Durante el S XVIII, la frontera se movía
constantemente por los procesos de expansión y recuperación de colonizadores y
originarios. Entre 1737 y 1785, “no
existía una sola familia entre los habitantes de las zonas rurales fronterizas
que no hubiera sido afectados por los malones”.
La Estancia Los Remedios, que data del 5 de marzo de 1758, fue fundada por el bisabuelo materno del Gral. Manuel Belgrano, Don Juan Guillermo González y Aragón (o Alagón). Tras adquirir la propiedad que funcionaba desde una de las Mercedes Reales de 1588, levanto la Capilla, primer establecimiento de culto en nuestra región. En lo que fuera la estancia, hoy se encuentra el aeropuerto Ministro Pistarini, las unidades carcelarias, el Centro Atómico, los bosques, el predio de la AFA y las piletas populares entre otros íconos ezeicences.
A partir de la correspondencia es posible documentar la influencia de la Capilla de los Remedios, y notar la preocupación de las autoridades por contar con una fuerza defensora. Los vecinos tenían la obligación de participar en la defensa, comprometiéndose a realizar ejercicios militares.
En tres cartas de abril de 1774, se mencionan los entrenamientos realizados los días domingos, y que comprometía a la población masculina adulta. Escribe el responsable militar: "Señor. Hoy ha llegado a este Partido el Tte. Don Agustín de Arenas, quien me ha entregado la orden de V.S. del 9 del corriente en la que me previene hagamos de dar principio a los ejercicios en el paraje que se estime más oportuno. En cuyo cumplimiento he pasado inmediatamente las ordenes correspondientes a los capitanes de las dos compañías a mi cargo para que el Domingo próximo venidero se hagan juntar todas las Gentes en la capilla de los remedios”. A continuación, reporta que: “se eligió la Capilla de los Remedios, por ser la más Inmediata, donde se dio principio ayer, 17 del corriente, no asistieron más de 40 hombres de las dos Compañías”. […] Se me dio Palabra que, para el siguiente Domingo, se pondría todo empeño a que no faltase ninguno…”.
Este sistema de convocar a la capilla los días domingos, días festivos, se mantuvo hasta que fue suprimida por Sobremonte. La resistencia de los vecinos a participar de las milicias se hacía sentir especialmente cuando las tareas agrícolas se intensificaban y obligaba a justificar: “No puedo dejar de hacer presente a VS que si en algún tiempo necesita de atención esta campaña es al presente, pues (…) se hallan cosechando sus huertas y que con el motivo de no haber helado aun, no han dado principio a recoger los maíces que la langosta dejo, y con el mismo motivo se ha inmediado tanto el un tiempo con otro que por el venidero mes de mayo se da principio a las siembras en este estado” continuando que “no es dudable en sumo atraso la concurrencia a los ejercicios porque los más se ven muy distantes que les es forzoso perder parte del día sábado, todo el domingo y parte del lunes para regresarse a sus casas”.
La Estancia Los Remedios, que data del 5 de marzo de 1758, fue fundada por el bisabuelo materno del Gral. Manuel Belgrano, Don Juan Guillermo González y Aragón (o Alagón). Tras adquirir la propiedad que funcionaba desde una de las Mercedes Reales de 1588, levanto la Capilla, primer establecimiento de culto en nuestra región. En lo que fuera la estancia, hoy se encuentra el aeropuerto Ministro Pistarini, las unidades carcelarias, el Centro Atómico, los bosques, el predio de la AFA y las piletas populares entre otros íconos ezeicences.
A partir de la correspondencia es posible documentar la influencia de la Capilla de los Remedios, y notar la preocupación de las autoridades por contar con una fuerza defensora. Los vecinos tenían la obligación de participar en la defensa, comprometiéndose a realizar ejercicios militares.
En tres cartas de abril de 1774, se mencionan los entrenamientos realizados los días domingos, y que comprometía a la población masculina adulta. Escribe el responsable militar: "Señor. Hoy ha llegado a este Partido el Tte. Don Agustín de Arenas, quien me ha entregado la orden de V.S. del 9 del corriente en la que me previene hagamos de dar principio a los ejercicios en el paraje que se estime más oportuno. En cuyo cumplimiento he pasado inmediatamente las ordenes correspondientes a los capitanes de las dos compañías a mi cargo para que el Domingo próximo venidero se hagan juntar todas las Gentes en la capilla de los remedios”. A continuación, reporta que: “se eligió la Capilla de los Remedios, por ser la más Inmediata, donde se dio principio ayer, 17 del corriente, no asistieron más de 40 hombres de las dos Compañías”. […] Se me dio Palabra que, para el siguiente Domingo, se pondría todo empeño a que no faltase ninguno…”.
Este sistema de convocar a la capilla los días domingos, días festivos, se mantuvo hasta que fue suprimida por Sobremonte. La resistencia de los vecinos a participar de las milicias se hacía sentir especialmente cuando las tareas agrícolas se intensificaban y obligaba a justificar: “No puedo dejar de hacer presente a VS que si en algún tiempo necesita de atención esta campaña es al presente, pues (…) se hallan cosechando sus huertas y que con el motivo de no haber helado aun, no han dado principio a recoger los maíces que la langosta dejo, y con el mismo motivo se ha inmediado tanto el un tiempo con otro que por el venidero mes de mayo se da principio a las siembras en este estado” continuando que “no es dudable en sumo atraso la concurrencia a los ejercicios porque los más se ven muy distantes que les es forzoso perder parte del día sábado, todo el domingo y parte del lunes para regresarse a sus casas”.
La preocupación de un atraso en las tareas
agrícolas-ganaderas explicitaba la doble realidad de la zona que, abastecía de
productos a la ciudad sin dejar de ser zona próxima a la frontera, espacio de
contención y contacto con el otro, con el indio. Escribe el militar: "En atención a lo que me representa VM sobre
grave atraso que se seguirá en esa jurisdicción, por hallarse los más muy distantes
atendiendo a la labranza y cuidado de sus Huertas y haciendas cuyas faenas no pueden
omitir en la presente estación, prevengo a VM que hasta tanto sin grande
incomodidad pueden concurrir a otros ejercicios se citen solamente los que por
hallarse más cercanos al paraje no experimenten tan notable perjuicio”.
En misiva del 12 de abril aclara que, para la: "enseñanza de los ejercicios a aquellas milicias […] se eligió la Capilla de los Remedios, por ser la más Inmediata”, informando los capitanes que la falta de concurrencia de los labradores se debió a “que estaban lo más ocupados en vender sus Cosechas, fuera del partido”. A las obligaciones que no resistían espera, se le sumaba la reticencia de los que eran destinados a servir en las guardias y fortines, ya que pasaban a ser condenados a penurias por el pago de sueldos con retrasos, lo que solían generar problemas de disciplina y de deserción.
Por: Juan
Carlos Ramirez Leiva
En misiva del 12 de abril aclara que, para la: "enseñanza de los ejercicios a aquellas milicias […] se eligió la Capilla de los Remedios, por ser la más Inmediata”, informando los capitanes que la falta de concurrencia de los labradores se debió a “que estaban lo más ocupados en vender sus Cosechas, fuera del partido”. A las obligaciones que no resistían espera, se le sumaba la reticencia de los que eran destinados a servir en las guardias y fortines, ya que pasaban a ser condenados a penurias por el pago de sueldos con retrasos, lo que solían generar problemas de disciplina y de deserción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario