miércoles, 20 de agosto de 2025

Parroquia Nuestra Señora del Valle

   La comunidad iba creciendo y Ezeiza no contaba aun con una parroquia, por lo que un grupo de vecinos conformo una comisión con el fin de, a través de distintos eventos, recaudar fondos suficientes que permitieran construir una. Con ese propósito, se organizaron kermeses los días sábados, con puestitos variados, detrás de la capilla en construcción, sobre la calle Mitre, hoy renominada Ituzaingo. La calle era de tierra y en los lotes esquineros, baldíos, se lucía un bosquecillo de abedules.
  Los puestos, numerosos, atendían a una solidaria concurrencia que se divertía con girar la rueda de la fortuna o ruleta, jugaban al tiro al blanco con pelotas pequeñas, consumían tortas, etc.. En las primeras que se llevaron a cabo, los comerciantes fueron quienes aportaban los premios, pero con el devenir de estos eventos y dado su convocatoria, con lo recaudado compraban para reponerlos.
Las chicas se encargaban de atender todos los kioscos y participaban con entusiasmo, bajo la mirada de sus padres.
  Finalmente, la iglesia estuvo lista y se inauguró el 18 de noviembre de 1949, tras las bendiciones correspondiente. Fue don Felipe Catani quien oficio de padrino y el que leyó el discurso de la inauguración de la iglesia. En cuanto a la madrina, fueron la señora María Luisa Frogone de Pistarini, esposa del Ministro de Obras Publicas de la Nación General Juan Pistarini.
  Teniendo en cuenta que la construcción del templo se realizó con la ayuda material gestionada ante el Ministro, no se cuestionó que la señora, quien había perdido una hija, solicitara que uno de los ángeles que se pintarían en la cúpula, tuviera el rostro de una de sus hijas (el ángel de la izquierda), siendo la propia señora la que se ocupó de gestionar el pintor de la cúpula.
 Hasta entonces, la capilla dependía de la parroquia Inmaculada Concepción (Monte Grande), pero el 3 de enero de 1950 fue designado como primer párroco, el presbítero Juan Ivroud, oriundo de Arrecifes (Buenos Aires). De nuestro primer párroco sabemos que su papá lo hizo ingresar al seminario cuando contaba con catorce años, que el apellido de su mamá era Lozaso, que al padre Juan le gustaba jugar al pocker y que “celebraba la misa a las 6 de la mañana y luego se iba a impartir clases a Cañuelas”, según recordaban las memoriosas voces que fueron recogidas por el libro emblema de Ezeiza llamado “Las vacas vuelas”, de la Lic. Patricia Celia Faure. En la misma fuente, se nos aclara que la advocación de Nuestra Señora del Valle fue elegida, porque “vino a Ezeiza mucha gente del norte a trabajar en la construcción del Aeropuerto”.
 Como dato de color, se recuerda que cuando inauguraron la iglesia, las catequistas se pusieron su mejor vestuario (incluido los sombreros apropiados para la ocasión), porque se les anticipó que vendría la sra. del ministro Pistarini. Oportunamente, relataron jocosamente las catequistas: “Nosotras con una etiqueta bárbara y ella muy campechana”, La señora María Luisa Frogone de Pistarini, se presentó a la ceremonia, vistiendo con elegancia pero, con mucha sencillez.
 
Juan Carlos Ramirez Leiva

martes, 19 de agosto de 2025

El diario no hablaba de ti

  La mañana de aquel 20 de agosto de 1976, había amanecido fresca y linda pese a que habíamos tenido 0° en Ezeiza; camine por Mitre (hoy Ituzaingo) para buscar a mi novia y luego llegamos a nuestro negocio en la calle Chacabuco y Deán Funes. No habíamos levantado aun la persiana a la calle cuando un soldado nos ordeno que nos quedáramos dentro del negocio, sin darnos ningún tipo de explicación.

