martes, 17 de mayo de 2022

La región y los caminos

  La llanura que se extendía al Sud Este del Riachuelo de los Navíos, parecía un manto verde proyectado al infinito. Lejos de brindar una sensación de monotonía, el calmo paisaje presentaba una vegetación radiante y vivas. Bosques de talas, espinillos, achaparradas cinas cinas, falsos café, pocos ceibos, algún que otro ombú, se esparcían en ondulaciones surcadas de arroyos y zanjones tributarios del río.
Los desniveles del terreno servían como lagunas compensadoras, siendo numerosas las cañadas y los bañados que retenían las aguas pluviales hasta el verano. Ello le permitía la vida a los porotillos, totoras, sagitarias, lentejitas, repollitos, helechos y a los juncos. Estos tallos cilíndricos lisos y fofos que alcanzan hasta 1,5 metros de altura, eran secados para ser utilizados en la confección de asientos, cortinas, cestos, etc.. Los huevitos de gallo, la flor de sapo, los cuernos del diablo y el revienta caballos, contribuían con el abrojo y el duraznillo negro, a la variedad herbácea.
  Especies típicas como el mburucuyá también llamada mburucuyá-guazú por los pueblos originarios y Pasionaria por el común, convivían con otras enredaderas trepadoras como la tasí (doca) o la verbena roja (margarita de campo). Todas ellas conforman parte del paisaje entre las ramas de los cercos vivos. Cuando el calor fatigaba los pastos, que alcanzaban hasta un  metro de altura, se tornaban amarillentos en donde los suelos eran más áridos. En las zonas más altas, la tosquedad de la hiervas duras era matizada por las cortadera filosas y sus flores de penachos blancos, también llamado de las pampas , plumero o, cola de zorro (cortadera Selloana Argentum, o pampa Grass).
Para  llegar a estos pagos desde la ciudad de Buenos Aires, se usaba tomar la dirección del "Paso de Zamora". El otrora "Camino Real", llamado el "Camino de las carretas", se extendía desde el hoy Puente La Noria y pasaba por la estancia "Los Remedios" en su camino a Las Flores. Los vehículos ligeros tirados por caballos, introducidos por los escoceses de la "Colonia de Monte Grande", fueron paulatinamente reemplazando a las pesadas carretas ungidas a lentos bueyes, que dieron nombre al camino.
Tras cruzar el río Matanza, debían salvar sus anegadas inmediaciones. Las tierras bajas se fueron rellenando debido entre otras cosas, a la rectificación del río y al asentamiento poblacional. Un claro ejemplo es el efectuado en la zona de Villa Transradio (E. Echeverría), área donde el surgimiento de barrios que componen la localidad "9 de Abril", sepultó en el recuerdo a los salobres bañados allí existentes.
En el valle surgen aguas saladas que durante el pasado siglo fueron explotadas debido a que la composición marina la hacía rica en cloros, sulfatos, sales magnésicas potásicas, iodadas con gran poder curativo. Tomamos esto de un folleto editado por "Termas del Plata, Ribera Sur y Virgilio" para promocionar a "La Salada", en Lomas de Zamora. Las características de estas aguas fueron tomadas por las ingresiones marinas que inundaron parte de la provincia. La ingresión denominada Holocénica o Querandinense, inundó nuestra región hasta Cañuelas.
La ondulación del terreno dio origen a la referencia de Lomas de Zamora, debido al continuo suceder de tierras altas y tierras bajas. En el Museo "La Campana" (Esteban  Echeverría), es posible consultar el libro que promocionó el loteo de Monte Grande y comprobar que se trazó sobre sobre terrenos regularmente accidentados por lomas altas con pendientes de sur a norte, y que: "Para el asiento del pueblo háse elegido la loma más elevada". Pese a la constante nivelación del territorio, puede observarse aún hoy, la trepada que debemos hacer desde el arroyo Ortega hasta los Montes Ulloa (curva Santamarina), cuando transitamos desde Ezeiza por la ruta 205 camino a M. Grande.
En nuestro distrito, las partes más altas alcanzan a los 25,5 msnm, mientras que en las tierras aledañas al Matanza, desciende a los 3,75 msnm. La lectura de las cotas nos da una idea de las ondulaciones que debieron superar los constructores del ferrocarril Temperley-Cañuelas en 1885: Kilómetro 23,540 (luego Villas Mayo y posteriormente Luís Guillón), 16,12 msnm; M. Grande 19,39 msnm; Ezeiza (hoy José María Ezeiza) 19,92 msnm; parada Links (hoy Unión ferroviaria) 21,33 msnm; y Llavallol (hoy Tristán Suárez) 18,35 msnm.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva






