Entre las desaparecidas instituciones de Tristán Suárez, probablemente la Caja de Ahorro y Crédito Tristán Suárez Cooperativa Ltda., sea la más querida. La Caja reunía en sí el realismo solidario del cooperativismo, funcionó como entidad bancaria, posibilitó financiamiento con la sensibilidad propia de las instituciones surgidas desde la comunidad.
Un considerable número de vecinos se reunió en la asamblea general fundadora aquel 17 de noviembre de 1963. Apenas comenzado el siguiente año, se resolvió la adquisición del local propio comprando el edificio de D. F. Sarmiento Nº 92, que fuera inaugurado el 27 de septiembre, para orgullo de los suarences. Las actividades específicas comenzaron el primero de octubre de ese mismo año de 1964, y la confianza de los vecinos aportó un importante caudal financiero que posibilitó brindar créditos antes de que finalizara ese mismo año.
El Concejo de Administración estaba integrado por Oscar De Maio (Presidente), Guillermo Rafael Gaddini, Julián Jaureguiber, Dr. Eduardo Quintana, José Julio Berasain, Dr. Hugo Partarrie, Roberto Oscar Fernández, Néstor B. Erratchú, Lázaro Oyarbide, Ido Tomazzoni, Neme Bleis, Felipe Seidem, Gerardo Rey, Felipe M. Asseff, Juan Iruretagoyena, Miguel Turner, Matías Núñez, Dr. Carlos M. González Fischer, y don Hilario Tedesco. Numerosos vecinos desempeñaron distintas funciones representando al Comercio, Industria, Tamberos, Agricultores, Horticultores, Profesionales, Obreros, Propaganda, Relaciones Públicas y Acción Social. En honor a quienes trabajaron para comenzar a materializar aquel sueño, recordamos al señor Pedro A. Porqueras, César Aldrighettone, Guillermo Antonio Escarmendi, Ricardo A. Brouckaer, Nicolás Arakaki, Dr. Néstor Costa Quiroz, Antonio Molla, Anastacio Rodríguez y José Belleza. No contó con un número elevado de personal: Alcides Domingo Avigliani, Gilberto E. García, Hugo Martínez y como Gerente General de la Cooperativa, el señor Luís Ángel Gigante Rivas.
Cuando la dictadura instaurada el 24/03/1976 preparo el vaciamiento económico de nuestro país, los cambios legislativos que implementaron obligaron a la Caja en julio de 1979, a sumarse al Banco Cooperativo de Caseros Ltda. Sin embargo no se abandono el propósito inicial; surgido de la voluntad de la comunidad, estuvo siempre al servicio de ella. Durante la gerenciación del Sr. Gigante Rivas la palabra de un asociado era determinante y el deseo expresado de querer trabajar era considerado de hecho una garantía de pago. Bastaba que un asociado presentara a un joven emprendedor para que inmediatamente se lo recibiera, se le brindara asesoramiento y recursos.
Nuestro Borges, Jorge Luís, sostuvo que: “El nombre es arquetipo de la cosa/ En las letras de rosa está la rosa”; estos versos iniciales de “El Golem” nos sitúa en el eje de la valorización. La Cooperativa representó el espíritu de una época: jóvenes educados en la cultura del Trabajo, Mayores que servían de guía, la Palabra como determinante y Dirigentes que desde Instituciones surgidas del pueblo, representaban como gigantes a la comunidad.
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