jueves, 3 de abril de 2025

Testimonios en la Vigilia por Malvinas en Ezeiza

El martes desde las 19 se llevó a cabo una jornada de memoria y compromiso con nuestra historia para honrar a nuestros héroes locales. Por iniciativa del docente Sergio “Tuni” Aguilar, autor del libro “Gesta de Malvinas. 40 años”, y con la conducción de las autoridades educativas del distrito, se llevó adelante la vigilia en el anfiteatro de las Naciones, detrás del edificio municipal.
Informe: Juan Carlos Ramirez Leiva (Junta de Estudios Históricos del Distrito de Ezeiza)
Foto: gentileza Graciela Burgos
► Luis Ferraro: “Estuve destinado en el General Belgrano, allí fui panadero. Como hacía 10 meses que estaba en el crucero y habíamos navegado muchas veces, pude salvarme ya que conocía el barco. Cuando regresé a casa me bajaron en Siglo Veinte y me subí a un colectivo pero el chofer me quiso cobrar el boleto y yo no tenía un peso. Justo antes de bajar un amigo, Luís, me reconoce y me pago el boleto. Una cosa de locos, son las miserias de la guerra”.
► Héctor Césari: “Fui destinado a los aviones Hércules C-130 y realice varios viajes al continente, volando a alturas normales. Todo fue muy lindo hasta el primero de mayo, cuando llegó el primer bombardeo y destruyeron la pista de aterrizaje, la que se tuvo que volver a construir. En el Hércules, yo hacía el radar pero casi no podíamos prender la radio (para que no nos ubicaran). Salíamos de madrugada desde Puerto Deseado y volábamos a cuatro o cinco metros sobre el mar cuando no estaba muy picado; las olas pegaban en la panza del avión. Volábamos casi “ciegos”, apenas un pantallazo en el radar; recién encendíamos la radio minutos antes de aterrizar en Puerto Argentino y ya sobre la pista los encargados tiraban los bultos que transportábamos. Lo que más me impacto fue cuando regresábamos con tantos chicos jóvenes mutilados, heridos, chicos que estaban haciendo el servicio militar, oficiales y suboficiales, personal civil. Salíamos de la isla y hasta que llegábamos al continente íbamos rezando. Cuando finalizó la guerra regresamos por la puerta de servicio. Yo llegue como a las tres o cuatro de la mañana a mi casa desde El palomar, que ni sabía en dónde quedaba; y pagándome mi propio pasaje, vestido de verde y mochila al hombro. Vivía en Ezeiza, a cinco cuadras de la estación, cuando entre a casa mi nene se despertó y lloró”.
► Esposa e hijos de un veterano de Malvinas: “Mi esposo, Fernando Alturria, es un veterano de guerra. Era cabo del ejército cuando le toco ir desde Mercedes (Corrientes); con 17 años tuvo siete hombres a cargo y fue uno de los primeros en caer prisionero. Son héroes contemporáneos que no fueron reconocidos cuando termino la guerra, los trajeron escondidos a Campo de Mayo y se les prohibió que hablaran de Malvinas; por años fueron ignorados. Las secuelas de Malvinas provocó, por ejemplo, muchos casos de divorcio. Por años en casa no se escuchaba música en inglés, ni se consumía nada británico. Nosotros tenemos cinco hijos, y ellos también son héroes. Les ha tocado a los hijos de los veteranos, encontrar al papá llorando en algún rincón, debajo de lamesa, debajo de la cama. Secan sus lágrimas, se bancan al papá, al que llora como un niño, el que a veces incluso hasta puede ser agresivo. Los hijos también son héroes. Los veteranos no siempre pueden hablar de lo que les pasó en las islas, pasó mucho tiempo antes de que en una charla que estaban dando, me enterase que él fue elegido por los ingleses para integrar el grupo que recogió los restos de los caídos en combate, los restos de sus compañeros”.

Publicado en La Palabra de Ezeiza, jueves 3 de abril 2025

domingo, 2 de febrero de 2025

Primeros vuelos

  Las tierras de la actual ciudad de Longchamps, formaban parte de la estancia "La Magdalena" (200 km2). Sucesivos fraccionamientos permitirían que el Lomas Jockey Club donara tierras para la constitución de "Villa Longchamps", un aeródromo, un autódromo, un campo de "ejercicios físicos", y el "Hipódromo de Longchamps".
 

