La vida del Ingeniero
químico Carlos Calle, quien comenzó a trabajar en 1969 en el Centro AtómicoEzeiza, sufrió un drástico cambio el 28 de marzo de 1976. Al periódico Miradas
al Sur, le cuenta que: “Un grupo de uniformados de la Marina irrumpió en mi
domicilio, en Ituzaingo. En los dos días siguientes, entre interrogatorios,
torturas y traslados nocturnos, descubrí a pesar de la capucha que en esa misma
razia habían caído también otros nueve compañeros de trabajo, aparentemente
bajo un comando unificado”. Una noche lo cargaron en un camión en donde
reconoció la voz del químico Santiago Morazzo, su jefe y director del Proyecto
Prioritario de Plantas Químicas, a quien lo habían secuestrado el mismo día.
Morazzo, Jefe
de Operaciones de la primera planta que separó con éxito material fisionable, fue
encarado el 24 de marzo en su propio despacho, por una persona interesada por
su equipo de trabajo: áreas políticas a las que respondían, religión, si había
judíos. Fue el 28 de marzo a la madrugada, cuando escuchó ruidos y vio un gran
operativo en su calle de Parque Leloir. Varios efectivos ingresaron a su casa y
luego de revisar sus libros, se lo llevaron a la ESMA, justo enfrente de la
sede central de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Morazzo, tenía 34
años, fue golpeado y estaqueado en ese centro clandestino alrededor de una
semana, luego fue llevado al buque Bahía Aguirre. Tras diez días de “traslados
y simulacros de fusilamiento, fuimos transferidos desde el barco a la cárcel de
Devoto e internados por cuatro meses en los pabellones de máxima seguridad.
Sucesivamente, en posteriores traslados, ocho compañeros terminamos en la U9 de
La Plata y dos en Sierra Chica. Todo el grupo fue conducido a Devoto a
disposición del PEN. El régimen decretó nuestra libertad con un decreto firmado
el 8 de octubre de 1976 por el dictador Videla. El decreto fue consecuencia de
las presiones internacionales de varios centros nucleares europeos”.
Durante la
gestión del vicealmirante Carlos Castro Madero, diecinueve científicos y
trabajadores
fueron
desaparecidos y otros once, secuestrados y luego liberados. Varios fueron
detenidos en sus lugares de trabajo, 107 trabajadores fueron despedidos sin
indemnización por aplicación de la Ley de Prescindibilidad. Otros 120 fueron
cesanteados y 370 se vieron obligados a renunciar por el peligro que corrían
sus vidas por lo que numerosos científicos dejaron el país.
Entre los
desaparecidos figura Rosa Delfina Costa Viera, porteña nacida el 20 de agosto
de 1944, fue secuestrada el 26 de abril de 1977 en el trayecto entre su
domicilio (Boedo) y su lugar de trabajo. Había cursado hasta 4to. año en la Escuela
Técnica Nº 25 "Tte.1° Fray Luis Beltrán", entre 1962 y 1966, la especialidad
"Asistente de Laboratorio"; luego pasó a la ENET Nº 30 “Dr. Norberto
Piñero”. Ya egresada, trabajo como Técnica Química en el Centro Atómico Ezeiza,
en la planta de producción de radioisótopos. Rosa, contaba con 32 años en el
momento de su secuestro. Aun hoy continúa desaparecida (SDH Nº 2925).
No vivían en
Ezeiza pero aquí desarrollaban sus tareas profesionales y aquí, dejaron afectos
y caminos.
Por: Juan
Carlos Ramirez Leiva
No hay comentarios:
Publicar un comentario