sábado, 14 de mayo de 2022

El arte de curar

Cuando las tierras que se encuentran aproximadamente entre las vías del Ferrocarril Roca y el río Matanza hasta el arroyo Ortega, estaban bajo la jurisdicción del Cuartel V del Partido de Cañuelas, don Ramón Carrizo fue nombrado Alcalde con competencia desde la estancia Los Remedios (1), hasta el pueblo de San Vicente. Don Ramón, seguramente, mantuvo permanente contacto con Pedro Martínez Niño, quien tuvo la tarea de vacunar en septiembre de ese mismo año.
Hemos podido rastrear que en julio de 1823, cuando la viruela hizo estragos en la población del distrito de San Vicente, el comisionado Ignacio Martínez hizo esfuerzos denodados para vacunar a nuestros desconfiados vecinos asentados al sur este de las vías y al sur de la ruta 52. Si bien no residió, sabemos que un años después ya teníamos a un farmacéutico como propietario de la estancia "Los Remedios". Don Tomás Whitfield la había adquirido a Pablo José de Ezeyza, según consta en la escritura fechada el 13/07/1824.
Estas breves referencias tienen como objeto recordar a los pioneros radicados en nuestras tierra, dedicados al arte de curar y que contaban con la licencia expedida por el gobierno. Gracias a las investigaciones de Lucio García Ledesma, conocemos que el primer médico con título universitario que atendió al mencionado Cuartel V de Cañuelas, fue el Dr. Manuel Acuña. Este llegó en 1857 tras servir en el ejército de Urquiza y junto con los doctores Martín Schmarsov y Joaquín Robles, luchó contra la epidemia de cólera que se desató en 1868. Esta se ensañó con los residentes en el Cuartel V, según consta en las Actas Municipales. Siete décadas más tarde, otros médicos graduados comienzan a relacionarse con nuestros vecinos.
Entre los doctores que más profundos recuerdos han dejado en su paso, se encuentra el Dr. Eustaquio Anastasio Gómez. Nació en Buenos Aires el 22/02/1916, recibiéndose de médico el 30/12/1946. Un año después y en el mes de octubre, se estableció en Tristán Suárez. Es recordado por la sencillez y sensibilidad con que atendía a los pacientes. Falleció el 8/12/1960 y una calle de la ciudad fue honrada con su nombre.
Entre los últimos reconocidos socialmente, el Dr. Saponaro es recordado por sensible su entrega a los pacientes de Villa Golf y El Trébol (ciudad de la Unión), quien fuera nombrado ciudadano ilustre de Ezeiza. Hasta hace muy poco, se encontraban ejerciendo su profesión, doctores que vivieron la heroica etapa de ser esperados en la estación por familiares de enfermos que los iban a buscar en bicicleta o que le llevaban botas y protección para la lluvia y el barro, como lo fuera hasta hace poco el Dr. Varela. Uno de los pasajes del Anfiteatro de las Américas, hoy en transformación, llevó el nombre del Dr. De la Cruz, querido por su proceder solidario.
No nos olvidamos del Dr. Orlando Rojas, pediatra muy querido, ni del Dr. Rebagliati, quien en un 30/08/1935 colocó la chapa que anunciaba la apertura del primer consultorio en Ezeiza. Se reconoce en él, que abrió caminos en donde solo había huellas, con tal de cumplir con su juramentado destino. El Dr. Rebagliati, también ciudadano ilustre de Ezeiza, nació en Banfield un 1ro. de enero de 1909, falleciendo el 24/08/2003.
Con este breve artículo no buscamos de ninguna manera agotar la lista, y no olvidamos que la mención de algunos provoca el injusto olvido de otros. Pero creímos necesario particularizar con el pretendido propósito de recordar en ellos, a todos los que nos han tratado y cuidado a través de la historia.


Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

(1) Hoy en esas tierras se levantan el aeropuerto Ministro Pistarini, la Comisión Nacional de Energía Atómica, los conocidos bosques de Ezeiza, complejos de recreación y penitenciarios, escuelas, el Barrio 1, una cancha de golf, varios barrios, etc.

viernes, 6 de mayo de 2022

Feministas ezeicences

Entre el proyecto de ley que en 1911 presentó el diputado socialista Alfredo Lorenzo Palacios y la sanción de la ley 13.010 de 1947 que establecía el voto femenino, pasó un largo tiempo. A partir de 1919 distintos diputados comenzaron a presentar proyectos de ley para establecer el voto femenino obligatorio pero chocaban constantemente contra los prejuicios que colocaban a la mujer en una situación de sospecha con respecto a su capacidad y madurez

En 1932 nació la Asociación Argentina del Sufragio, fundada por Carmela Horne de Burmeister. Esta agrupación desplegó una intensa actividad en pos del derecho al sufragio femenino, contando incluso con el apoyo de un monseñor y de diputados. No tuvieron como política, organizar o participar en manifestaciones públicas, sino que su objetivo era esclarecer la opinión pública buscando que se cambiaran las leyes con petitorios… que nunca fueron considerados. En algunas provincias, se había avanzado en los aspectos de ampliación de la ciudadanía y tenemos que en San Juan, las mujeres podían votar para elegir a las autoridades provinciales mientras que en Santa Fe, podían elegir autoridades municipales.

En la década de 1930 las mujeres argentinas, igual que sus congéneres latinoamericanas, no tenían igualdad de derechos ciudadanos con los hombres. Incluso instituciones creadas para defender a los obreros, llegaban a rechazar…a las delegadas obreras. Tal fue el caso de la C.G.T. en 1936, que rechazó a una representante de la Federación Obrera del Vestido “por pertenecer al sexo femenino”.

En octubre de 1934, mujeres de Ezeiza bregaron para ser admitidas como socias activas en el Club Deportivo y Social Juventud Unida (1930 -1937). Tuvieron éxito en ésta petición pero no lograron tener derecho a voz en las reuniones. Valga esta nota como homenaje para aquellas mujeres pioneras ezeicenses que lucharon tempranamente por ampliar sus derechos.

 

Juan Carlos Ramirez Leiva

Nota: Entre aquellas mujeres se encontraban Angélica Pinto de Hermida, Zulema Barone, "Chicha" Pascuaré. Fuentes consultadas: Pascuaré, Thelma; Lic. Faure, Patricia Celia. El Club Deportivo y Social Juventud Unida (ponencia presentada en Congreso de historia)