  Corrían tiempos en que jóvenes intrépidos volaban rudimentarias máquinas sin seguridad alguna pero con gran entusiasmo. Uno de ellos era el fundador del Aero Club Argentina (1908), quien invitó a varios aviadores franceses a volar en Buenos Aires, en el marco del Centenario de la Revolución de Mayo.
  Henri Brégi (1888-1917), se embarco para estos lares en el vapor Paraná, llegando con dos aviones a nuestro puerto el 8 de enero de 1910. El diario La Nación publicó una una crónica de lo que sucediera el 6 de febrero de 1910: "Un cúmulo de previsiones pesimistas motivadas por el fracaso de anteriores tentativas hizo que el público escasease ayer en el aeródromo de Villa Longchamps. Pocos fueron -tres mil apenas- los entusiastas que, colocándose por encima del pesimismo ambiente, concurrieron a presenciar los vuelos del aviador Bregi. Su constancia tuvo premio y ayer, en las horas serenas del crepúsculo, les fue dado asistir a la conquista del aire por un hombre joven, lleno de energías, sobre la admirable máquina cuya fragilidad dice el constante peligro".
 
  Siguiendo los pasos de los hermanos Wright, quienes 6 años antes habían realizado el primer vuelo mundial, en aquella tarde histórica y tras dos vuelos, Brégi se a 60 metros a una velocidad de 40 km/h. Se convertía así a los 21 años, en ser el primer aviador en pilotear un aeroplano a motor en Sudamérica. El record obtenido en el Hipódromo de Longchamps, fue constatado por la Comisión Oficial del Aero Club Argentino.
  Nuestra región no se quedaba atrás en el afán de emular a los pájaros, los que comenzaban a perder aceleradamente su monopolio del espacio aéreo. Al globo "Huracán" le corresponde el mérito de ser el primero en descender en nuestra región, ya que en su tercera ascensión el globo asignado al jefe socialista Alfredo Lorenzo Palacios, bajó en Monte Grande (12/09/1909). El “Huracán” volvió a visitarnos una tarde veraniega piloteado por el teniente 1ro. Raúl Enrique Goubat (brevet Nº 14), quien unió el Parque Aerostático de Belgrano con el campo del señor Ávila (Monte Grande), en donde aterrizó a las 17 hs. 30´ del 7 de febrero de 1913. Dejándose guiar por el sargento 1ro. Francisco Sánchez (brevet N º 16 del 20/03/1913), pero enfilando para donde quería, en el vuelo del 18/05/1913 el “Huracán” conoce las tierras de Tristán Suárez donde desciende a las 17 hs. 10. Siguiendo con nuestro globo inconformista, en nuevo vuelo desde el Parque Aerostático de Belgrano, vuelve a ascender el 28/06/1913 piloteado por el Teniente Carlos Jiménez Kramer (brevet Nº 22 del 12/11/1913). Tras volar 1 h. 20´ el “Huracán” desciende en Ezeiza y le reconoce de hecho, su destino de aeroestación.
  Quizás Kramer decidió festejar su vuelo en el bar de Gaddini, frente a la estación; quizás en lo de Goñi, donde los chicos mirarían asombrados. O tal vez, estuvo en la Cueva de Harguindeguy, no lo sabemos. Capaz que don Juan Bueno, que aún no era don porque apenas 4 días antes había cumplido 16 años, lo habrá mirado extrañado; no se lo perdería don Serrano y en el almacén de Antonio Arruiz habrá sido motivo de conversación. ¡Y no dudamos que Juanita Corbeta estaba perfectamente enterada!
  Vaya a saber por qué, pero tal llamativo evento no quedó registrado en la memoria de nuestros vecinos. Las fuentes consultadas no lo aclaran pero podemos inferir que el regreso a la ciudad del Teniente Kramer, fue en un tren del inglés Ferrocarril del Sud. Habrá saludado al jefe don Ramón Salas y a doña Rosa, su esposa. Luego habrá abordado en la estación de Ezeiza; después de pagar su boleto, por supuesto.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

martes, 28 de enero de 2025

La lista del sifonero

  ¡No sabés lo que encontré! Me dice Cata con ojitos brillantes y saca un papel amarronado con un listado de nombres con números al lado, que por allí habla de sifones: ¡ La lista del sifonero! La encontró en un libro viejo que le regaló el vecino de apellido Real a Roque Saracino. Real era electricista ¿ habríamos descubierto otra ocupación que tendría este buen señor?
 
