lunes, 11 de noviembre de 2024

French al 100, en la memoria de Mirta Vega (I)

  Mi papá se llamaba Raúl Guillermo Vega y mi mamá, Delia Branca de Vega. Nacidos en Rauch, provincia de Buenos Aires, ambos. Tengo un hermano mayor que se llama Raúl Marcelo, que toca el bandoneón y tiene grabado una canción de Los Chalchaleros, nacido en 1935. Pueden haber venido desde Rauch a Ezeiza, en 1937 o 38. 
 Mi papá trabajaba de muy jovencito en un almacén  en Rauch y luego en Egania, uno o dos pueblos pasando Tandil. Era un hombre que le gustaba mucho leer e investigar, estaba siempre al día, se vestía a lo Gardel y tenia la presencia de Gardel, fanático de Gardel. Hizo un curso de tenedor de libros por correo, ya de regreso a Rauch. En aquellos años en los diarios publicaban los remates, y salió que había una almacén de ramos generales en Ezeiza en venta. El patrón le dijo a mi papá, a quien quería mucho: “Raul no querés hacerte un viajecito, mira…en Ezeiza hay una almacén y a mi me interesaría saber cuánto piden". 
   Mi papá vino y se instaló en Cañuelas, en donde vivía una hermana. Averiguó, se tomo uno o dos días para ver que movimiento tenía, y se volvió a Rauch. Le dijo al patrón que era una buena inversión y el hombre decidió que había que comprarlo y no tengo claro si el patrón le prestó el dinero, pero mi papá vino compró el negocio y se vinieron a vivir acá /a Ezeiza/.
   El local se lo alquiló a Basilio García, propietario de dos locales y la casa. Después vinieron dos tíos, una hermana de mi mamá que fue socia de mi papá durante unos cuantos años, y después vino el hermano, Alberto Vega, hasta que después, el tío también se abrió camino solo.   
  Nací el 14 de septiembre de 1943 en el almacén de mi papá, atendida con la partera que supongo, era la Sra de Monte Grande /dice, sin darse cuenta: "yo no me acuerdo"/. Lo que estaba poblado era la primera cuadra de French: la farmacia de Vidal, la barrera, la casa de Dragone (donde está ahora Marita Dragone), después había un terreno baldío (hoy está la tienda El Buzón), después estaba Froluz y nosotros. Teníamos un palenque en donde la gente ataba los carros y caballos. Después venía Basilio García y su tienda (hoy, Mamuska). Don Basilio y Don Froilan eran hermanos, los dos galleguitos, con el tiempo construyó Basilio su casa de dos plantas; Froilan tenía su casita original con su localcito y arreglaba radios. Tiempo después construyo semejante negocio, dirigiendo el solo, toda la obra.
1945c Tienda de Basilio García, Don Basilio,
su hija, y el matrimonio Vega
  El almacén de papá tenía un sótano al que se accedía levantando una reja, y los varones cuando tenían 12, 13 o 15 años, pedían pícaramente permiso para bajar al sótano. En esos tiempos las mujeres no usaban pantalones, y los chicos, desde abajo, aprovechaban para verles las piernas a las chicas a través de la reja.
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Postales del Ezeiza temprano, cuando aún no existía la Plaza Manuel Belgrano ni mucho menos, se soñaba con las actuales transformaciones. 


Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

sábado, 2 de noviembre de 2024

Alberto López, foguista y maquinista del Ferrocarril Gral. Belgrano

   Nació un 3 de julio de 1937, oriundo de Villars, partido de General las Heras. Proviene de familia ferroviaria y según cuenta, su padre estuvo en la estación Mercedes trabajando como guarda, e ingreso en 1920 en la Compañía General de la Provincia de Buenos Aires, por ese entonces de capitales franceses.

