa que fabricara helados en el pueblo de Ezeiza. Petra es un mojón en nuestra historia gastronómica. Dejamos la inquietud a los lectores. La historia es ancha y ajena dicen. Desde los chinos que lo inventaron hasta los italianos que lo impusieron en la meca occidental de la comida, los helados hicieron camino y aquí llegaron de la mano de un descendiente de la península con forma de bota, para no ser menos rigurosos con los valores históricos.
Lo que surge fresco es la changa de los jóvenes forzudos que se animaban a trillar el pueblo con la mochila vendiendo helados. El concesionario atendía en el quiosco del Papi Agnelli, French al 300. La provista consistía en la heladera de telgopor, el hielo seco y la mercadería rigurosamente contabilizada. Los derroteros los marcaban los mercados vírgenes: Villa Golf, las quintas, los hornos de ladrillos y, en general, los fondos (serían los barrios más alejados de la ruta y las vías del tren). El éxito del emprendimiento dependía del aguante de hombros del miniempresario en ciernes. No siendo Petra y el Kibón, según Hugo Rottoli, no había más heladerías en la zona, de modo que era un rebusque apreciado y gratificante. El alivio frío y felíz venía dulcemente contenido, ¿ahí sí?, en una tacita.

Por:Lic. Patricia Faure.

sábado, 31 de marzo de 2012

El caminito hacia la estación

Huellas que no se borran. Dedicada al vecino Félix Dragone

La entrada databa de cuando la hacienda en pie viajaba en vagones jaulas, por eso había corrales en lo que hoy es el Parque Central de Ezeiza. Entonces se olía a bosta, hoy se huelen otras hierbas procesadas por humanos. Y por que las vacas eran gordas y muchas, la puerta era grande, era una tranquera. Ahí nomás los molinetes permitían el paso de la gente y un piso enrejado con vías impedía pasar las pezuñas del ganado que anduviera con ganas de escaparse.
Lo que durante mucho tiempo se viviera como un camino de las cabras tenia su entrada puntiaguda por la tranquera del campo del ferrocarril, cuando la calle Lavalle desembocaba en República. Decimos puntiaguda porque las piedras que lo adoquinaban eran de las que se ponen entre los rieles que sujetan las vías y pinchaban las suelas de los calzados de lo lindo. Con una mano en el corazón: ¿quién no compró terreno en ese sendero?. Siempre fue comodísimo en su incomodidad para acceder a la estación de trenes de Ezeiza. A fuer de carpido por tanto paso de gente, se disolvía en barro cuando llovía, entonces, más o menos felices, patinábamos. La primer curva era a la altura de la morera (hoy la pobre es un banquito) y la segunda rectita final la tomábamos a la derecha, a la altura del ombú, que hoy esta duplicado.
Hoy República es Presidente Perón, para dar el gusto de desorientar a los empleados que entregan correspondencia. Hasta la altura de las casas han cambiado. Al camino trillado por los viajeros rumbo al tren, el pasado 8 de diciembre, lo bautizaron sin ser bebé y le pusieron de nombre Pasaje de la Virgen, bendiciendo la voluntad de los vecinos que siempre lo incluyen en su itinerario para llegar a la estación más rápido. No ha habido empresa privatizadora del ferrocarril que no haya querido domesticar a la vecindad, pero siempre han sido derrotadas: levantando la pata, reboleando el bolso, trastabillando, embarrándose, resbalándose, colgándose de los alambres, agarrándose como sea, haciendo sietes a las pilchas, los vecinos seguimos transitando por los huecos que abre la constancia de la costumbre: si no es un alambre cortado, es un hueco abierto… al progreso civilizado. Quieren enseñarnos como conducirnos pero no aprendemos. Ante tanto empeño, seria bueno que las autoridades correspondientes tomaran nota y ejemplo de los japoneses: ellos diseñan sus paseos públicos teniendo en cuenta los senderos que usa previamente la gente que transita habitualmente por ese lugar. No tratan de imponer un uso sin contemplar la necesidad de las personas. Algo de eso se tuvo en cuenta en los nuevos caminitos de la plaza Belgrano. Y ya que hablamos de la vieja plaza, que fue construída por los vecinos en la década de 1950, los vecinos nucleados en la Asociación Amigos de Ezeiza. Como la memoria nos conmueve y la fuerza de los ejemplos que nos brinda la historia es nuestro incentivo, aún estamos esperando ilusionados aunque sea el blanqueo del busto del creador de la Bandera, el 20 de junio pasó sin pena ni gloria por allí. Lo mismo para el Santo de la Espada que no tuvo ni su 17 de agosto. Se aprovechan de su santidad. Eso sí: no los vemos tomando una cerveza, preferimos imaginarlos haciendo trote en la pista de la salud cada mañana tempranito.