Ahora sabemos sobre algunos vecinos que tomaban soda hace unos cincuenta años en el pueblo, Copiamos el listado, respetando la ortografía del original:
Galazo (6- 4); Tonini (6- 4); Fuentes (6- 4) ; Miguens (6- 4); Domínguez (18-12); Harguindeguy (7- 35); Castro (6-4); Mónaco (3-2); Giple (3- 2); Lena (3 -2 ); Kravich (12- 8); Cordobesa (4- 2); Chiclana (3 -2 ); Fernández (3- 2); Kuglien (8- 55); Pascuaré (6- 4); Guarna (6- 4); Bastillini (3- 2- 800); Rebagliati (3- 2); Ginochio (3- 2); Vidal (3 -2); Gutierres (3 -2); Fuentes (3- 2); Vega (8- 4); Cerrato (1- 0 -5); Lithixt (6-3); Muños (7- 4); Garcia (3 -2); Zapatero (6- 4); Arruiz (12- 6); Sanches (3 -2); Vazquez (4- 2- 12-15 - 1050 -1160); Bellini (6- 4); Orlandi (6 -4); Masaferro (6 -4); Lavilla (12- 8); Alves (6- 4); Buttice (6- 4); Aceitero (6-4); Chiclana (6 -4); Arriaga (6 -4); Touceda (3 -2); Echeverría (3 -2); Gimenes (6- 4); Albañil (3-2); Tasara (3-2); Toledo (6- 4); Meyer (3- 2); Muñoz (3- 2); Vega (15 -75); Goñi (18- 9); Sanches (3 -2-126- 7,85- 715); Fuentes (6- 4); Pasineri; Rodríguez (6- 4); Navas (6- 4); Spinetto (12- 8); Giple (3- 2), Lena (3- 2); Toledo (3- 2); Kravich (6- 4); Domínguez (12- 8); Delfino (6- 4); Ga...lini (3- 2); Guarna (6 -4); Marcel (6- 4); Rebagliati (3- 2); Ginochio (3- 2); Garcia (3- 2); Muñoz (6-4); Vega (11- 55); Gutierres (3- 2); Vila (3- 2); Lithixt (6- 3).
  En otra parte se ven cuentas y “Masaferro entregó 6 sifones”/ “Alves debe 1 cajón
  Leyendo los apellidos que conocemos y localizamos espacialmente imaginamos el recorrido, así vemos al sifonero por la avenida Circunvalación (hoy autopista a Cañuelas), por donde vivían las familias Domínguez, tenían transportes para llevar los tarros de leche a la estación de trenes, y Harguindeguy, que atendían un almacén, bar y surtidor de nafta, creemos que sería el fondo entonces porque cerca en la lista figuran los “Kravich”- en realidad el apellido es Krawiec- que tenían invernáculos vidriados donde cultivaban flores como gladiolos y calas, y esas alargadas construcciones las tenían en grandes terrenos. 
  Nos imaginamos que luego se acerca a las vías del tren porque figuran los apellidos Pascuaré, el constructor de casas, que vivía por Tucumán y Reina Elena y Guarna, el panadero que tenía su establecimiento en Garibaldi (hoy Pravaz) y Vicente López y Planes. Habrá mirado que no viniera el tren y lo pise, la ruta creemos que la pudo cruzar sin muchos reparos, como no pasaban muchos autos tenía utilidad también de vereda, y dejó su burbujeante carga en lo de Rebagliati, el médico; Ginochio que vivía en Emilio Mitre y la ruta frente a la barrera; Vidal, el idóneo que puso la primer farmacia en el pueblo y que suponemos ya mudado a la esquina de D. French y la ruta, y lo de Gutiérrez que vivían pegado a las vías por French (actualmente la altura es 7). Por esa misma arteria a mitad de cuadra estaba el almacén y bar de Vega, una cuadra y media más allá sobre la misma vereda en esquina tenía su almacén Cerrato (hoy es la panadería La Nueva de aquí en frente). En la cuadra siguiente lo imaginamos cruzando a mitad de calle para ir a lo de Muñoz. En otro tramo de la lista lo localizamos en lo de vecinos cercanos a Canning como los Mazaferro, que cultivaban también flores y hoy existe algún descendiente con vivero, y los Alves, que siembran aún hortalizas en un predio sobre la calle Larralde.
 