  Al correr de la mañana, nos enteramos por medio de vecinos tan curiosos como nosotros (que nos atrevimos a salir a ver qué estaba sucediendo), que el ejército había ingresado violentamente por la madrugada a la casa de los Alonso y se habían llevado a Martita.
  Todos sabíamos que significaba eso, en el mejor de los casos Marta Cecilia Alonso pasaría a estar detenida a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional), hasta que se aclarara que ella, tan querida por la vecindad, no tenía nada que ver con los que ponían bombas. Nos resistíamos a creer que tuviera un destino cruel, el de ser una detenida desaparecida, como sabíamos que estaba ocurriendo, como había sucedido con Eduardo Alberto Delfino.
  Decidimos terminar la jornada laboral y marcharnos a nuestras casas, pasando por la sub comisaría de Ezeiza, por ese entonces en French y Tucumán a escasos cien metros de donde habían violentado a la familia de Alonso, un tipo tan solidario y respetado por los vecinos. Todo parecía normal, en Ezeiza no había pasado nada.
  Mis padres se alegraron de verme, ya sabían de lo ocurrido y contaron que el ejército estaba revisando las casas, hecho que no había ocurrido, solo la de Alonso, el  repartidor de vino, el que mientras estuvo en la comisión directiva del club Social y Deportivo Ezeiza, no permitía que la policía de la Revolución Argentina (dictadura cívico militar entre 1966 - 1973), ingresara al club cuando salían de razzia (un decreto permitía que la Policía detuviera en la vía pública indiscriminadamente).
  Con dolor y entre tontas quejas a mis padres, me explicaron que se habían deshecho de todos los libros y colecciones de documentos que tenía, lo habían tirado al pozo negro (sumidero de aguas servidas de la casa). Allí habían ido a parar los diarios de guerra del ERP (en uno de ellos informaban que Eduardito Delfino no se había reportado y que estaba desaparecido después de las acciones militares que habían llevado a cabo); y los panfletos y periódicos que uno podía encontrar en los pasillos de la facultad, y que había recogido pacientemente consciente del valor testimonial que tendrían a la hora de contar la historia de ese período. Solo pocos libros quedaron en mi habitación, uno de ellos era El Capital, de Karl Marx, dado que entendían que era de contabilidad ya que yo era Perito Mercantil. Todos teníamos los ojos enrojecidos, sabíamos por lo que pasaría Martita si no la encontraban enseguida.
Al día siguiente, el diario Clarín no traía en tapa la noticia de la Masacre de Fátima detallando que a la vera de un camino rural, en un radio de unos cien metros se encontraron esparcidos restos humanos dinamitados de veinte hombres y diez mujeres. No contaba que en su mayoría fueron referentes sindicales de la zona norte de Buenos Aires y que estaban detenidos ilegalmente en la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal, conocida como Coordinación Federal. La tapa destacaba que hubo "Sangrientos choques raciales en Sudáfrica" y "el repudio del gobierno" ante la noticia de que "fueron hallados 30 cadáveres en Pilar". Pero el diario de la corneta, no hablaba de ti, ni de tu compañero de lucha Bonifacio Díaz, también desaparecido esa misma fecha probablemente por los mismos genocidas.
 El diario no hablaba de ti en ese otoño tan frío. No contaba ni contaría que habías nacido un 6 de abril de 1952, ni que trabajabas en la Fábrica Argentina de Porcelanas Armanino (F.A.P.A.) de Monte Grande, ni que eras sindicalista. Hasta el momento, no hay registro alguno de su paso por algún Centro Clandestino de Detención (CCD), aunque se presume que por estar dentro del Circuito Camps pasó por El Infierno (Avellaneda), por donde pasaron entre 1976 y 1978 más de 300 detenidos desaparecidos. Quizás fueron los de la Brigada de Puente 12. Marta, peronista, fue señalada como "problemática" a los represores por sus empleadores.

  El diario no hablaba de ti, pero hoy si.

 
Por: Juan Carlos Ramirez Leiva.

miércoles, 13 de agosto de 2025

Las Orcadas y nuestro vecino Luciano Valette

   La isla Lauria es la segunda más grande de las islas Orcadas del Sur, una isla de la Antártida descubierta en diciembre de 1821 en la travesía conjunta del estadounidense Palmer con el británico Powell, y que recibió su nombre en honor al cartógrafo que realizó el mapa de la isla. 
  