Por: Lic.Patricia Faure.

jueves, 29 de marzo de 2012

Ezeiza y sus mujeres

En la toponimia local tenemos unos cuantos barrios con nombre de mujer: Santa Marta, La Celia, Villa Guillermina… Eso sí, las ciudades tienen nombre de hombre: José, George, Carlos, Tristán… Entonces aprovechemos el día para poner en la conversación a algunas muchachas. La historia y la geografía son femeninas.

Nomolvides
Doña Josefa Guevara de Acosta y Virginia Acosta no pudieron eludir su destino de herederas. Como un abordaje la historia se explica desde el uso y la propiedad de la tierra, ellas legalmente así lo fueron, abuela y nieta, de buena parte de los terrenos que hoy constituyen el distrito Ezeiza. Josefa llegó a figurar en alguna mensura y ocupó su espacio en la cartografía identificatoria. Tuvo la suerte de no ser solamente la viuda de o la testamentaria de. A Virginia no le fue así, su esposo Tristán Suárez sí se sacó la lotería casándose con ella. Sino fíjense quién sabe de ella y quién sabe de él, a pesar de los grandes desvelos que se realizan desde el Museo local para reivindicar su memoria. Sólo conocemos de ella que tuvo dos hermanas que fallecieron en las epidemias de fiebre amarilla de mediados del siglo XIX y que su cara se ve muy triste en las fotos. Su mamá, Virginia Claros, enfrentó unos cuantos desvelos hasta sanear y ordenar legalmente lo que fue su herencia.

Vacas en topless

Refiriéndose a una señora que vivió desde fines del siglo XIX en zona rural, dedicada toda su familia a la ganadería lechera donde el actual aeropuerto, Nélida Garayar de Azcoitía recordaba: Mi abuela María Martina Ormat de De Vicondoa era muy coqueta, se iba a pasear a la Capital, tenía peluca. Salía así nomás vestidita porque el marido no quería que saliera: que esto, que lo otro, ¡era terrible! y las amistades de ella eran la familia Goñi. Y el cochero la llevaba allí y ahí se empilchaba, se arreglaba y se iba a la Capital a pasar el día… y cuando llegaba la noche, de vuelta iba ahí (a la casa de la familia cómplice), se sacaba las ropitas y se ponía las que había llevado del campo y el cochero la llevaba y se presentaba con esas ropitas de vuelta.
Delia y Josefa Goñi recordaban sobre la misma buena vecina, a la que le decían “la de los sombreros”, corroborando con su accesorio el toque característico de la elegancia y el recato: Todos los domingos estaba acá. Si mamá tenía familia ya estaba acá, venía con una yunta de gallinas para que tomara el caldo (risas). Antes se le adjudicaba la capacidad de incrementar la cantidad de leche a las madres.

Bendita tú eres

Nos gusta tender puentes y continuidades entre el ayer y el hoy. Sin desmerecer a nadie…¿Qué sería la biblioteca de Spegazzini sin América? ¿Qué seria la Cámara de Comercio de Ezeiza sin Paola? ¿Qué sería el Museo de Tristán Suárez sin Claudia? ¿Qué sería la escuela 9 de Canning sin Martha? ¿Qué sería la biblioteca Sarmiento sin Ilbia y Marta? ¿Que sería de Acento Poético sin María Inés? ¿Qué sería de los perritos sin Blanca? ¿Qué sería del homenaje a los que nos precedieron sin Ana?¿Qué sería de las mascotas del barrio sin Negrita?. Hasta las podemos nombrar sin apellido porque no hace falta para reconocerlas en su valentía y perseverancia cotidiana, porque se las identifica por su honesta labor. Nuestro reconocimiento a las mujeres que en actitud equivalente construyeron y construyen la diferencia en las distintas localidades y barrios adonde llega esta publicación.

Por Lic. Patricia Faure

sábado, 24 de marzo de 2012

Estampados y aviones

Hoy volvemos sobre la fábrica de aviones. Sobre ella escribimos hace unos meses en este esfuerzo de retener en tipografía lo que el tiempo y los intereses ajenos a valorar y cuidar el patrimonio de nuestros ancestros ignoran.