  La provisión de soda a Vega, Goñi y Harguindeguy iría con destino a sus comercios de almacén y bar porque la suma de los sifones superaba ampliamente el promedio que consigna en los otros vecinos. Sólo identificamos a una mujer de la que no debía saber cómo se llamaba porque la anotó como “cordobesa”, tal vez era una recién llegada con las migraciones internas que se produjeron para la década del ‘40 y ’50 en nuestros pagos a propósito de la construcción del aeropuerto, para la fecha en la que se escribió la lista era una nueva en el pueblo. Vemos que a otros posibles recién llegados se los identificó con la profesión u oficio que ejercían: el aceitero, el albañil y el zapatero.
  Queda por completar quién era entonces el repartidor de soda, si el reparto lo haría el carro, camioneta o qué, de dónde provendría la soda, de cuándo data la lista, cómo era la forma de pago. 
 Este material nos puede resultar un documento estimulante para desentrañar aspectos del pasado. Hoy sólo hemos aprovechado las pistas que nos sugirieron los apellidos que identificamos aún viviendo en la memoria de los vecinos o en presencia en el pueblo. Hoy sólo intentamos hacer cobrar vida a lo que en apariencia era un papelito viejo olvidado entre las páginas de un libro. 

Redacción y elucubración de conjeturas: Lic. Patricia C. Faure
Hallazgo e investigación:  Catalina Saracino

miércoles, 15 de enero de 2025

Don Pedro Rubén Campomar Rotger

  Don Pedro Rubén Campomar Rotger, historiador local de Esteban Echeverría, cumplirá el sábado 18 sus primeros cien años. "Rubí", como lo llaman sus allegados, nació en 1925 en la ciudad de Buenos Aires, en la calle Rincón al 1900. Su abuelo, quien tenía una panadería en Constitución, compro una quinta en Monte Grande, ciudad cabecera del distrito echeverriano, a la cual se mudó esta familia de catalanes. Puede decirse que todos sus años fueron vividos en el mismo barrio, misma calle, misma vereda y misma puerta, según le gusta decir a don Campomar, quien curso sus estudios en el  colegio Euskal Echea, de Llavallol.
 

En 1939, integró  la redacción del periódico “Juventud”, y desde 1955, y por varios años, fue editor de la revista mensual técnica “La Oficina Ilustrada”, primera especializada en máquinas de escribir y calcular publicada en Buenos Aires. Por años fue corresponsal de “La Prensa”, colaboró en “La Voz del Pueblo”. “El Guillonense”, “La Noticia”, “Dinámica”, “Tiempos Modernos”, “Palabra”, “Guillón al Día”, “El Ciudadano”, “Urbano Echeverría” y en la revista “Metro”, entre otras.  Participó en distintas agrupaciones y fue fundador de Amigos de la Avenida Nuestras Malvinas y, del Círculo de Periodistas de Esteban Echeverría. En 1976 integró la Comisión de Apoyo fundadora del Museo Histórico del municipio de Esteban Echeverría. El 7 de octubre de 1978 fundó la Junta de Estudios Históricos de Esteban Echeverría, participando en jornadas, encuentros y congresos de historiadores regionales a nivel municipal, provincial e internacional. 
  Por vivir siempre en la ciudad de sus sueños, en Independencia y Boulevard La Plata - hoy Nuestras Malvinas-, conoce al dedillo los pormenores de su historia, la que retrato en sus muchas publicaciones (tiene 16 libros registrados con ISBN y cientos de artículos publicados en diferentes medios).
En 2001, la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia, destaco su labor y trayectoria como historiador del partido de Esteban Echeverría. En 2002, fue declarado Ciudadano Ilustre, y en el 2006, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación lo nombró Mayor Notable Argentino.
A sus conocimientos adquiridos por vecindad, se le sumo su  incansable labor en archivos. La curiosidad y necesidad de contar son cualidades necesarias en los historiadores regionales, y  en él, siempre están presentes. Le debemos los vecinos del Distrito Ezeiza, las bases y el incentivo para seguir desentrañando nuestras raíces, totalmente ligadas a su quehacer como investigador dado que Esteban Echeverría es nuestro distrito madre.


Por: Juan Carlos Ramirez Leiva