La investigación histórica sobre momentos importantes de nuestro pasado tiene un importante componente artesanal por fuerza de las condiciones en las que debe desarrollarse.
Se busca echar luz sobre tantas sombras y opacidades a base de archivos personales, testimonios recortados, memorias parciales; y esto es así, en primer lugar, por el desguace que han sufrido nuestros archivos nacionales, como reflejo de los agujeros infligidos a nuestra memoria histórica.
No sólo por parte de quienes ocuparon de hecho o de derecho responsabilidades de Estado y desatendieron, olvidaron o, peor aún, destruyeron o se llevaron a sus casas documentos públicos con valor histórico.
También por la escasa cultura del testimonio y la autobiografía honesta por parte de personajes y personalidades públicas.
Son taras que todavía está sufriendo nuestro país y demuestran que nunca se agota el viaje al pasado para encontrar piezas que nos ayuden a reconstruir caminos y horizontes. Por eso seguramente el éxito que tienen libros que buscan reconstruir esos fragmentos, hechos, procesos, biografías personales o colectivas.
Por: Fabián Bosoer
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