La estampería
Un día Hortensia Carrizo vio un cartel donde solicitaban empleadas para una estampería textil…y desde allí comenzó como Penélope a tejer y destejer recuerdos.
La textil funcionó en la manzana delimitada por la ruta, la calle Paso de la Patria, Gral. Lamadrid y Donato Alvarez., J.M. Ezeiza. Hace un tiempo atrás localizamos en este lugar una fábrica de aviones que funcionó a posterioridad de la que ahora hacemos referencia.
Existió desde el año 1951 ó 1952, y durante no más de cinco años, recuerda Hortensia Carrizo, quien se desempeñó allí como empacadora: ella medía los metros tela para cada rollo o para cada disponerlo en pliego chato, los envolvía en papel madera y les ponía la etiqueta correspondiente. Recuerda que hacían telas de tapicería y de cortinados pesados como se usaban entonces. También telas para vestidos. Los dueños eran unos hermanos de apellido Ortíz, Ernesto y Florencio, empresarios allegados al gobierno. Tras esos pocos años presentaron quiebra.
La fábrica, en realidad, no fabricaba telas, era una estampería, allí se estampaba la tela, contaban con el trabajo de un dibujante y de un encargado de la tintorería quien decidía cómo amalgamar los colores para el teñido de las telas.
Tendría unos 50 operarios, todos de Ezeiza. La mayoría eran hombres. A las compañeras de trabajo casi puede recordarlas a todas: la señorita Cabanelas, Marta González de Harguindeguy, una chica francesita y dos o tres más.

Hasta que la muerte los separe
Ernesto Ortíz tuvo tres hijos y construyó una casa de fin de semana que, aún hoy, en chanfle, se la enfrenta caminando por La Pampa en su intersección con Beruti, en J.M.Ezeiza. Es un chalet rodeado de grandes árboles que parece previo al caserío y listo para tragarse el sol de un trago: lo imaginamos viendo encopetar el amanecer sobre los tejados de la vieja estación de trenes y recortar las siluetas de los teros hacia el poniente del astro rey, hacia el barrio El Tala de hoy.
El otro Ortiz, Florencio, se casó con una señorita inglesa y vivieron en El Trébol. Con su esposa hicieron un pacto al llegar a la vejez y murieron voluntariamente juntos cuando la enfermedad los acosó. Fue un caso de amor hasta el final que se comentó mucho en el pago cuando sucedió.

Y dale con los aviones
La nota de la fábrica de aviones, que fue el uso posterior que tuvo la estampería, trajo cola entre los lectores. Los párrafos previos son consecuencia de ello: Hortensia se disparó con estos recuerdos acicateada en su honestidad histórica poner algo de la memoria.
Otro vecino, el señor Juan José Seisdedos, quien actualmente vive en Bolívar, recordó que la posterior fábrica de aviones se llamaba Berkling y compañía…
Estaba ubicada en terrenos muy bajos y cierta vez que llovió mucho, pude ver maderas de distintas formas y medidas flotando por el predio. El agua llegaba hasta cerca del terraplen de la trocha angosta..

Berkling
Arnold Berkling fue un ingeniero alemán que fabricó por lo menos un avión bautizado Catracho y que cuando lo estaba volando un día se vino abajo con avión y todo y falleció. Lo dicho ocurrió en Honduras, en San Pedro Sula (la segunda ciudad en importancia de este país centroamericano). Nuevamente quedamos picados por la curiosidad y/o admirados por la curiosidad de que aparezca ese apellido aquí en el sur del mundo. A cada paso que damos siempre nos surgen más inquietudes y preguntas que respuestas, la de hoy es: ¿el nombre de la fábrica habrá sido un homenaje al malogrado ingeniero?

Por: Lic.Patricia Faure

martes, 21 de febrero de 2012

Nicanor Ezeyza

Curiosidades.
Leyendo en internet me llamó la atención un texto titulado : 'LOS SORPRENDENTES CAMINOS DE LA POSTERIDAD', investigación histórica realizada en el distrito de Ezeiza. En ella cuentan como personas con menos méritos acceden al bronce y a la posteridad que los que han hecho grandes luchas o despliegues de altuismo. En síntesis 'otro Ezeiza', por 'casualidad' tiene un municipio que lleva su nombre... pero 'por fortuna y obra de Dios', el Ezeyza generoso nos tocó a los marchiquitenses... ¡ Grande Don Nicanor! . Ver http://ezeizaysuhistoria.blogspot.com/
Igualmente, es de señalar lo interesante del sitio que es editado por LA JUNTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DEL DISTRITO DE EZEIZA.
¿Estaria bueno que Mar Chiquita tenga ese tipo de investigación histórica, no?--- Queda la propuesta, a ver si alguien recoge el guante.

Nota:
Un visitante nos advirtó de este comentario en http://marchiquita-online.es.tl
Agradecemos lo que nos toca.