El Scotia (1903)
El primer asentamiento en la isla fue en marzo de 1903, por la tripulación del Scotia comandada por William Speirs Bruce, en la Expedición Antártica Nacional Escocesa de 1902-1904. Estos levantaron la Omond House, construcción de piedras que recibió ese nombre en honor al director del Observatorio de Edimburgo, Robert Omond, quien además fue el patrocinador de la expedición.
Realizaron el primer estudio científico de la isla, utilizando el Omond House como observatorio meterologico y como refugio. Destaquemos que el gobierno británico se había negado a llevar a cabo estudios científicos con la expedición escocesa, considerando a la isla como inútil. La expedición careció del mandato necesario para reclamar la isla para Inglaterra o Escocia.
  Bruce debió partir hacia Buenos Aires para realizar reparaciones al barco y reaprovisionarse. En enero de 1904, le vendió la casa Omond al gobierno argentino, quien rebautizó el sitio como Base Orcadas a través de un decreto el 2 de enero de 1904, firmado por el presidente Julio Argentino Roca. Bruce trasladó en el Scotia,  a los tres argentinos elegidos para hacerse cargo de la base: Edgard C. Smula (meteorologo), Hugo Alberto Acuña (Correo y Telégrafos), y nuestro vecino Luciano Valette (zoología). Junto a ellos quedaron Roberto C. Mossman y William Smith (jefe y cocinero escoceses).
  El 20 de febrero argentina inició sus servicios postales, oficina poco después desactivada hasta que en 1942, se la hizo valer  para reclamar las Orcadas del Sur.
  Argentina tomó posesión de la isla y sus instalaciones, el 22 de febrero de 1904, y correspondió a Hugo A. Acuña, izar por primera vez nuestra bandera en el continente antártico. Es la base más antigua operando continuamente y por  ello, la Ley Nacional 20.827 de 1974, instituyó como Día de la Antártida Argentina el 22 de febrero de cada año. 
 
Casa Omond

En 1905, el gobierno construyó la llamada Casa Moneta, y en ​1908, el gobierno británico declaró un reclamo de soberanía sobre las Orcadas del Sur e incorporó a la isla Laurie como dependencia de las Islas Malvinas, recientemente creadas y sujetas al gobierno británico La postura indica que Argentina no interpuso una protesta formal rápida contra la carta patente, interpretando eso como una aceptación de la reclamación británica. La posición británica también dice que Bruce le había otorgado a Argentina solamente la estación meteorológica, pero no la soberanía de la isla Laurie.​ El 23 de agosto de 1906, el embajador británico en Buenos Aires, William Haggard, había expresado por nota al canciller Manuel A. Montes de Montes de Oca, que las Orcadas del Sur eran británicas y que la cesión de las instalaciones era transitoria.
  La controversia se intensificó en 1925 con la construcción de una estación telegráfica inalámbrica argentina en la isla, inaugurada el 30 de marzo de 1927. Por primera vez se hizo una declaración declarando su soberanía y el 15 de diciembre de 1927, la Dirección General de Correos y Telégrafos comunicó a la Oficina Internacional de la Unión Postal Universal que: "(...) la jurisdicción territorial argentina se extiende, de derecho y de hecho, a la superficie continental, al mar territorial, a las islas situadas sobre la costa marítima, a una parte de Tierra del Fuego y a los Archipiélagos de los Estados, Año Nuevo, Georgia del Sur, Órcadas del Sur y a las tierras polares no delimitadas. De derecho, no pudiendo ejercerla de hecho debido a la ocupación mantenida por Gran Bretaña, le corresponde también el archipiélago de las Malvinas."
  El 1 de diciembre de 1959 fue firmado el Tratado Antártico, congelando los litigios territoriales e impidiendo la realización de nuevas reclamaciones o la ampliación de las existentes mientras dure su vigencia​. El Censo 2010 estableció que en la Antártida viven 230 personas, 9 familias y 16 niños; y en la Base Orcadas, se censó a las 17 personas allí destinadas.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva


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