En la
VII Brigada Aérea con base en Morón, el brigadier M. Daneri ordenó el despegue
de una escuadrilla con la misión de interceptar seis aviones navales que no
habían acatado la orden de aterrizar en Aeroparque, internándose en el río.
Primero decolaron tres aviones y una cuarta máquina, al mando del teniente Ernesto Adradas, despego minutos después. Una vez que Adradas se reunió con sus compañeros, se toparon con dos aviones North American rebeldes y tras confirmar sus órdenes iniciaron el ataque los pilotos Olezza y Rosito, sin resultado. En tercer turno lo hizo Adradas, que le acertó una decena de proyectiles al aparato rebelde que piloteaba el teniente de corbeta Arnaldo Román, quien resultó derribado sobre el río, en lo que constituyó el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea. Román se eyectó y fue rescatado —y detenido— por una lancha de la Prefectura.
A las 13:30, cuatro Gloster Meteor (avión caza a reacción), ametrallaron a los aviones navales rebeldes que repostaban en Ezeiza, inutilizando un Catalina (un hidroavión). La situación en Morón era tan confusa que cuando se ordenó que decolara una segunda escuadrilla, solo lo hizo un aparato al mando de su jefe, el vicecomodoro C. Síster, quien al no encontrar a su objetivo, voló hacia Ezeiza. Aun con visibilidad reducida por nubes bajas, logró dañar dos aviones civiles —de SAS (Escandinavian Airline) y de Aerolíneas Argentinas— “y un avión Beechcraft de la Escuadrilla Aeronaval de Bombardeo, “el cual quedó fuera de servicio”. Cuando
Síster aterrizó en Morón, la base había cambiado de manos, y fue arrestado. El
primer Gloster Meteor que decoló en apoyo a los marinos sublevados tuvo como
orden la destrucción de las antenas de Radio Belgrano, que estaba emitiendo los
comunicados del Gobierno. Las
acciones de la aviación leal sumado al avance de las tropas del Regimiento 3 de
La Tablada hacia el aeropuerto, el fracaso del intento de asesinar a Perón y de
las acciones en general, hicieron que la Marina negociara los términos de la
rendiciónPrimero decolaron tres aviones y una cuarta máquina, al mando del teniente Ernesto Adradas, despego minutos después. Una vez que Adradas se reunió con sus compañeros, se toparon con dos aviones North American rebeldes y tras confirmar sus órdenes iniciaron el ataque los pilotos Olezza y Rosito, sin resultado. En tercer turno lo hizo Adradas, que le acertó una decena de proyectiles al aparato rebelde que piloteaba el teniente de corbeta Arnaldo Román, quien resultó derribado sobre el río, en lo que constituyó el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea. Román se eyectó y fue rescatado —y detenido— por una lancha de la Prefectura.
Tras la caída
de Perón en 1955 y la posterior liberalización del mercado, surgieron
nuevas líneas aéreas (Austral, ALA, TABA, etc.) que optaron por el Aeroparque,
lo que terminó obligando a Aerolíneas Argentinas a su mudanza en 1958. Ezeiza se
transformó en un aeropuerto fantasmal considerando el tamaño de su
infraestructura, con alrededor de 40 vuelos comerciales diarios, lo cual truncó
todos los planes de ampliación previstos en el proyecto original.
Por: Juan Carlos Ramirez
Leiva
Nota 1 en:
https://ezeizaysuhistoria.blogspot.com/2025/06/ezeiza-16-de-junio-de-1955-parte-i.html