El editor

sábado, 4 de febrero de 2012

Manuel Dorrego en Nazareno y en Ezeiza

Nació en Buenos Aires el 11 de junio de 1787, hijo del portugués José Antonio Dorrego y de la porteña María de la Asunción Salas. Estudios en el Colegio de San Carlos, siguiendo la carrera de jurisprudencia en Chile. Comprometido desde muy joven, ayudó a escapar a su primo Salvador Cornet, implicado en la sedición contra Liniers.
Fue en Santiago en donde se enteró de los sucesos de mayo de 1810, proceso que repercute en Chile el 18 de setiembre del mismo año. Dorrego tomó parte activa, mereciendo una medalla con la leyenda "Chile, a su primer defensor". El 1 de abril del año siguiente estalló una contrarrevolución dirigida por el coronel español Figueroa, reprimida exitosamente por Dorrego, lo que le valió que le concedieran un escudo con el texto "Yo salvé la patria" y los nombramientos de Benemérito y capitán del de Granaderos.
Regresó a Buenos Aires en junio de 1811, coincidiendo con la noticia del desastre de Huaqui. Su prestigio impulsó a Saavedra a llevarlo en su comisión al Norte, junto con Warnes, Regalado de la Plaza, Oyuela, Martínez y Echeverría. En agosto de 1811 fue promovido al grado de capitán debiendo servir en la división de Díaz Vélez.
Tras la retirada por la derrota en Guaqui, Juan Martín de Pueyredón, comisiono al mayor general Eustoquio Díaz Vélez, para enfrentar al realista Francisco Picoaga. El avance hizo que Picoaga se retirara hasta Tupiza, y luego del Combate de Sansana, Díaz Vélez lo persigue hasta la margen sur del río Suipacha, intercambiándose descargas de artillería a través del río. Después de negociaciones frustradas, el 11 de enero de 1812 Díaz Vélez envió a Manuel Dorrego con 100 hombres a copar el pueblo de Nazareno, ubicado en la quebrada del mismo nombre.
El combate
El 12 de enero Díaz Vélez ordenó vadear el río, con el apoyo de la artillería, produciéndose el Combate de Nazareno. Las fuerzas patriotas fueron divididas en 3 columnas de ataque y una de reserva, pero cuando parte de la caballería cruzaba el río Suipacha, se produjo una repentina creciente del mismo dejando aisladas a las tropas al mando de Dorrego que lo habían ya cruzado, sin que pudiera pasar la infantería y el resto de la caballería. Los realistas, que se habían dispersado, se rehicieron y derrotaron a Dorrego, quien fue herido en la garganta. Por estas acciones Dorrego fue ascendido a teniente coronel.
En Sansana, a cuatro leguas de Pumaguasí, Dorrego sólo había perdido tres hombres mientras los españoles tuvieron catorce bajas, dos heridos graves y seis prisioneros. En el combate de Nazareno fue herido en el brazo derecho y en un pie, y al atravesar el río Suipacha, al día siguiente, recibió un balazo en el cuello. "Su resuelta bravura ha admirado nuestras tropas y aterrando al enemigo", manifestó en su parte el general Díaz Vélez, mientras Pueyrredón dijo: "Don Manuel Dorrego ha servido en la Vanguardia de este Ejército sin sueldo ni gratificación alguna, y su valor lo ha distinguido de un modo singular, mereciendo la confianza del general de la Vanguardia para emplearlo en las acciones de mayor riesgo".
Manuel Críspulo Bernabé Dorrego Salas, tenía en ese entonces, 24 años.
El payador uruguayo José Silvio Curbelo lo recuerda así:
Argentino, Americano
En la idea y en los hechos
Impulsivo y corajudo
En los embates guerreros
Recibió sendas heridas
En Sansana y Nazareno
Y le pidió a sus soldados
Para seguir combatiendo
Lo alzaran sobre el caballo
Así fue Manuel Dorrego

Dorrego en Ezeiza

En el Distrito Ezeiza hay dos calles que llevan su nombre. En Altos de Tristán Suárez, la calle Dorrego se extiende entre José Porqueras y Concepción; la calle que nace del otro lado de Porqueras se llama Gregorio de Lamadrid, el general unitario, el camarada al que Dorrego le confió las cartas que escribiera momentos antes de ser asesinado por orden del general cancerbero Lavalle. En la ciudad de José María Ezeiza, se honró a Manuel Dorrego dándole su nombre a la calle que nace a la altura de French al 900, la que esta asocia nada menos que al de Independencia, nombre de la calle que nace del otro lado de la mencionada avenida.
Monumento a Manuel Dorrego en la. C.A. de Buenos Aires, emplazado en la esquina de las calles Viamonte y Suipacha, realizado por Rogelio Yrurtia e inaugurado en 1926.

Por: Juan Carlos Ramirez