miércoles, 29 de abril de 2015

Ángel Quique Palacios

    Quique Palacios, un multifacético deportista amateur, amigable, generoso, aún en plena competencia. En los albores de su vida, comenzó como muchos niños de su época, practicando futbol en los potreros del barrio “Vecinal” hasta intentar, junto con algunos amigos, llegar a jugar en un club “grande”, por lo que fue a “probarse” a Huracán. El hecho de tener que viajar periódicamente al club, sus escasos años, y además por otras circunstancias que su madre argumentaba, no pudo seguir con la meta propuesta, y por lo tanto sus sueños de futbolista se desvanecieron.
    Bernabé Palacios, de pié a la izquierda
    Años más tarde, ya en su juventud, todos esos sueños florecieron nuevamente, prestando todo su apoyo a su hermano Bernabé, casi cinco años más joven, a quien acompañó en todo momento a sus prácticas de fútbol, e incluso lo ayudaba a entrenarse en un campito cerca de su casa cuando no tenía un club donde hacerlo, y disfrutó de sus triunfos y hazañas futboleras. Mientras tanto, él practicaba otro deporte que también le apasionaba, el ciclismo, y con el fin de mejorar su físico, casi sin proponérselo, comenzó con otra actividad física: el físico culturismo. Alternando estas dos disciplinas atléticas, en vista del progreso y los triunfos que lograba cultivando y exhibiendo sus músculos en varios torneos a lo largo y a lo ancho de nuestro país, dejó de lado la bicicleta y ya en plena actividad físico culturista, llegó a consagrarse “Mister Argentina”, coronando así sus horas de esfuerzo y sacrificio.
    Quique y el Negro, de pié de izq. a der. 1975
    Un amigo y vecino, Horacio “el negro” Harguindegui, apasionado futbolista, lo tentó para hacerse cargo de la preparación física del plantel del por entonces equipo de “primera de aficionados”, el querido Sportivo Tristán Suárez, y allá fueron los dos, en pos de la hazaña, y revolucionando a propios y extraños, comenzaron a darle forma al plantel que a la postre lograra el campeonato y el tan preciado ascenso a la primera división “C”.
    Ruben Moreno
    Esa revolución en la forma de entrenar estaba dada por utilizar pesas y complementos, cuando todavía no era moneda corriente su uso e incluso era criticada esa práctica porque algunos creían que le quitaba al jugador elasticidad y movimiento. Esa irrupción de Quique en el fútbol le permitió continuar su carrera en otros clubes, consiguiendo otro campeonato en su inolvidable “Dock Sud”, para luego volver a Tristán Suárez, rompiendo con el mito de “nunca segundas partes fueron buenas”, y junto con el inolvidable Rubén Moreno, lograron el ascenso a primera división “B” metropolitana.

    Ängel Ataliva "Quique" Palacios (2015)
    Los caminos de la vida, tal vez el poco valor que le dan los dirigentes a quienes han dado mucho, lo llevaron a quedarse sin club para entrenar. Siempre activo, con sangre de deportista, vigente, y sin que los años fueran un impedimento, desempolvó su bicicleta, y comenzó el pedaleo que lo llevaría a competir, ya veterano, en muchos circuitos y caminos de nuestra patria. Su vitrina no tiene más lugar para los trofeos ganados… y Quique sigue pedaleando. Dijo alguna vez: “voy a pedalear hasta que me muera, para no morirme antes”.

    Publicada en facebook, en el muro de Jorge Pedro Pintos 

    Nota: Ángel Ataliva "Quique" Palacios, tiene hoy 73 años. Vecino de Ezeiza. El Diario Popular le hizo una justiciera nota publicada en http://www.diariopopular.com.ar/notas/138957-siempre-que-haya-que-poner-el-cuerpo-ahi-estara-palacios. las fotografías que acompañan fueron tomadas desde la red.
    El editor.

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