jueves, 15 de julio de 2021

Destinos

Los sostenedores de la Teoría del Caos nos han convencido de que es inútil programar, la vida se encargará de alterar nuestros previsiones. Sin embargo, no somos pocos los que nos rendimos ante evidencias de que existen en nuestras trayectorias, mojones que señalan nuestros destinos. En la pretensión de esta nota, encontramos que Visión y Misión, están presentes desde el día uno del nacimiento de las ciudades de Tristán Suárez y de José María Ezeiza.

 

La Historia

Siendo gobernador el Dr. Dardo Rocha, el 4 de julio de 1885 se oficializó: "Art. 1º En la línea férrea a Cañuelas las estaciones se designarán con los nombres siguientes: Km. 2,500 'Santa Catalina', Km. 11,950 'Ezeiza', Km. 17,625 'Llavallol', Km 38,500 'Vicente Casares", Km. 43,525 'Cañuelas'." La circular del 6 de julio dispuso: "Se comunica a quienes corresponda que el día 16 del corriente tiene lugar la inauguración de la línea de Temperley a Cañuelas, la que será abierta al público el día 17". La tradición nos dice que el tren llegó arrastrado por
la locomotora 47, la "Primera Argentina". A las 9 de la mañana de un 16 de julio de 1885 excepcional, el calor del entusiasmo derrotó al acostumbrado frío mañanero cuando el jefe de estación, el señor Bautista Barri, recibió a la formación protegida por el guardabarreras señor Ignacio Abaneta. Al continuar su camino cruzaron por tierras de la Sra. Virginia Acosta de Suárez, parando en la estación Llavallol. Nuestros vecinos consideraron que ese día, a las 9.12 hs, se marcó el nacimiento de la población que luego fuera llamada Tristán Suárez y que como Ezeiza y tantos otros, jamás fue fundado oficialmente. Los ezeicences, prefirieron adoptar el criterio de que el pueblo “nació” cuando los pobladores pudieron viajar en los trenes, un día después, que allí se inició la vida pueblerina en Ezeiza.

 

Visión y Misión

La visión de los pioneros Berasain y Gaddini, al instalar tempranamente sus comercios frente a las estaciones, nos marco en la pujanza que nuestro empresariado demuestra día a día. Aquel inolvidable 17 de Julio de 1885 el Jefe de la Estación de Ezeiza le regaló, de puro contento nomás, dos gallinas al maquinista y allí mismo, en ese acto, se marco como destino, la misión amistosa y servicial de nuestra gente.

Juan Carlos Ramirez Leiva

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