Alberto López, Talleres Villars, 1958c.
 Trabajo en Villars desde 1955 y desde ahí, lo fueron trasladando por varias estaciones (Tapiales 1959,   Villars 1960, Valentín Alsina1 969), hasta que 1990 le ofrecieron el retiro voluntario. Con en el tiempo  adquirió distintos conocimientos ferroviarios:
  1º Aspirante foguista. Se trataba de trabajar en el depósito ayudando a los mecánicos (limpiar y reparar piezas). Estuvo cuatro años con esta categoría.
 2º Foguista. El hombre de la pala, el objetivo era tirar carbón a la caldera y mantener el fuego justo. Era necesaria pasar varios años para ser llamado a estudiar y así subir de rango.
 3º En 1963  rindió examen de maquinista y paso a ser maquinista interino pero, continuo como foguista hasta que se generó la vacante en 1979, quedando definitivamente en ese puesto. 

Tanque de agua de Canning, 1960c.
  En el 1990 acepto el retiro voluntario, y  hoy vive junto a su esposa en el barrio de Almagro.Subsiste como jubilado y lo alterna con la peluquería donde trabaja junto a un amigo. Le preguntamos sí conocía Ezeiza, y comenzamos a indagar sobre cuestiones de historia regional:
  ¿Qué recuerda de Ezeiza y  de la estación Canning?
  Era todo desierto, veíamos el aeropuerto cuando pasábamos, era todo descampado. Frente a la estación había una laguna. Hugo Domene, nos prestaba algunas cosas para cocinar y cazar ranas, él era el jefe de la estación. Parece que la familia vivía en sala de espera porque teníamos que ir a dormir al tanque o en algún vagón. Como no pasaban trenes de pasajeros ellos ocupaban ese lugar. Las jornadas eran largas, pasábamos  hasta 12hs en Canning y continuábamos a la Plata. Cargábamos agua y dejábamos algún vagón con hacienda o nada, simplemente descansábamos. Era entre los años 1957 y 1960, aproximadamente.
 
1965c

Después en  el '80 pasábamos de largo con combustible de La Plata, a los depósitos de Tapiales.
También estaba el “Gorila” (Alonso González) ¡Un tipazo! Nos quedábamos a dormir con él en el tanque;  tenía todo ordenadito, sacaba unos banquitos y nos hacía poner cómodos.  Ponía sobrenombres a todos, a mí me decía “Maroma” ¡No sé porque!  En Canning era muy común ver linyeras, pasó por ahí uno que él lo bautizo “Garganta de fierro” porque tenía un problema en la tráquea que no le permitía hablar. Algunos de estos personajes que vagaban por estas estaciones eran artesanos, eran muy inteligentes, decían y se rumoreaba que algunos habían estado encerrados. Hacían trabajos con tenedores de alpaca como anillos y otras cosas. Lo respetaban mucho. Gori, era muy solidario, sencillo y con él  querías estar…Nosotros hacíamos el recorrido de Villars a la Plata, lo acercamos en el tren hasta la Plata y me ayudaba a palear para mantener la caldera de la locomotora. Antes de llegar saltaba, porque su familia vivía por ahí. Él me pegaba el grito  y decía: “Maroma te la deje con 12 kilos y saltaba”…


 Nota: Eduardo González nos facilitó fotografías de su padre (fallecido en 1982, para acompañar esta nota. Eduardo e Isabel  González son vecinos de Canning. Su padre, junto a su madre, atendían por la década del '70 un almacén de ramos generales cercano a la estación. La función que cumplía era la de cargar agua a las locomotoras, proveer de carbón y asistir al jefe de estación Hugo Domene o posteriormente, a Benito García.  Doña Rosa mantendrá el comercio hasta después del 2004 aproximadamente.  Como a Alonso González, su padre, no le gustaba que lo llamaran por su nombre, los ferroviarios lo apodaron “Gorila” por su contextura física, y su hijo Eduardo heredo la de “El Mono”.  Para los vecinos, será Don Pedro.

Por Elio Salmón.